El cumpleaños feliz de Giannis

El calendario de los Cavaliers, un infierno en este primer tramo de temporada, cambiará y empezará a ir cuesta abajo. Se supone, porque ese momento no parece llegar nunca. En su tercer partido en cuatro noches (y en la tercera ciudad distinta), los Cavs estaban cansados. Visiblemente fatigados. Mal negocio para visitar al campeón, mala cosa tener un back to back con partidos contra Jazz y Bucks, dos de los cinco mejores equipos de esta primera parte de curso. Los Cavs, que mañana juegan contra los Bulls (no hay tregua) han perdido esos dos encuentros. Previsible. Pero han dado la cara en ambos. Contra los Jazz, vivos hasta el último tiro. En Milwaukee, con opciones hasta los minutos finales (112-104).

Darius Garland, que tuvo momentos heroicos contra los Jazz, notó especialmente el agotamiento (10 puntos en 12 tiros, 9 asistencias) y Evan Mobley (12 y 6 rebotes) acusa estos golpes del calendario NBA a los que los rookies tardan en acostumbrarse. Con su pareja alfa-omega por debajo de su nivel, los Cavs volvieron a ser capaces de competir, volvieron a agarrarse a un partido del que la lógica quería sacarlos a empujones. El 56-50 del descanso parecía ya un pequeño milagro, con sensaciones que apuntaban a una diferencia mayor. El 88-78 del final del tercer cuarto era un colchón cómodo que, sin embargo, uno de los habituales arreones de los Cavs desgarró por completo: 0-9 para 88-87. Ahí apareció Giannis Antetokounmpo, soplando velas para celebrar sus 27 años. El último golpe de los Cavaliers, ya tambaleándose, les puso 98-96, y con un par de triples de Cedi Osman que se fueron al limbo. Los de Bickerstaff no se pudieron poner por delante, y finalmente la tozuda realidad los devoró: un triple de Jrue Holiday, un par de canastas marca de la casa de Khris Middleton, la estocada final de Giannis. Enfrente estaba el campeón, claro.

Con Okoro negado en ataque, Osman fallón (1/8 en triples) y un Ricky que no cogió racha buena esta vez (7 puntos, 9 asistencias, 2/9 en tiros), gran parte de la resistencia corrió a cargo del constante Jarrett Allen (25 puntos, 9 rebotes), un Markkanen que va a más (20 puntos, 7 rebotes, 4 triples) y un Kevin Love que sigue con su excelente temporada de reinserción: 15 puntos, 4 rebotes y 5 triples para el veterano ala-pívot, en unas cuantas cosas (muchas intangibles) el líder de estos Cavs empeñados en poder con todo. Y que solo pierden cuando no queda más remedio que perder. Así fue en Milwaukee, donde el campeón se rearma: 16-9 ya, a la caza de Nets y Bulls con la certeza de que, en su caso, el factor cancha importa mucho en playoffs. Y 11-0, el dato lo dice todo, cuando ha jugador el big three: Middleton (21 puntos, 8 asistencias), Jrue (20+7+7) y un Giannis que selló la fiesta de cumpleaños con 27 puntos, 12 rebotes y canastas que marcaron la diferencia en el último cuarto. Los Bucks ganaron porque fueron mejor y porque su rival estaba agotado. Pero sufrieron porque no hay otra manera de ganar a estos Cavs. Un ejemplo de tenacidad.