NBA | LAKERS 103 - BULLS 121

Los Bulls atropellan a los Lakers

Partido sin historia entre un señor equipo y otro que sin LeBron no parece gran cosa. Impresionante actuación de DeRozan. Anthony Davis, expulsado.

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Los Bulls atropellan a los Lakers
Kirby Lee USA TODAY Sports

Se veían las caras en el Staples Center dos de las grandes franquicias de la historia de la NBA y, aunque ninguna está en su mejor momento, hay una que parece estar buscándolo mientras la otra no para de alejarse de él. La primera, los Chicago Bulls, sigue con paso firme a media victoria del liderato del Este, con un proyecto tan renovado como ilusionante que está dando sus frutos en el primer mes de competición. La segunda, Los Angeles Lakers, sigue en su espiral de irrelevancia en la que unos días gana por inercia y sin brillantez alguna y otros, como hoy, saca a relucir todas sus vergüenzas para mayor gloria de los rivales que tiene enfrente.

Como esta noche tocó esta última versión, los Bulls se marchan de Los Ángeles con un 2-0 en el zurrón (venían de ganar a los Clippers) y con sensaciones inmejorables. Aún quedan cinco meses de los seis de temporada regular, pero el quiera seguir viendo el buen inicio del equipo de Chicago como una anécdota tiene que empezar a echarle imaginación. Billy Donovan, un técnico bastante seguro en el día a día al que le ha faltado graduarse en playoffs, está llevando a esta plantilla de la mejor manera posible. Habrá tiempo de verles a partir de abril, si es que están todavía compitiendo, pero de momento la nota no puede ser otra que sobresaliente. A falta de incluir de forma regular en el flujo ofensivo a Nikola Vucevic, quizá la única pequeña pega hasta ahora en un engranaje casi perfecto, el resto de jugadores están haciendo lo que se esperaba de ellos. Como mínimo.

Muestra de ello es DeMar DeRozan, natural de Los Ángeles y a quien los Lakers tantearon este verano. Al final se decidieron por Russell Westbrook y como la vida tiene estas cosas, el escolta les dedicó su mejor actuación en lo que va de curso. 38 puntos con un 65,2% en tiros de campo, además de 6 asistencias. Junto a LaVine, hasta hace poco el único enchufador habitual del equipo, se fueron a los 64 tantos. Al descanso ya llevaban 39 con 7 triples y los Lakers, para qué esperar más, ya estaban fritos. La diferencia era sólo de 9, pero la sensación es que ganaban de mucho más. Y las sensaciones se materializaron en un tercer cuarto para el olvido de los angelinos. Otro más después del último ante los Wolves. Esta vez lo perdieron de 12 para irse 21 abajo a los últimos 12 minutos, llegando a tener desventajas de 25 puntos. Para rematar la faena, Anthony Davis veía su segunda técnica a 2:20 del final del tercer parcial. Bien visto eso sí que era una anécdota. De haber continuado en pista poco habría cambiado la cosa.

En realidad hubo fiesta en el Staples para mucha gente relacionada con los Lakers y con Los Ángeles. Lo malo es que ninguno de ellos está allí. A DeRozan se le unió Lonzo Ball con 27 tantos, 7 rebotes y 8 asistencias y unos porcentajes impresionantes: 10/13 en tiros de campo, 7/10 en triples. Quién le ha visto y quién le ve pensarán en las gradas del pabellón angelino. A veces todo consiste en esperar un poco a que las cosas lleguen, pero la paciencia, como ocurre a todos los grandes del deporte, nunca ha sido la mayor virtud de los Lakers. A otro que ahora parecen echar de menos franquicia y afición (para la segunda nunca se puso en duda) es a Alex Carusso, al que le dedicaron un vídeo de agradecimiento y una ovación cerrada. De momento se tienen que conformar con aplaudir a los rivales. Sus jugadores no les dan demasiados motivos para ello. En ausencia de LeBron James los Lakers llevan tres victorias y cuatro derrotas. Y mañana van a Milwaukee. Que Giannis les pille confesados.