NBA | PACERS 118 - SIXERS 113

Los 76ers empiezan a sufrir el efecto de Ben Simmons

Sin Embiid y con Harris a medio gas han perdido los últimos cuatro partidos y se caen en el Este a la espera de que se resuelva el problemón con Ben Simmons.

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'Doc' Rivers
Rick Osentoski USA TODAY SPORTS

Los Sixers se las prometían felices cuando, a pesar de cargar con la cruz de tener a Ben Simmons sin querer jugar siendo capital para que este equipo funcione, empezaban a enlazar victoria tras victoria para abrir la temporada. Pero el coronavirus sigue siendo un elemento importante en la sociedad, no lo descuidemos, y a este equipo le ha pegado en dos de las otras patas que lo sostienen. Tobias Harris lleva sólo dos partidos recuperado después de haber estado seis sin participar. Joel Embiid tiene un caso más agudo: se ha perdido los cuatro últimos y ahí es donde han llegado las cuatro derrotas seguidas que ahora tanto preocupan. Y con equipos de la conferencia, que siempre es peor. Knicks, Bucks, Raptors y, la pasada noche, Pacers han descabalgado a los de 'Doc' de un caballo que iba en primera posición hace sólo unas fechas hasta dejarles con 8-6.

Esta misma noche, para más dolor, se ha sabido que Dave Joerger, entrenador asistente y conocido en Memphis o Sacramento por su paso por allí, debe tomarse un tiempo para curarse de un cáncer. Han venido en cascada varios problemas de salud, que ya sabemos que es lo más importante, y la actividad deportiva se resiente como no podría ser de otra forma

En Indianápolis tocó, otra vez, la cruz. Llegaron con posibilidades al final, pero fue un ex, T.J. McConnell, el que sentenció la victoria para el cuadro local que se va recuperando del 1-6 con el que comenzó la campaña. 27 puntos de Justin Holiday, doble-doble de Sabonis y triple-doble de Brogdon, buen momento de Myles Turner, etc. Rick Carlisle le empieza a coger el aire rotando poco y haciendo valer el bloque de un equipo que lleva varios años siendo consistente en la Conferencia Este. Harris, con 32 tantos, fue el máximo anotador de unos Sixers que no dieron de sí al final y cayeron en el Gainbridge Fieldhouse por 118-113. 

No fue hasta el final cuando los Sixers entraron de lleno a pelear por el encuentro. El principio fue desastroso. Los puntos comenzaron a caer del lado local como lluvia en el desierto y la ventaja crecía. Con la irrupción de Justin Holiday, jugando para él con carretón y cerrando la noche con sólo dos fallos en el tiro, se fue ampliando la diferencia. En el segundo cuarto los Pacers ya estuvieron jugando no con la decena sino con la veintena, algo que consiguieron con una canasta de media distancia de Turner, que estuvo fino en ataque (20 puntos) y en defensa (6 tapones), para el 63-43. Harris se puso a distribuir desde el poste bajo y logró que antes del descanso se volviera a los diez, 70-60, tras un par de triples encestados en un buen parcial. En el tercero se volvió a estirar el chicle, subiendo a quince en el 88-73, y es que las amenazas de los locales eran mucho mayores: LeVert, Brogdon o Holiday, que no paraba de meter, sólo por fuera. A falta de cinco minutos aceleró el ritmo el equipo visitante para forzar el fallo y se metió en el partido. Tyrese Maxey sufriría uno de los males de los jugadores, que hay que hacerlo bien en los dos lados y no sólo en uno: sus puntos dejaron a los Sixers a las puertas de la remontada definitiva, pero McConnell le castigó en defensa con dos penetraciones casi calcadas acabadas por la izquierda y una tercera por la derecha que no acertó a cortar. Con ello Indiana mantuvo el tipo en los minutos más apretados y supo sumar una victoria más, que le acerca a una Philadelphia no sobrada de efectivos ni de ganancias.