En San Francisco había miradas raras esta última semana. La gente estaba algo desconcertada ante un hecho poco habitual. Stephen Curry fallaba más de lo que acertaba. Llevaba cuatro partidos seguidos sin pasar de 20 puntos, con una serie de 18/50 en triples. Raro, raro. Sin embargo, nadie dudaba de que esa racha tenía fecha de caducidad. Como era de esperar, el espectáculo de Curry ya está otra vez aquí. Y con todos sus extras: cañonazos, fuegos artificiales, trucos de magia... El pack completo de uno de los mejores jugadores de la historia.

La víctima fueron unos Hawks que han perdido la esencia que les llevó hasta las últimas finales del Este. Llevan cuatro derrotas seguidas y ahora mismo ese espíritu de equipo divertido, incisivo y presionante al que no se le puede dejar ni medio palmo de ventaja ha desaparecido. Decía hace unos días Trae Young que para un equipo que ha probado las mieles del éxito en playoffs, la temporada regular sabe a poco. Esperemos que cambien pronto el chip, por su bien, porque el Este no es el que era y no está para andarse con siestas.

Trae, al que muchos comparaban con Curry (aunque ya se ha visto que no son lo mismo, ni mejor ni peor) hizo un buen partido: 28 puntos, 9 asistencias, por encima del 50% en tiros. Y los Hawks estuvieron por delante hasta que faltaban 7:30 para el final del tercer cuarto (75-77). Pero a partir de ahí, en realidad ya había empezado antes, huracán Curry en acción. 18 tantos sólo en ese periodo para el base en uno de esos días en los que sentarte a disfrutar es lo mejor que puedes hacer, porque defenderle es inútil. Canastas de todo signo posible salían de sus manos en un trance en el que acabó con 50 puntos. La décima vez en su carrera que alcanzaba esa cifra tan significativa.

Además sumó 10 asistencias, lo que le convierte en el tercer jugador en la historia de la franquicia con ese doble-doble, junto a Wilt Chamberlain y Rick Barry y supera al primero como el más veterano de la historia de la NBA con números semejantes. Además, y como es lógico viendo los 50 puntos, cerró su mala racha de porcentajes a lo grande: 14/28 en tiros de campo, 9/19 en triples y 13/13 en tiros libres. A sus 33 para 34 años Curry está en un momento brillante de su carrera y sus Warriors, que este año no son sólo él (Draymond, Poole...) ya van 9-1 liderando la liga. Hace más de dos años de la última final que jugaron, más de tres del último anillo y más de seis del primero. Y quedan siete meses para conocer al próximo campeón de la NBA. Pero estos Warriors y este Curry están comprando muchas papeletas en el primer mes de competición.