NBA | MAVERICKS 108 - PELICANS 92
Doncic delega ante los desastrosos Pelicans
Un parcial de 12-0 al inicio del último cuarto con el esloveno en el banquillo fue el golpe definitivo. Los Mavs se mantienen terceros y los Pelicans, últimos.
Los Dallas Mavericks siguen anclados al grupo de cabeza del Oeste. Empatados con los fiables Jazz y dos victorias por detrás de los atómicos Warriors. Un 7-3 magnífico, puede que algo engañoso (el calendario hasta ahora no ha sido el más exigente), pero logrando triunfos que ya nadie les va a quitar del casillero. Ya habrá tiempo de competir con equipos más en forma (mañana juegan en Chicago por ejemplo). Mientras tanto se dedican a sacar adelante los encuentros que se supone que tiene que sacar adelante un equipo que aspira a entrar sobrado en playoffs. Ese debería ser el objetivo de los Mavs en la liga regular después de acabar séptimo y quinto las dos últimas temporadas y, de momento, van por el buen camino.
En ese camino, en el que de momento no se han encontrado demasiadas piedras, hoy tenía uno de los tramos más amables que se pueden encontrar ahora mismo en la NBA. Los New Orleans Pelicans, sin Zion Williamson (aún no ha debutado) y sin Brandon Ingram, visitaban Dallas. Ahora mismo eso es como si viene a tu casa Santa Claus: sabes que algo te van a regalar. El equipo de Louisiana tiene el peor récord de la liga (1-10), lleva siete derrotas consecutivas y a perdido por una diferencia de dobles dígitos sus últimos cuatro encuentros a domicilio. No podía ser menos en Dallas, donde después de un espejismo en el primer cuarto en el que los Pelicans empezaron mucho mejor y se llegaron a poner 11 arriba, las aguas volverían a su cauce habitual en este inicio de curso.
La cosa empezó, curiosamente, con un par de triples de Kripstas Porzingis, un jugador que normalmente resuelve muchas menos cosas de las que debería. Justo después de esas dos canastas le iban a pitar tres faltas en 77 segundos y no iba a volver a pista en un buen rato, pero la mecha estaba encendida: parcial de 22-4 para cambiar el +11 de los Pelicans por un +7 de los Mavs. Luka Doncic entre tanto se dedicaba a cumplir el expediente. Después de su triple ganador sobre la bocina ante los Celtics hoy anunciaban baño y masaje en Dallas y, como el esloveno no tiene muchas oportunidades de tomarse un descanso, no desaprovechó la ocasión. Acabó con 25 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias, actuación aseada sin más para un jugador acostumbrado a hacer milagros.
Con él sentado en el banquillo al empezar el último cuarto, se iban a ir del todo los Mavs. Parcial de 12-0 con Tim Hardaway Jr. (17 puntos, 4/5 en triples) y Jalen Brunson (17 tantos y 6 asistencias) comandando las operaciones. EL segundo lleva cuatro partidos seguidos metiendo 10 o más puntos y hoy ha acabado como el máximo asistente de su equipo. Eso, estando Doncic de por medio, son palabras mayores.