NBA | NUGGETS 106 - MAVERICKS 75
Los Nuggets torturan a Doncic
Paliza monumental de Nuggets a Mavericks, con un Doncic negado y buenos minutos de Campazzo. Jokic, 11+16+8, vuelve a ser el líder.
Es cierto que este tipo de partidos (y de resultados) pueden entrar dentro de la normalidad en una regular season larga, a veces ligeramente tediosa, llena de viajes largos, muchas horas de avión y otras tanta de autobús. Pero también es obvio que, ahora mismo, estos Mavericks están a años luz de una versión de los Nuggets cuyo techo, y esto es bueno para ellos, es incierto. Si Nikola Jokic se mantiene a este nivel y Jamal Murray vuelve bien de una lesión complicada, no sería raro ver a la franquicia de Colorado peleando por todo. Por otro lado, en el siempre ultracompetitivo Oeste y con todavía muchas incógnitas (Lakers a la cabeza), es pronto para asegurar algo así. La competición está más abierta que nunca tras un año marcado por los condicionantes y las lesiones. Y es difícil observar un dominador claro que pueda colgarse la vitola de favorito sin pestañear. Ahí están, como mucho, Bucks y Nets. Y ya estamos viendo en qué situación están los segundos. Pues eso.
Lo que sí está claro es que los Mavericks no van a estar en ese grupo de equipos que pueden dar la sorpresa y cuesta pensar, salvo sorpresa (mayúscula, ahora mismo), que vayan a estar en faena. Y sí, el récord es idéntico, todavía, a los que han sido sus rivales (3-2), pero los rivales han sido de menos calibre, el calendarioque les toca será más complicado y el equipo es, sencillamente, peor que el de sus homólogos en el Oeste. Sin cambios estructurales y formales en la plantilla, llena de carencias y monopolizada por el personalismo de ya se sabe quién, los texanos se han conformado con contentar a su estrella acabando su relación con Rick Carlisle y limpiar los despachos de la enorme influencia de Haralabos Voulgaris, que tenía al dueño, Mark Cuban, comiendo de su mano. Pero el equipo es, en esencia, el mismo, con un nuevo técnico que puede ayudar a traer un discurso diferente pero que está muy lejos de su predecesor. Y un nivel de talento, en la técnica y en la táctica, muy alejado del top de la competición.
El duelo ante los Nuggets demuestra la peor versión de un equipo peor que su rival. Pero una de esas versiones, al fin y al cabo. Y los datos, más allá de un partido al que le sobran unos 20 minutos desde el punto de vista del espectador, lo dicen todo: 75 puntos (la temporada pasada promediaron más de 112), 12 en el tercer cuarto, de un bochorno enormérrimo, un 29,5% en tiros de campo (desde el 27 de febrero de 2009, ningún rival de los Nuggets lanzó tan mal) y el 21,6% en triples (8 de 37, un ridículo espantoso). Además, una inferioridad clara y rotunda en el rebote (51-36), la mitad de sus asistencias que los Nuggets (14 por 28) y 15 pérdidas de balón. Josh Green, el único miembro de los Mavericks que acabó con un +/- positivo, anotó 0 puntos en menos de 17 minutos. Y la defensa fue un chiste ante un rival superior, que les ahogó con un ataque ordenado y sin grandes alardes, que no necesitó mucho para castigar a su rival. Ah, y 29 puntos en toda la segunda mitad. Se podría seguir, pero no se acabaría nunca.
Jokic, otra vez el líder
Dentro de un partido muy feo de ver, que solo tuvo algo de emoción durante la primera mitad (los Mavericks llegaron a adelantarse tres veces en el marcador antes de hundirse), Nikola Jokic emergió como, otra vez, el líder de los suyos. Y no fue una actuación antológica, pero suficiente ante la inconsistencia de su rival: 11 puntos, 16 rebotes y 8 asistencias, con un +26 en pista en apenas 25 minutos, con todo el último cuarto sentado en el banquillo al ser la ventaja ya tan vergonzosa para su rival como tranquilizadora para los locales. Le acompañaron un poco de todo: 12 tantos de Michael Porter Jr., 13 de Aaron Gordon, 14 de Jeff Green, 17+5+6 de Will Barton (con 27 minutos, el que más jugó de los Nuggets), y buenos minutos de Facundo Campazzo, muy participativo en la defensa colectiva que ahogó a Luka Doncic. 6 tantos, 3 rebotes y 2 robos para el argentino en casi 18 minutos de juego.
¿Y los Mavericks? Nada de nada. Ni un solo sitio del que rascar, nada que salvar, ningún tipo de reacción por parte de Jason Kidd y un hundimiento tan soberano como explicable: ese solo plan de Kidd, basado en el acierto de su líder, desaparece en cuanto se corta la conexión de Doncic con sus compañeros y se le aísla de todo lo demás. El esloveno tuvo, como su equipo, un día aciago: 16 tantos (5 de 18 en tiros), 6 rebotes y 4 asistencias, -32 con él en pista y ausencia, claro, de participación en un último cuarto en el que los Mavericks anotaron 7 puntos en los últimos 5 minutos, la tónica habitual. En definitiva, un partido para olvidar de un equipo que mucho tendrá que cambiar para, ya no solo poder optar a algo más. Simplemente, para que parezca que pueden hacerlo. En esas están los Mavericks, un equipo que se juega mucho este año. Y que sino va para delante, se va a caer hacia detrás. Una sensación parecida a la que han sufrido ante los Nuggets. Un suplicio.