Los Heat presentan credenciales
Victoria contundente de Miami para abrir la temporada. Milwaukee, con dos bajas, mostró una imagen muy distinta a la del primer partido.
Lo hecho en el primer partido, una muestra de poderío y casta de campeón, no ha servido para amedrentar a otro de los equipos que van a dar guerra en la Conferencia Este. Venían de ganar fácil a los Nets de Durant y Harden sin Kyrie Irving, pero en casa de los Heat se han encontrado con otro panorama. Los Bucks, el equipo que defiende el título, se ha llevado un correctivo muy serio. 42 puntos de diferencia en un partido que no salió a jugar. El resultado, de 137-95, es un golpe a la buena cara que habían mostrado en la apertura de temporada, no sólo con la sonrisa tras la entrega de los anillos sino con brillo en los ojos y color de verano. La luz se les apagó de repente al saltar a la pista del renombrado FTX Arena y ahora hay que recuperarla. Paliza de órdago.
Estos Heat no son de los que van a sorprender porque sólo con los nombres ya asustan. El traspaso para hacerse con Kyle Lowry es ampliamente considerado como el mejor movimiento del verano y, además, se han hecho con un jugador clave de los que se proclamaron campeones con los Bucks: P.J. Hace un año estaban en las finales de la burbuja, las que perdieron contra los Lakers, aunque fuera ya hace dos cursos. Hay madera. No extraña que puedan hacer partidos así, pero lo que sí llama la atención es que sea contra un equipo ya sólido que viene de ganar y de abrir un nuevo año con una inercia igual de positiva. Las bajas de Jrue Holiday, por pierna, y Brook Lopez, por espalda, dejaron un hueco sin cubrir que afectó mucho al juego de los de Mike Budenholzer.
No hubo equilibrio desde el primer momento, la escapada se dio ya en el primer cuarto y los Bucks no fueron a buscar a los Heat. No podían. Esa sensación es la más preocupante, la de los pocos recursos para frenar la avalancha y para paliar la incomparecencia de dos de sus titulares. La primera jugada fue una pérdida de balón y el primer cuarto acabó 40-17. Fallaron trece tiros seguidos y pudo ser peor. Es que, a partir de ahí, lo que hubo fue un conato de partido de baloncesto. Para el disfrute de los aficionados locales, puede ser, pero es que ni eso. Como si a los Bucks les faltaran piernas. Y lo difícil también es dirimir si estuvieron peor en ataque o defensa.
Para Miami, alegrón. Sólo una victoria por 43 ante los Clippers en 1994 supera la diferencia de puntos vista en esta noche de jueves. "137 son muchos. Espero que lo veamos más veces este año", decía un Tyler Herro que aportó 27, siendo el máximo anotador, como suplente.
Hubo minutos de la basura y no demasiados, quizá como pequeño castigo por tan mala disposición. Sólo Antetokounmpo se fue en el tercer cuarto, los demás titulares aguantaron el chaparrón hasta que quedaban poco más de cinco minutos. A partir del segundo periodo el crecimiento ya fue sostenido, pero se fue de madre como buena prueba es el marcador. Y contando con que Lowry, esperanza como nuevo base, y Robinson, renovado por un pastizal en verano, se quedaron con un 4/18 en tiros de campo. Sobrepuestos a todo, pequeña lección o aviso de los Heat.