El Barça es una apisonadora

Es muy probable que en la grada del Palau Blaugrana, que celebra sus 50 años de vida, se escuchara un "aquest any sí" cuando se rindió homenaje a los campeones de la Euroliga de París 2010. Entre ellos, Xavi Pascual, técnico del Zenit y por aquel entonces del Barça, que no reprimió sus emociones minutos antes, pero que a la media hora de partido estaba fuera de sí, tremendamente enfadado por el rendimiento de su equipo, víctima de un superpoderoso Barcelona que sumó su quinta victoria en la Euroliga (84-58). Y esta de categoría por el fondo, la forma y la actuación coral.

Después de un primer cuarto equilibrado en el que Zenit marcó los tiempos con sus posesiones largas y elaboradas y su preciso juego interior, el Barça, más dubitativo en el tiro (Higgins falló sus primeros cuatro lanzamientos), se sujetó a la versatilidad de Mirotic para irse al segundo cuarto con una ligera ventaja (20-19). Jasikevicius reservó a algunos de sus jugadores más en forma y dio entrada, por ejemplo, a Sanli, recuperado ya de su lesión. Le costó carburar en la pintura, pero se entonó y acabó con 11 puntos. Un recurso más de un banquillo inagotable.

Higgins despertó con cuatro puntos seguidos y el Zenit finalizó el cuarto con solo seis puntos convertidos (44-25). Al descanso, no había mucha diferencia en el acierto en tiros de dos, pero el Barcelona logró realizar 29 lanzamientos, muchos de ellos cómodos, por solamente 18 del Zenit. “Es imposible ganar tirando diez veces menos que el Barcelona… Fue un desastre”, dijo Pascual en el descanso del encuentro. Y el escenario no mejoró.

El Zenit siguió cometiendo los mismos errores, ofuscado en ataque, superado en defensa. El Barça estuvo intratable gracias también a Mirotic, autor de dos triples más, que finalizó el tercer cuarto con 20 puntos y con un acierto en el tiro superior al 75%. A su exhibición se le sumó Davies y Laprovittola, autores de acciones espectaculares, mágicas. El partido estaba decidido y el último cuarto solo tenía el interés de saber cuál sería el marcador final, rubricado con un triple de Sanli (84-58). Un destrozo al Zenit, una aviso del poder de este Barça.