Felipe Reyes, Luis Scola y un camino que duró dos décadas
Los veteranos pívots de España y Argentina se han retirado este verano superando los 40 años. Ambos han tenido duelos duros a lo largo de sus carreras.
Las estrellas se van apagando. En la Generación de Oro y la Generación Dorada, que no son lo mismo, de España y Argentina hay dos que han mandado a paseo las zapatillas de baloncesto este verano y que tuvieron una rivalidad muy intensa. Sus caminos se cruzaron y marcaron la ahora conocida como Liga Endesa durante años y ahora, en 2021, han dejado el deporte profesional como jugadores. Dos senderos que se han vuelto a hacer uno en el final del trayecto. Felipe Reyes y Luis Scola vivieron con mucha pasión e hicieron de ella una virtud sus carreras y es buen momento para revivir lo que ocurrió entre ellos en algunos puntos de sus vidas.
Reyes ya conocía su destino desde hacía unos meses y al terminar la pasada Liga, en la que el Barça venció a su Madrid, decidió retirarse. La pena para él fue que una carrera tan lustrosa y bien ligada a un club, el Real, finalizara con sólo unas pequeñas píldoras de afecto en la cancha por las restricciones de público que ha obligado a imponer la pandemia de coronavirus. Scola, por su parte, tuvo un bello homenaje en plena pista de los Juegos Olímpicos de Tokio, en los que directamente no hubo espectadores, al terminar su participación con Argentina. El COVID-19 alargó las carreras de los dos: Reyes, con un rol muy limitado en el equipo que permitió ayudar a dar el siguiente paso a, por ejemplo, Usman Garuba o Tristan Vukcevic; Scola, teniendo que pasar del Milán al Varese y dejar la Euroliga para estirar el chicle y poder llegar a los Juegos. El español todavía no se ha colocado en el nuevo mercado, pero el argentino ha fichado por el equipo con el que terminó como CEO.
Estos dos jugadores marcaron durante años el rumbo de la ACB. Los dos pudieron jugar en la NBA y tenían el mismo hándicap: la altura. Descontando las zapatillas, Reyes estaba en 2,00 y Scola llegaba a 2,02. Poco para un pívot. De fuerza, inteligencia y saber hacer iban bastante sobrados, pero el perfil en Estados Unidos era otro. Sólo uno de los dos se atrevió: 'Luifa' estuvo allí una década antes de irse a Asia.
En España, orígenes muy humildes para uno (Scola estuvo cedido en el Gijón nada más llegar) y con pedigrí para otro (Reyes se formó en el Estudiantes con su hermano como ejemplo). 1998 y un comienzo diferente para los dos. El primer encontronazo importante para estos dos, que compartían la posición de ala-pívot y luchaban por los rebotes como pocos, se produjo el año que el equipo colegial de Madrid llegó a la final de la ACB, con el Estu arrebatándole la plaza en la misma al Baskonia en un quinto partido en el Buesa Arena y con los vitorianos como favoritos. Lo siguiente llegó con otros colores: final entre el Baskonia y el Madrid, triple de Herreros y nueva victoria de Felipe con un equipo que partía por detrás en las apuestas. Los dos ya eran líderes en todo para sus equipos, comenzaba un pique bastante serio.
Era el mejor Baskonia (TAU Cerámica) y uno de los peores Real Madrid. Ahí estaban los dos. Los duelos de estos dos equipos fueron muy intensos. En una tángana en 2009 en el túnel de vestuarios del Buesa tuvo que intervenir hasta la Ertzaintza. Pero el pico era siempre, al menos cuando estaban los dos, el choque entre Felipe Reyes y Luis Scola. En 2006 se vinieron bombas por un lado y por el otro y se desató la guerra por lo que al final fueron detalles fuera de lo que es el baloncesto en sí. En una entrevista, en julio y previa al Mundial de aquel año, Reyes apuntó como "el jugador más sucio" al que se había enfrentado a Scola. En un amistoso en Singapur la leyenda porteña le propinó un golpe a la altura del cuello a su contrario por el que la Selección Española se levantó en armas y clamó venganza un tiempo después en un torneo en el que se enfrentaron en la semifinal, aquella del triple de Nocioni que no entró. En declaraciones a AS habló Scola al saber que Reyes estaba lesionado y se podía perder parte de ese Mundial por una acción absurda y poco elegante: "No sabía nada. ¿Quién está enfadado? Volveré a llamar para que le digan a Felipe que lo lamento. Nunca quise lesionarle, no era mi intención. Hice una falta contundente para que no metiera la canasta. Sólo pretendía eso. Estábamos calientes porque nos ganaban por 20 puntos, pero nada más. Espero que se recupere lo antes posible, de verdad". Argentina se había llevado el oro olímpico dos años antes en una situación en la que España estaba bien posicionada y en aquel Mundial, con Felipe tocado y Scola ejerciendo de uno de los muchos líderes de Argentina (Ginobili, Prigioni, Sánchez, Oberto), los europeos se tomaron una venganza con ración doble para el menor de los hermanos Reyes.
Aquellas batallas duraron sólo un año más desde que se desataron aquellas hostilidades. Doce campañas después el Real Madrid se planteó el fichaje de Luis Scola para cubrir las posiciones interiores y no anduvo lejos pese a que Reyes seguía en la plantilla, pero se marchó finalmente al Olimpia de Milán al que también había llegado Sergio Rodríguez para regresar a la Euroliga desde China, donde ganó un buen dinero y e infló números a un ritmo magnífico, tras tantos años. 2021 ha sido el punto final para ambos en una pista de baloncesto, al menos como jugadores. Ídolos en Madrid y Vitoria, en España y Argentina, dos auténticos jugadorazos que, por el ímpetu con el que jugaban y el ansia de ganar que destilaban, chocaron más de lo deseado. Buena vida posbaloncesto a los dos, ya más calmados.