Los Mavs, último tren para Ntikilina
El base francés llega a Dallas para intentar ser el escudero defensivo de Doncic. La temporada pasada perdió el sitio casi completamente en la rotación de los Knicks de Thibodeau.
De los 12 primeros seleccionados en el draft de 2017, solo tres siguen en el equipo que los eligió. Un dato terrible. Uno ya es una gran estrella (Jayson Tatum), otro tiene mimbres para serlo (De’Aaron Fox) y el tercero parece un jugador de primer nivel al que las lesiones están impidiendo dar su verdadera versión (Jonathan Isaac). En la elección del top 10 hubo hasta cinco bases y solo uno (Fox) sigue en su primer equipo NBA (Sacramento Kings).
Markelle Fultz, después de una terrible lesión de hombro que incluso hizo que se especulara con su retirada, dejó los Sixers y busca su camino en Orlando Magic. Lonzo Ball, que también llegaba con trazas de súper estrella, pasó de los Lakers a los Pelicans y este verano se ha ido a los Bulls. Fueron los dos primeros elegidos, por delante de Tatum. En el 5 salió Fox, y en el 8 y el 9 dos bases con caminos cruzados. Se esperaba que los Mavericks eligieran al francés Frank Ntilikina con el número 9, pero se adelantaron los Knicks con el 8 y los texanos se hicieron con Dennis Smith Jr.
Ninguno de los dos tuvo suerte. Compartieron vestuario en los Knicks cuando Smith Jr formó parte del traspaso de Kristaps Porzingis y Tim Hardaway Jr a Dallas Mavericks. Pero ninguno se asentó en el Madison. Dennis Smith Jr ha tenido ya un pie fuera de la NBA, a la que ahora se agarra con una invitación para estar en el training camp de Portland Trail Blazers, donde deberá ganarse un sitio de cara a la regular season. Por ahora no lo ha logrado ni en Mavs ni en Knicks ni en los Pistons.
Ntilikina acaba de comprometerse, con el mercado ya exprimido, con Dallas Mavericks, después de que incluso su regreso a Europa estuviera ya sobre la mesa. El francés nacido en Bélgica (Ixelles) tiene 23 años y ha pasado cuatro en los Knicks, donde ha demostrado que puede ser un excelente guard defensivo pero no se ha establecido como un jugador estable, básicamente por sus tremendas limitaciones en ataque. Tampoco con Tom Thibodeau ni con una competencia formada por Derrick Rose, Elfrid Payton e Immanuel Quickley. De hecho, la temporada pasada perdió casi completamente el sitio y se hundió en partidos jugados (33 cuando su mínimo era 43), en minutos en pista (9,8 cuando su mínimo era de 20 y como rookie jugó 21,9) y en producción estadística: 2,7 puntos, 0,9 rebotes y 0,6 asistencias. Números que dejan las medias de su carrera por ahora en 5,5, 2, 2,7.
Así que Ntilikina llega a los Mavs, el equipo al que parecía destinado en 2017, ya como reclamation project: uno de esos jugadores que han perdido el hilo y tratan de reactivar su carrera en un nuevo destino. Su encaje es interesante: los Mavs siguen priorizando que Luka Doncic tenga buenos tiradores a su alrededor pero siguen buscando buenos jugadores defensivos de cara, sobre todo, a playoffs. En ese sentido, Ntilikina buscará el rol en el que decepcionó mucho Josh Richardson, que ahora se ha ido a Boston Celtics. Jason Kidd, nuevo técnico de los Mavs, intentará que (aunque el base suplente seguirá siendo Jalen Brunson) Doncic y Ntilikina puedan compartir minutos de backcourt, uno como obvio catalizador del ataque y el otro como perro de presa defensivo, encargado de hacer la vida difícil al base rival. Si consiguiera solidificar su tiro exterior, el francés podría acabar siendo un buen 3+D (jugador de tiro y defensa), pero primero tiene que demostrar que puede ser un jugador viable en ataque y una pieza estable en una rotación ambiciosa como es la de unos Mavs que no quieren perder el paso en la complicada Conferencia Oeste.