El Bilbao gana la Euskal Kopa con una paliza al Baskonia
Enorme partido de los pupilos de Mumbrú, liderados por Goudelock. Preocupante imagen de los vitorianos, que notaron las bajas en el juego interior.
El Bilbao Basket logró su cuarta Euskal Kopa (absolutamente bochornoso que sólo se pudiera seguir por internet y no se emitiera por ETB) y no lo hizo de cualquier manera. Se la llevó a lo grande, ante el Baskonia, el eterno rival. Bueno, el equipo que compareció en Santurtzi se rotulaba 'Baskonia' pero se supone que poco tendrá que ver con el que empiece a Liga la semana próxima. Por ausencias y mentalidad, más le vale mudar su aspecto. El cuadro de Mumbrú se gustó, dio una exhibición de esas que animan a un grupo con muchas caras nuevas. Liderado por un Goudelock que fue el Goudelock de antes, el de los buenos tiempos antes de bajar algo el pistón, sorprendió ver tan afilado a estas alturas del curso al conjunto vizcaíno. Y eso que empezó titubeante, con un 0-9, un toque de atención, porque lo de los 35 minutos posteriores fue un aplastamiento, hasta no recomendable por si la gente se lleva una imagen irreal de lo que es este equipo, llamado a sufrir más que a pensar en humillar a Euroligas. Los comparecientes en el Mikel Trueba son dos equipos en reconstrucción aunque uno aún con tres piezas por recuperar.
El Baskonia circuló sin tensión ni personalidad. Solo se salvó de la quema Fontecchio, pero mínimamente. Ivanovic no sabía dónde meterse, lo mejor era ocultarse bajo la gorra que lucía sobre su escasa cabellera con coleta. Se retiró cabizbajo a la conclusión del choque y no es para menos. Da la sensación de que su equipo tiene mucha carga física encima y no está con chispa. Ver a Baldwin, de vuelta tras lesión, ir al paso y a los exteriores comerse todos los bloqueos es para reflexionar. Y los interiores, que se cargaron pronto con faltas, fueron muñecos de trapo. El Bilbao Basket puso a funcionar una defensa asfixiante y no dejó a su rival un segundo de comodidad. En cuatro minutos los vitorianos se veían con la Kopa: 0-9. Nnoko reinaba engañosamente en la zona con mucha actividad. Rousselle rompió la sequía vizcaína con un triple a los cuatro minutos. La señal para la reacción. Los ‘hombres de negro’ empezaron a penetrar con facilidad y Delgado sacó faltas con esa forma magistral que tiene de ganar la posición bajo el aro. El empate a 11 llegó pronto. Withey puso un taponazo a dos manos a Sedekerskis. No había color en la pintura. El parcial hasta el comienzo del segundo cuarto fue de 23-4, que encarriló el palizón.
Costello está en EEUU resolviendo papeleo tras jugar el Afrobasket y Peters afronta una lesión de rodilla. Dos piezas muy importantes que les abren el campo. Eso dejó al equipo baskonista muy débil por dentro. Raieste también causa baja tras la operación en el menisco. Los azulgrana llevan un verano con victorias ante Nápoles, Sassari y Fuenla, y la derrota ante el Tenerife. Nada hacía presagiar semejante atropello. El martes cierran el turno de preparación contra el Sibiu rumano. Había un bolo contra el Pau pero se suspendió por varios jugadores franceses lesionados.
Enoch y Nnoko pasaron por Santurtzi sin pena ni gloria. Las faltas, dos por barba sin acabar el cuarto inicial, les condicionaron y obligaron a Ivanovic a jugar con pequeños un rato largo. Goudelock empezó la escabechina rápidamente. Había muchos problemas para defender su movilidad. La Mini Mamba está con ganas de triunfar en la ACB. El primer cuarto acabó con 22-13. El Baskonia apenas podía correr. Hasta Reyes parece haber dado un paso adelante. Un triplazo suyo gustándose subió la diferencia hasta los diez tantos: 28-18. La transición vizcaína también salió a relucir más tarde: 'alley-oop' de Luz a Hakanson para poner el 40-24. Al descanso aquello anunciaba carnicería: 50-33.
La ‘Duskina’ del vestuario apenas tuvo efectos. El Baskonia salió enchufado, con robos en primera línea (53-40), pero solo era humo. La cuarta falta de Nnoko a -16:19 contribuía a elevar la preocupación alavesa. Mumbrú tiene este año un grupo más largo y variado. Casi todos los interiores bloquean muy bien y eso en el baloncesto moderno es oro puro. Reyes seguía a lo suyo con otro triple cerca del final del tercer cuarto (67-46) y la defensa de los de negro impidió levantar la bola a los baskonistas en los 24 segundos de una posesión. El 91-62 (+29) fue el techo de ventaja local en el derbi. Fluidez, defensa, enorme ritmo, participación de todos y equilibrio interior-exterior y defensa-ataque. Juego estupendo de un Bilbao Basket que reina en Euskadi a base de apabullar.