MUNDIAL SUB-19 (F) | SEMIFINALES

Estados Unidos es demasiado

La Selección cae en cuartos de final del Mundial sub-19 ante un combinado estadounidense imperial. La resistencia duró una mitad. Clark, con 17 puntos, líder.

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Cercanía y lejanía. Una y otra vez hasta un desenlace cruel. Muy, muy lejano. Ejercicio de fe para España, que la tuvo toda y resistió hasta donde pudo (98-64). Cuando más se distanciaban las estadounidenses, más se exprimían las de Mario López. Entonces, sin embargo, cuando el marcador se comprimía, un nuevo tirón parecía deshacer todo el trabajo anterior. Hasta explotar en el tercer parcial, con un 29 a 14 autoritario. El talento es inmenso, pero el muro de enfrente era superior. Se podía competir en la circulación, en la intensidad o en la creatividad, pero no en un físico que, desde el inicio, dejó clara la brecha. Una que, con el paso de los minutos, creció hasta ese límite en el que, más allá de la diferencia deportiva, se suma el castigo emocional.

Con todo ello se despedirá la Selección del Mundial sub-19, aún con la posibilidad de lograr el quinto puesto del torneo frente a la República Checa. Inevitablemente, con la amargura que deja toda derrota abultada; pero, al mismo tiempo, con la, también inevitable, sensación de que hay futuro. Y mucho. Antes, se habían sumado tres victorias y una única derrota, contra Francia. Los cuartos de final han sido el final hoy, pero no mañana. Seguro.

El guion, al menos de la primera parte (50-35), dejaba hueco a la esperanza. Un parcial de 20-4 de inicio hacía temer lo peor. En ese momento, empero, aparecía la garra por primera vez. Una que caracteriza a este combinado y que, a lo largo de todo el torneo, se ha mostrado como una de las señas de identidad. Contra Japón, en dieciseisavos, se tuvo que bajar al barro, en un partido duro y al que se llegó perdiendo al último cuarto, y se demostró que, ahí, pocas selecciones son más peligrosas.

Hoy, sin embargo, el cuerpo a cuerpo final fue imposible. Lo es para (casi, por no aventurar en exceso) cualquiera. Antes de España, habían caído otras cuatro. Y de forma durísima: del 37 a 96 en la primera jornada frente a Italia al 129-45 a China. En medio, un 99 a 59 ante Australia y un 36-97 a Egipto. Inapelable y terrorífico. 244 puntos a favor de diferencia que, de promedio, se materializan en victorias por 61 tantos. A ellas contribuyen jugadoras como Lauren Betts, una pívot de 2,01 incontestable por arriba. En España, la máxima oposición en las alturas eran los 191 cm de Gisela Sánchez, que pudo terminar con 13 puntos, pero solo 2 rebotes. Para Betts fueron 8, además de 16 puntos.

Todo ello, bajo la dirección de Caitlin Clark, imparable hasta sus 17 tantos. A ellas, y a Diamond Johnson (13+2+4) o Sonia Citron (15+7+3), se intentó oponer una efervescente Claudia Contell (20+2+3). Pero delante tenía ese muro. Seguramente, el más alto.

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