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NBA | BUCKS 105 - SUNS 98 (4-2)

El 1x1 del campeón: un 'Big Three' entre perros y dioses

Milwaukee Bucks es campeón de la NBA medio siglo después. Con Giannis como líder y un corazón de hierro, la franquicia sana sus caídas anteriores.

El 1x1 del campeón: un 'Big Three' entre perros y dioses
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50 años después, Milwaukee Bucks es campeón de la NBA. Un mercado pequeño que, en los últimos años, había mostrado grandes aspiraciones. Siempre a las puertas de la gloria, hasta hoy. En 1971, fueron Kareem Abdul-Jabbar, aún Lew Alcindor, Oscar Robertson o Bob Dandridge; en 2021, ya año histórico para la franquicia de los ciervos, Giannis Antetokounmpo, Khris Middleton o Jrue Holiday. No son nombres al azar. Los tres últimos han formado un Big Three que, hasta ahora, pocos se atrevían a apodar como tal. Estrellas que se suelen esconder tras las nubes, que no caen del todo bien a los focos. "Somos perros", se repetían constantemente. Tras las caídas frente a Toronto Raptors y Miami Heat, en los playoffs anteriores, conocieron el lado más oscuro de la opinión pública. Este año, han luchado con corazón de hierro, han sanado las heridas. Ningún integrante de la plantilla había disputado unas Finales antes, llegaban vírgenes de éxito y se marchan con el anillo entre sus dedos. Ya conocen el olimpo. Tras él, nunca nada vuelve a ser igual. Aún más, cuando la espera es de medio siglo.

ENTRENADOR: MIKE BUDENHOLZER, 51 años. Era un all-in. Si no rompía su techo en playoffs, su tiempo en Milwaukee se daba por terminado. Tras vencer a Brooklyn Nets, frenó el reloj de arena; ahora, lo ha reiniciado. Mike Budenholzer estará presente en los siguientes pasos de los Bucks, seguirá dirigiendo al equipo al que enseñó a correr. Cuando llegó a Wisconsin, en 2018, se encontró un proyecto que empezaba a andar. Con Jason Kidd y, brevemente, Joe Prunty se acumulaban dos temporadas seguidas de playoffs, pero con caída en primera ronda. Con Budenholzer, se empezó a dominar la temporada regular con puño de hierro, con un 71,4% de victorias en sus tres temporadas (162-65), pero se generó una sensación de irremediable fragilidad en la fase final. Un único plan que, condenado por el estatismo, se ahogaba en sí mismo. A la tercera, lección aprendida. En esta postemporada, se han encontrado respuestas para casi todas las preguntas. El 4-0 a los Heat ejemplifica el cambio de paradigma: del muro impenetrable para Antetokounmpo, fruto de una simple defensa zonal, se pasó a la pesadilla de Jimmy Butler. Brook López volviendo a sus raíces, los constantes cambios defensivos, las modificaciones en la rotación, la capacidad para rectificar en el marcaje a Chris Paul... Otros Bucks, otro Budenholzer. "Tienes que resolverlo por tu cuenta", le dijo Gregg Popovich antes de iniciar la fase final, y lo ha hecho. De los 27 a los 43 años, Mike fue su asistente, con aportaciones en el sistema ofensivo ampliamente reconocidas, con el pace and space como bandera. Luego, con Atlanta Hawks, mostró su capacidad como entrenador jefe, con las Finales de Conferencia de 2015 como punto álgido. En los Bucks, en una oda a la redención, la ha confirmado.

GIANNIS ANTETOKOUNMPO: ala-pívot, 26 años. Estadísticas en playoffs: 30,2 puntos, 12,8 rebotes, 5,1 asistencias y 1,2 tapones. Zeus, Poseidón, Afrodita, Atenea, Apolo... y Antetokounmpo. El jugador griego ya está en el olimpo, junto a sus dioses. Su condición como ser terrenal ha quedado destruida por completo, su milagrosa recuperación es la última prueba que se necesitaba. En el cuarto partido frente a los Hawks, su rodilla se dobló de tal forma que, para cualquier otro, hubiera supuesto el adiós a la temporada. No para Giannis. Volvió y ha firmado unas Finales legendarias. Su tapón a Deandre Ayton en el cuarto partido de la serie devendrá en una de las imágenes icónicas de la NBA, pero también su alley-oop en el quinto, ante un Chris Paul que solamente pudo empujarle. O su sexto y decisivo duelo, con esos 50 puntos que han traído al presente 50 años de historia, uno a uno. Desde Shaquille O'Neal, nadie había dominado el juego interior como él a estas alturas, ni por sensaciones ni por números. Creció en el barrio de Sepolia, en Atenas, trabajando como vendedor ambulante, hostigado, junto a su familia, por los grupos neonazis y ganándose el pan día a día. Spiros Velliniatis, ojeador del Filathlitikos, de la Segunda División griega, le sacó de la calle y ofreció trabajo a sus padres. Vio algo en él, como Willy Villar, que lo llevó a Zaragoza, sin llegar a debutar, antes de aterrizar en la NBA. Sus apuntes en las libretas de ojeador se han convertido en un jugador que, a sus 26 años, acumula 2 MVP, 1 MVP de las Finales, 5 All Star, 1 Defensor del Año, 1 MIP... y un anillo, su ansiado anillo. Cuando Pandora abrió su caja, repleta por los males que un Zeus vengativo había acumulado, el terror tomó el mundo, pero quedó Elpis, el espíritu de la esperanza. Eso ha sido Antetokounmpo para los Bucks: sus arengas en el banquillo, su carisma, su empuje constante, su trabajo en silencio, su mente fría ante las críticas ("es sólo físico, no sabe jugar al baloncesto"...), su mejora en la toma de decisiones, etc. "El pasado es ego, el futuro es orgullo; yo me centro en el presente", reflexionaba en rueda de prensa. Y el presente es gloria, Giannis. 

KHRIS MIDDLETON: alero, 29 años. Estadísticas en playoffs: 23,6 puntos, 7,6 rebotes, 5,1 asistencias y 1,5 robos. Llegó a los Bucks al mismo tiempo que Antetokounmpo, en 2013, y, tras mucho barro, han alcanzado el anillo juntos. Fueron las primeras piedras, y las más importantes, del proyecto que hoy se corona. De las 15 victorias que conseguían en ese primer curso al segundo Larry O'Brien de la franquicia: persistencia y redención, trabajo y fundamentos. Porque, como el griego, su trayectoria ha estado marcada por un poco de todo. En 2017, tras el sexto partido frente a Toronto Raptors, el que le apeaba de sus segundos playoffs, terminaba en el hospital deshidratado, exhausto tras dejarse el alma en la pista. Hoy, el esfuerzo encuentra final feliz. En los libros de historia, su contribución ocupará páginas y páginas. El hombre al que, en los momentos calientes, todo el mundo busca. El closer, un alero vintage adaptado a los tiempos modernos, un amante de la media distancia y una fiera hambrienta de tensión. Una estrella mayúscula, aunque brille menos que otras. En el límite, como funambulista en el alambre más fino, es donde es más peligroso. Apareció en los momentos críticos frente a los Nets, con 35 puntos en la primera victoria y 38 para poner el 3-3; dejó cuartos mágicos frente a los Hawks, con sus 20 tantos en el último parcial del tercer partido o sus 16 en el tercero del sexto; y decidió en las Finales, con sus 10 puntos en los últimos dos minutos del cuarto duelo. En 2012, disputaba la G League; en 2020, se sienta en el trono de la mejor liga del mundo.

JRUE HOLIDAY: base, 31 años. Estadísticas en playoffs: 17,3 puntos, 5,7 rebotes, 8,7 asistencias y 1,7 robos. El último integrante del Big Three, por orden de llegada. Para su incorporación, se marcharon tres picks del Draft, George Hill, Eric Bledsoe y RJ Hampton. Un precio muy alto, pero... ¿quizás el del anillo? Holiday aterrizó en Milwaukee con una misión clara: romper el techo de cristal. Era un todo al presente y la banca ha perdido. Las Finales, sin él en pista, hubieran sido totalmente distintas. Como la temporada de Miwaukee en general. En el primer partido de la serie, defendido por PJ. Tucker, Chris Paul terminó con 32 puntos y 9 asistencias: un espejismo para los Suns. Y lo fue, principalmente, por el cambio de asignación entre Tucker y Jrue, martirio de Phoenix y de Paul en particular. "Es el mejor defensor de la liga en la posición de base", llegó a decir Kevin Durant sobre él. "Es el más infravalorado de la liga", Stephen Curry o Bradley Beal. Ha demostrado por qué y, además, ha sumado noches ofensivas para el recuerdo, como la del quinto encuentro de las Finales, con el robo a Devin Booker y el alley oop incluidos. Ese alley oop. Dentro de la liga, es uno de los jugadores más respetados de la competición; ahora, seguramente, también lo será fuera. Como merece. En 2016, abandonaba el baloncesto para estar al lado de su esposa, Lauren Cheney, estrella del fútbol estadounidense, que pasaba por el quirófano para eliminar un tumor cerebral. En la burbuja de Orlando, donó todo su salario para reforzar la comunidad afroamericana y el movimiento Black Lives Matter. Ya tenía muchos anillos; ahora, también el de la NBA.  

Antetokounmpo, Middleton, Holiday y Tucker celebran la agónica victoria en el quinto partido.
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Antetokounmpo, Middleton, Holiday y Tucker celebran la agónica victoria en el quinto partido.TANNEN MAURYEFE

BROOK LÓPEZ: pívot, 33 años. Estadísticas en playoffs: 13 puntos, 5,9 rebotes y 1,5 tapones. El máximo anotador en la historia de los Nets. Que vaya por delante, porque se suele olvidar. Seguramente, una de las imágenes principales de la evolución de los pívots modernos. En sus primeras cinco temporadas en la competición, intentó siete triples; ahora, promedia cuatro lanzamientos con un 33,8% de acierto. Llegó a Milwaukee en 2018 y, desde entonces, resulta difícil imaginar la franquicia sin él, tanto por su rendimiento como por su carácter. "Me encanta ser tu compañero de equipo, nunca te quejas. Haces mucho por este equipo y no pides ningún reconocimiento", le escribía en un mensaje Jrue al pívot esta misma temporada. Un guerrero más, pero con capacidad para vestirse de traje, para ser decisivo en ausencia de las estrellas principales. En esta postemporada, será recordado por su quinto partido ante los Hawks, cuando, con 33 puntos, se disfrazó de Anteto en su ausencia; pero su aportación ha sido constante e imprescindible. En las Finales, su rol ha ido menguando, siendo el blanco favorito en los cambios defensivos, pero ha cumplido con creces en sus minutos sobre la pista. Como admiraba Holiday, para él, no supone ningún problema adaptarse a lo que demandan las situaciones, con su vuelta a los orígenes, al juego interior, en la serie frente a los Heat. Vive por y para el equipo y, ahora, este último le ha concedido su primer anillo.  

P.J. TUCKER: ala-pívot, 36 años. Estadísticas en playoffs: 4,3 puntos, 4,8 rebotes y 1,1 asistencias. De nuevo, una muestra de que los Bucks confiaban ciegamente en sus posibilidades para el presente año. En marzo, PJ Tucker llegaba a cambio de DJ Augustin, DJ Wilson y una primera ronda del Draft2023. También, por cierto, en esas fechas, se marchaba Torrey Craig a Phoenix Suns. De alguna manera, todos ellos, partícipes del anillo. Con el veterano jugador, en Wisconsin, querían aumentar sus prestaciones defensivas, pero también el conocimiento sobre la pista, las batallas de un soldado que ha estado en las trincheras más duras. Tras jugar 17 partidos, como rookie, en Toronto, hizo las maletas para curtirse en Israel, Ucrania, Grecia, Italia y Alemania. Volvió a la NBA para, justamente, jugar en los Suns y, a los Bucks, llegó desde Houston. En estos playoffs, se ha dejado la vida, como ha remarcado en más de una ocasión. Su defensa sobre Kevin Durant, insistente y dura a la par que noble, sus innumerables ayudas, recuperaciones... No ha terminado la fase final con grandes registros en las principales estadísticas, pero sí, noche tras noche, con uno de los mejores +/- de la pista. Para eso llegaba.  

PAT CONNAUGHTON: alero, 28 años. Estadísticas en playoffs: 6,9 puntos y 4,4 rebotes. Renovó antes de empezar la temporada por 2 años y 8,3 millones, cobrando, por errores burocráticos, prácticamente el doble de lo que la franquicia le quería dar. Finalmente, la inversión, como en todos los casos anteriores, ha quedado más que amortizada. Un secundario de lujo, de la confianza absoluta de Budenholzer, con aportaciones trascendentales. Ha participado en todos los partidos de la fase final y ha sido decisivo, infalible desde el perímetro cuando las muñecas más suelen temblar. Fue providencial en el cuarto y en el quinto partido de las Finales, con 4 triples en ambos con un 53,8% de acierto. Para igualar la eliminatoria, anotó 8 puntos y capturó 5 rebotes en los últimos 12 minutos, anotando el triple que adelantaba a los Bucks (97-95) a falta de 3 minutos. Su rendimiento ha multiplicado las posibilidades en la corta rotación del técnico, siendo vital en los quintetos pequeños, los de mayor eficiencia. Y, todo ello, claro, con toneladas de trabajo e intensidad.        

BOBBY PORTIS: pívot, 26 años. Estadísticas en playoffs: 8,8 puntos y 5 rebotes. Si los Bucks se repetían, una y otra vez, que eran "perros", era por un sentimiento coral, pero, en buena medida, por Portis. El pívot se ha reencontrado en Milwaukee. Ha encontrado su sitio: "Es una blue-collar city y yo soy un blue-collar player", ha descrito él mismo. Después de una carrera marcada por las polémicas, especialmente por su incidente con Nikola Mirotic, ha descubierto la forma de canalizar su rabia, su energía, su inacabable garra. Sus gritos tras ganar cada balón en disputa se han fundido con las 20.000 almas del Fiserv Forum, que corean su nombre siempre que pueden. Incluso, con camisetas con el cántico serigrafiado: "Bobby, bobby, bobby". Ha regado una cultura rebelde, es parte del hierro que ha fortificado el corazón de la franquicia. Y, mientras lo hacía, rendía en la pista, llegando, incluso, a ser el elegido para la titularidad durante la baja de Giannis. Tiene una opción de jugador sobre la mesa, pero, pase lo que pase, Portis y Milwaukee estarán unidos para siempre.

DONTE DIVINCENZO: escolta, 24 años. Estadísticas en temporada regular: 10,4 puntos, 5,8 rebotes y 3,1 asistencias. Ni Doncic ni Deandre Ayton ni Trae Young, DiVincenzo ha sido el primer integrante de la majestuosa camada en conseguir un anillo. En su primera temporada como titular en la mejor liga del mundo, una grave lesión en un tendón del pie izquierdo le ha impedido ser partícipe de la fase final. En algunos momentos, los Bucks le han echado de menos, como en los cambios defensivos del primer partido de las Finales, pero se han rehecho. Empezó la temporada con los dos pies fuera de la franquicia, siendo parte del traspaso que, durante horas, situaba a Bogdan Bogdanovic en Wisconsin, pero, tras una temporada ilusionante, su techo ha aumentado. Tras verle jugar en la universidad, LeBron James se rindió a sus capacidades. Fue el MVP de dicha fase final y, tras el partido, el rey aseguró que "acaba de ganar mucho dinero". El tiempo dirá, pero, la próxima temporada, seguirá creciendo. Ahora, en un equipo campeón.

BRYN FORBES: base, 27 años. Estadísticas en playoffs: 6,6 puntos y 1,4 rebotes. Sus debilidades en la retaguardia le han ido quitando protagonismo con el aumento del fuego, las trampas y los golpes. No es jugador para ello, pero sí para lo que ha hecho: disparar a discreción cuando se ha necesitado. Su 7 de 14 en el último partido de la serie frente a los Heat fueron el culmen de una temporada muy sólida en su rol. Con el adiós de una leyenda en la disciplina como Kyle Korver, los Bucks necesitaban un especialista desde la larga distancia, y lo ha sido: en temporada regular, ha firmado su mejor registro, con un 45,2% de acierto.

JEFF TEAGUE: base, 33 años. Estadísticas en playoffs: 2 puntos y 0,8 asistencias. Su aportación ha sido irregular, pero Budenholzer ha confiado en él para las Finales, siendo sus partidos con más presencia en pista durante los playoffs. Se conocían de Atlanta, donde Teague fue All Star y donde dejó su huella en el presente anillo, con un inmaculado 3 de 3 en el triple en el sexto y definitivo duelo. Su despliegue en pista dista mucho del que ofreció en su mejor momento, explosivo y punzante como pocos, pero ha sumado. Y, cuando se habla de ganar la NBA, toda ayuda es poca. Un soldado más dispuesto a todo.   

Bobby Portis celebra una acción del juego con su idiosincrático carácter.
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Bobby Portis celebra una acción del juego con su idiosincrático carácter.RONALD MARTINEZAFP

ELIJAH BRYANT: escolta, 26 años. Estadísticas en playoffs: 1,3 puntos, 1,1 rebotes y 0,4 asistencias. Aterrizó en Wisconsin a última hora, en pleno desembarco europeo en la NBA, procedente del Maccabi de Tel Aviv. En Euroliga, había promediado 9,8 puntos, 3 rebotes y 2 asistencias. Se ha quedado lejos en Estados Unidos, con una aportación testimonial, pero demostrando que puede tener recorrido en la liga. En su primer, y último, partido de temporada regular firmó un 16+6+3; en playoffs, sin ser parte de la rotación, ha podido poner su granito de arena.

THANASIS ANTETOKOUNMPO: alero, 28 años. Estadísticas en temporada regular: 2,9 puntos, 2,2 rebotes y 0,8 asistencias. En el parqué, su aportación ha sido ínfima; pero, desde la banda, pocas voces se han escuchado más que la suya. Como su hermano, creció en las calles de Grecia y, ahora, puede presumir del anillo más glamuroso que existe. En el quinto partido de las Finales, sembró el miedo en Wisconsin con su entrada en los protocolos relativos al Covid. Finalmente, quedó en susto... y en el tercer campeonato de la NBA para la familia, sumado al de Kostas con Los Angeles Lakers.   

JORDAN NWORA: alero, 22 años. Estadísticas en temporada regular: 5,7 puntos, 2 rebotes y 0,2 asistencias. Fue seleccionado en la posición 45 del pasado Draft y participará en los Juegos Olímpicos de Tokio con la prometedora Nigeria. En ella, ostenta el récord de anotación en un partido: 36 puntos ante Mali, en 2019. Ha participado en 30 partidos en temporada regular, con apariciones fugaces en playoffs. En sus dos únicos partidos como titular, sumó 21 y 24 puntos. Combina buenas condiciones físicas con mucho peligro desde el perímetro. Seguirá creciendo en Wisconsin.   

SAM MERRILL: escolta, 25 años. Estadísticas en temporada regular: 3 puntos, 1 rebote y 0,7 asistencias. El último de la pasada camada, el número 60. Llegó junto a Holiday desde New Orleans. Sus cualidades eran inequívocas: un tirador puro. En su carrera universitaria, acumuló 6,9 triples por cada 40 minutos, con un 42% de acierto. En su primera temporada como profesional, en 30 partidos, ha lanzado 1,6 intentos con un 44,7% de acierto. Puede hacer carrera en su rol, pero debe pulir sus prestaciones defensivas.

MAMADI DIAKITE: ala-pívot, 24 años. Estadísticas en temporada regular: 3,1 puntos, 2,4 rebotes y 0,6 asistencias. Otro rookie, el de menor participación. Sus 10 puntos en una derrota frente a Charlotte Hornets han supuesto su mejor actuación en su primer curso en la NBA. Destaca por su envergadura y un buen manejo del balón pese a su altura. También por un tiro más que aceptable. Sin embargo, deberá intentar mostrar todas sus cualidades en su segunda temporada en la mejor liga del mundo. La tiene asegurada, después de que la franquicia le ofreciera un contrato fijo en abril.

AXEL TOUPANE: escolta, 28 años. Estadísticas en temporada regular: 1,8 puntos, 0,8 rebotes y 0,5 asistencias. Campaña testimonial, con solamente ocho partidos en su contador. Sigue buscando su sitio en la NBA desde que, en 2015, debutara con Denver Nuggets. Ha sido su segunda experiencia en los Bucks, tras los dos partidos en 2016. No ha sido mucho más prolífica, pero ha tenido la oportunidad de conocer la gloria. 

JUSTIN JACKSON: alero, 26 años. Estadísticas en playoffs: 1,2 puntos, 0,4 rebotes y 0,2 asistencias. Llegó a Milwaukee, desde Oklahoma, con un contrato dual. Sólo sumó una presencia en regular season, en el último partido, y, en playoffs, ha aparecido en los encuentros decididos. Ha sido su cuarta temporada en la competición. Antes de los Thunder, estuvieron Dallas Mavericks y Sacramento Kings.