50 años después, Milwaukee Bucks es campeón de la NBA. Un mercado pequeño que, en los últimos años, había mostrado grandes aspiraciones. Siempre a las puertas de la gloria, hasta hoy. En 1971, fueron Kareem Abdul-Jabbar, aún Lew Alcindor, Oscar Robertson o Bob Dandridge; en 2021, ya año histórico para la franquicia de los ciervos, Giannis Antetokounmpo, Khris Middleton o Jrue Holiday. No son nombres al azar. Los tres últimos han formado un Big Three que, hasta ahora, pocos se atrevían a apodar como tal. Estrellas que se suelen esconder tras las nubes, que no caen del todo bien a los focos. "Somos perros", se repetían constantemente. Tras las caídas frente a Toronto Raptors y Miami Heat, en los playoffs anteriores, conocieron el lado más oscuro de la opinión pública. Este año, han luchado con corazón de hierro, han sanado las heridas. Ningún integrante de la plantilla había disputado unas Finales antes, llegaban vírgenes de éxito y se marchan con el anillo entre sus dedos. Ya conocen el olimpo. Tras él, nunca nada vuelve a ser igual. Aún más, cuando la espera es de medio siglo.
ENTRENADOR: MIKE BUDENHOLZER, 51 años. Era un all-in. Si no rompía su techo en playoffs, su tiempo en Milwaukee se daba por terminado. Tras vencer a Brooklyn Nets, frenó el reloj de arena; ahora, lo ha reiniciado. Mike Budenholzer estará presente en los siguientes pasos de los Bucks, seguirá dirigiendo al equipo al que enseñó a correr. Cuando llegó a Wisconsin, en 2018, se encontró un proyecto que empezaba a andar. Con Jason Kidd y, brevemente, Joe Prunty se acumulaban dos temporadas seguidas de playoffs, pero con caída en primera ronda. Con Budenholzer, se empezó a dominar la temporada regular con puño de hierro, con un 71,4% de victorias en sus tres temporadas (162-65), pero se generó una sensación de irremediable fragilidad en la fase final. Un único plan que, condenado por el estatismo, se ahogaba en sí mismo. A la tercera, lección aprendida. En esta postemporada, se han encontrado respuestas para casi todas las preguntas. El 4-0 a los Heat ejemplifica el cambio de paradigma: del muro impenetrable para Antetokounmpo, fruto de una simple defensa zonal, se pasó a la pesadilla de Jimmy Butler. Brook López volviendo a sus raíces, los constantes cambios defensivos, las modificaciones en la rotación, la capacidad para rectificar en el marcaje a Chris Paul... Otros Bucks, otro Budenholzer. "Tienes que resolverlo por tu cuenta", le dijo Gregg Popovich antes de iniciar la fase final, y lo ha hecho. De los 27 a los 43 años, Mike fue su asistente, con aportaciones en el sistema ofensivo ampliamente reconocidas, con el paceand space como bandera. Luego, con Atlanta Hawks, mostró su capacidad como entrenador jefe, con las Finales de Conferencia de 2015 como punto álgido. En los Bucks, en una oda a la redención, la ha confirmado.
JRUE HOLIDAY: base, 31 años. Estadísticas en playoffs: 17,3 puntos, 5,7 rebotes, 8,7 asistencias y 1,7 robos. El último integrante del Big Three, por orden de llegada. Para su incorporación, se marcharon tres picks del Draft, George Hill, Eric Bledsoe y RJ Hampton. Un precio muy alto, pero... ¿quizás el del anillo? Holiday aterrizó en Milwaukee con una misión clara: romper el techo de cristal. Era un todo al presente y la banca ha perdido. Las Finales, sin él en pista, hubieran sido totalmente distintas. Como la temporada de Miwaukee en general. En el primer partido de la serie, defendido por PJ. Tucker, Chris Paul terminó con 32 puntos y 9 asistencias: un espejismo para los Suns. Y lo fue, principalmente, por el cambio de asignación entre Tucker y Jrue, martirio de Phoenix y de Paul en particular. "Es el mejor defensor de la liga en la posición de base", llegó a decir Kevin Durant sobre él. "Es el más infravalorado de la liga", Stephen Curry o Bradley Beal. Ha demostrado por qué y, además, ha sumado noches ofensivas para el recuerdo, como la del quinto encuentro de las Finales, con el robo a Devin Booker y el alley oop incluidos. Ese alley oop. Dentro de la liga, es uno de los jugadores más respetados de la competición; ahora, seguramente, también lo será fuera. Como merece. En 2016, abandonaba el baloncesto para estar al lado de su esposa, Lauren Cheney, estrella del fútbol estadounidense, que pasaba por el quirófano para eliminar un tumor cerebral. En la burbuja de Orlando, donó todo su salario para reforzar la comunidad afroamericana y el movimiento Black Lives Matter. Ya tenía muchos anillos; ahora, también el de la NBA.
P.J. TUCKER: ala-pívot, 36 años. Estadísticas en playoffs: 4,3 puntos, 4,8 rebotes y 1,1 asistencias. De nuevo, una muestra de que los Bucks confiaban ciegamente en sus posibilidades para el presente año. En marzo, PJ Tucker llegaba a cambio de DJ Augustin, DJ Wilson y una primera ronda del Draft2023. También, por cierto, en esas fechas, se marchaba Torrey Craig a Phoenix Suns. De alguna manera, todos ellos, partícipes del anillo. Con el veterano jugador, en Wisconsin, querían aumentar sus prestaciones defensivas, pero también el conocimiento sobre la pista, las batallas de un soldado que ha estado en las trincheras más duras. Tras jugar 17 partidos, como rookie, en Toronto, hizo las maletas para curtirse en Israel, Ucrania, Grecia, Italia y Alemania. Volvió a la NBA para, justamente, jugar en los Suns y, a los Bucks, llegó desde Houston. En estos playoffs,se ha dejado la vida, como ha remarcado en más de una ocasión. Su defensa sobre Kevin Durant, insistente y dura a la par que noble, sus innumerables ayudas, recuperaciones... No ha terminado la fase final con grandes registros en las principales estadísticas, pero sí, noche tras noche, con uno de los mejores +/- de la pista. Para eso llegaba.
BOBBY PORTIS: pívot, 26 años. Estadísticas en playoffs: 8,8 puntos y 5 rebotes. Si los Bucks se repetían, una y otra vez, que eran "perros", era por un sentimiento coral, pero, en buena medida, por Portis. El pívot se ha reencontrado en Milwaukee. Ha encontrado su sitio: "Es una blue-collar city y yo soy un blue-collar player", ha descrito él mismo. Después de una carrera marcada por las polémicas, especialmente por su incidente con Nikola Mirotic, ha descubierto la forma de canalizar su rabia, su energía, su inacabable garra. Sus gritos tras ganar cada balón en disputa se han fundido con las 20.000 almas del Fiserv Forum, que corean su nombre siempre que pueden. Incluso, con camisetas con el cántico serigrafiado: "Bobby, bobby, bobby". Ha regado una cultura rebelde, es parte del hierro que ha fortificado el corazón de la franquicia. Y, mientras lo hacía, rendía en la pista, llegando, incluso, a ser el elegido para la titularidad durante la baja de Giannis. Tiene una opción de jugador sobre la mesa, pero, pase lo que pase, Portis y Milwaukee estarán unidos para siempre.
DONTE DIVINCENZO: escolta, 24 años. Estadísticas en temporada regular:10,4 puntos, 5,8 rebotes y 3,1 asistencias. Ni Doncic ni Deandre Ayton ni Trae Young, DiVincenzo ha sido el primer integrante de la majestuosa camada en conseguir un anillo. En su primera temporada como titular en la mejor liga del mundo, una grave lesión en un tendón del pie izquierdo le ha impedido ser partícipe de la fase final. En algunos momentos, los Bucks le han echado de menos, como en los cambios defensivos del primer partido de las Finales, pero se han rehecho. Empezó la temporada con los dos pies fuera de la franquicia, siendo parte del traspaso que, durante horas, situaba a Bogdan Bogdanovic en Wisconsin, pero, tras una temporada ilusionante, su techo ha aumentado. Tras verle jugar en la universidad, LeBron James se rindió a sus capacidades. Fue el MVP de dicha fase final y, tras el partido, el rey aseguró que "acaba de ganar mucho dinero". El tiempo dirá, pero, la próxima temporada, seguirá creciendo. Ahora, en un equipo campeón.