Revolución en la NCAA: los atletas podrán ganar dinero
La junta directiva de la organización universitaria aprueba que los deportistas puedan obtener beneficios a través de su imagen. Era un debate creciente.
Un antes y un después en Estados Unidos. Los deportistas universitarios ya pueden percibir ingresos. No en relación directa con su actividad deportiva, pero sí a través de su imagen, ya sea en forma de patrocinios, acciones publicitarias, etc. Así lo estimó el pasado jueves la junta directiva de la NCAA, en una decisión que arrastraba años de debates. "Este es un día importante para los atletas universitarios, ya que ahora todos pueden aprovechar las oportunidades de su nombre e imagen", declaraba Mark Emmert, presidente de la organización, al hacer pública la nueva normativa. Hasta el momento, los deportistas universitarios tenían totalmente prohibida dicha posibilidad, pues, desde la entidad, se entendía que iba en contra de los principios de la competición universitaria.
Entre las nuevas posibilidades para los atletas, se encuentran el hecho de poder monetizar sus cuentas de redes sociales, iniciar sus propios negocios, participar en campañas publicitarias o, incluso, firmar con agentes de representación. Esto último, algo que, en determinados casos, ya se hacía, pero de forma extraoficial. Las mismas, eso sí, se deberán ajustar al marco legal de cada Estado. Entre los siguientes objetivos, de esta manera, se encuentra la unificación de la legislación federal, evitando así posibles diferencias entre los implicados, que se acercan al medio millón. "Con la variedad de leyes estatales adoptadas en todo el país, continuaremos trabajando con el Congreso para desarrollar una solución que brinde claridad a nivel nacional. El entorno actual, tanto legal como legislativo, nos impide brindar una solución y el nivel de detalle que los estudiantes-atletas merecen ", aseguraba el propio Emmert al respecto.
El cambio supone una redefinición completa del estatus de los atletas universitarios, que se alejan del 'amateurismo' para acercarse al profesionalismo; algo que, por otras vías, intentaban hacer, de forma creciente, algunos de los deportistas. En la NBA, son ejemplo aquellos jugadores que, en vez de apostar por las ligas universitarias, se decantan por participar en competiciones de otros países, como las europeas. Con tal de evitar parte de esta tendencia, sin ir más lejos, la organización de Adam Silver, esta misma temporada, ya había planteado otra alternativa: la creación del equipo NBA G League Ignite, que compite en su liga de desarrollo, de carácter profesional. En el próximo Draft, de hecho, dos de las mayores promesas, Jalen Green y Jonathan Kuminga, procederán de la mencionada formación.
En 2015, según datos de USA Today recogidos por El Independiente, 24 universidades ingresaron más de 100 millones de euros; en 2011, la NCAA vendió los derechos de las retransmisiones deportivas a la CBS y a Turner por 10.800 millones de dólares. De todo ello, nada llega a los deportistas universitarios. Y seguirá siendo así; aunque, ahora, podrán obtener beneficios por otras vías, aquellas que se generen a través de su propia imagen. Un hecho que, de forma inmediata, podría implicar grandes cambios: jugadores que deciden alargar su estancia en los equipos universitarios, una mengua en el número que vuela, momentáneamente, del país, etc. Un nuevo mapa para el deporte estadounidense.