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NBA | CLIPPERS 106 - SUNS 92 (1-2)

Heróico: Paul George se redime y mantiene vivos a los Clippers

Increíble ejercicio de supervivencia de los Clippers, que ponen el 2-1 tras una segunda parte espectacular. George, Zubac, Jackson y Beverley, tremendos.

Increíble ejercicio de supervivencia de los Clippers, que ponen el 2-1 tras una segunda parte espectacular. George, Zubac, Jackson y Beverley, tremendos.
ETIENNE LAURENTEFE

Lo devuelven todo. Es la mejor frase para definir a unos Clippers que se asemejan a unos héroes en estos playoffs. Han empezado las tres eliminatorias que llevan con 2-0 en contra, y en las tres han ganado el tercer partido. En las dos primeras ganaron también el cuarto, un ejemplo que deberán tener en cuenta unos Suns que han sido una sombra de lo que fueron en Phoenix. Lejos del atronador ruido del desierto de Arizona, esta vez no hubo milagro en el último segundo, uno que da pie a esos condicionantes de los que vive el debate pero que no se ajustan a la realidad. Si Paul George hubiera anotados esos dos tiros libres, Ivica Zubac hubiera defendido mejor a DeAndre Ayton o Monty Williams no hubiera tirado de pizarra con una sabiduría asombrosa, serían los angelinos los que estarían 2-1. Pero, ya se sabe, las cosas fáciles no son precisamente amigas de los Clippers, que siguen vivos en ese sueño imposible de conseguir un anillo del que jamás han estado tan cerca. No en vano, están disputando por primera vez en su historia las finales de Conferencia. Se dice pronto.

Hubo dos partidos en uno: una primera parte en la que los Suns se marcharon por delante, con el inicio fuerte habitual de Ayton (12 puntos el otro día en el periodo inicial, 10 en este) y la novedad de un Chris Paul que acabó el partido con 15 puntos y 12 asistencias, pero 5 de 19 en tiros de campo. Relegó al banquillo a Cameron Payne, la revelación, que acabó con 29 tantos el segundo asalto. Esta vez no hubo tanta suerte: un golpe en la rodilla izquierda no le permitió volver al partido tras el descanso, aumentando así una ristra de lesiones de la que nadie consigue escapar en los presentes playoffs. Con Payne fuera, Booker desesperado y el equipo desmadejado, la hazaña fue imposible y esta vez no hubo remontada de última hora. Aunque la desventaja y el ejercicio de supervivencia de los Clippers, que arrasaron en la segunda parte, fue impresionante.

La primera parte fue un 46-48 para los Suns; la segunda, un 60-44 para los Clippers, que defendieron como titanes. Solo permitieron que los visitantes pasaran de los 25 puntos en el segundo periodo, les dejaron por debajo del 39% en tiros de campo y en un 31% en triples y apisonaron a las estrellas: el 5 de 19 de Paul fue empeorado por Booker, que se quedó en 5 de 21. Perseguido por Beverley, que parece que está en el mundo para hacerle la vida imposible, ya sea verbalmente o no. Y que tiene una capacidad innata para sacar de quicio a cualquiera y meterse en el bolsillo a una afición que pareció de verdad y dejó atrás la fama de fría. Por ahí anda el dueño, Steve Ballmer, con sus ya tradicionales danzas a la hora de celebrar una canasta. En la grada también estaba Kawhi Leonard, que no está en el banquillo vestido de calle (como Serge Ibaka) y se toma la libertad de siempre, la que él quiere. En Estados Unidos, informaron de que bajó al descanso a los vestuarios a hablar con sus compañeros. Del resto, no se sabe nada más: "Lo único que sé es que hoy no está disponible", afirmaba Tyronn Lue en la previa.

Un héroe llamado Paul George

El líder absoluto fue Paul George: irregular en el tiro (9 de 26, con 3 de 11 en triples), defendió como solo él sabe hacerlo, llegó a los balones sueltos, distribuyó a partir de las penetraciones y reboteó de forma magistral. Acabó con 27 puntos, 15 rebotes y 8 asistencias, con más anotación pero casi el mismo protagonismo que Reggie Jackson, que se fue a 23 y está siendo un hombre fundamental en ese entrenador de jugadores, infravalorado en exceso, como es Tyronn Lue. Atrás queda el base monopolizador, que solo sabe jugar de una manera, cobra mucho y aporta poco de los Pistons. Jackson, que promedia más de tres aciertos desde la línea de tres en estos playoffs, está lanzando por encima del 50% en tiros de campo, del 40% en triples y con el 88% en tiros libres, números que solo Stephen Curry (ojo) había conseguido en la historia de la fase final. Y está en 18 puntos por noche. Poco más que añadir. Relación calidad-precio y premio para los Clippers, claramente.

El otro gran jugador, aparte del dúo dinámico, fue Ivica Zubac: el pívot, que se comió la última jugada de Ayton en el segundo partido, respondió secando a su rival, que acabó con anotó los ya mencionados 10 puntos en el primer periodo, pero solo consiguió 8 más en el resto del encuentro, atrapó apenas 9 rebotes y acabó con un -25. Zubac, por su lado, se fue a 15+16, finalizó con un +28 y salió reforzado de su lucha individual, contra Ayton y contra sí mismo. Mención especial también para Terance Mann, la revelación de su equipo, con 10 puntos clave en el tercer periodo, cuando un parcial demoledor de los Clippers les dio la ventaja que necesitaban para afrontar la recta final del encuentro. Un juego muy físico que desesperó a unos Suns demasiado enzarzados con los árbitros (Crowder a la cabeza) y que mostró un potencial extraordinario de un equipo que jugó como tal y demostró una colectividad enorme.

Así están las cosas: 2-1 para los Clippers después de los cambios de Lue, que sentó a Marcus Morris de inicio e introdujo en la rotación y como titular a Mann. Los cambios funcionaron, el balón circuló como nunca y el aro estuvo totalmente protegido (58-47 en rebotes) en todo momento. De nuevo, los supervivientes Cllippers se encargan de devolver cada golpe que reciben y muestran una cara asombrosamente buena ante su público. En dos días, cuarto asalto con los angelinos otra vez obligados a ganar, algo que ya han hecho en dos ocasiones en estos playoffs. El año pasado, eran ellos los que desperdiciaban ventajas; en este, remontan como si llevaran toda la vida haciéndolo. Y todo, con un segundo asalto que tenían en el bolsillo y que acabaron desperdiciando por errores propios y aciertos rivales. Si ese partido hubiera terminado de otra manera... en fin, lo que ya hemos dicho. De los condicionantes no se vive. Esto son los playoffs de la NBA. Y los Clippers tienen otra vida. Para variar.