NBA | SUNS 123 - NUGGETS 98 (2-0)
Repaso de libro de los Suns al ritmo de un esplendoroso Paul
Chris Paul, con 17+15 y sin pérdidas, lideró a los Suns en una paliza a los Nuggets para poner el 2-0 en la eliminatoria. Volvió Barton. Campazzo, flojo.
El sol aclara la situación de las semifinales de conferencia. Si lo ponemos en plural, los Nuggets se ven fritos por el ritmo al que les están llevando. Ya es un 2-0 y empieza a oler a chamusquina en el equipo de Mike Malone a pesar de que están poniendo todos los esfuerzos posibles. El dominio de los Suns es, por ahora, muy claro, Chris Paul parece recuperado casi totalmente de la lesión de hombro que sufrió en el enfrentamiento con los Lakers y el mismo equipo que fue un rodillo de jugar al baloncesto en la fase regular es el que se ha presentado en la fase decisiva de la temporada. De momento no hay brechas para Phoenix, que ve cada vez más cerca el billete para poder ganar.
En el caso de los Nuggets ya vimos en la anterior serie cómo eran capaces de remontar una situación adversa. El cuarto partido ante los Blazers fue absolutamente aciago e hizo saltar las alarmas, pero luego ganaron los dos siguientes y se clasificaron. Aquí lo van a tener un poco más difícil: aún tienen que sumar cuatro. Frente a los Suns en su pabellón, 123-98 y dando gracias. La imagen fue muy mala. Nikola Jokic estrenó su premio de mejor jugador de la Liga siendo el máximo anotador pero sin tampoco contribuir a que hubiera una vía de escape para que los suyos pudieran dominar alguna faceta específica. Arrolladores los de Monty Williams, sobre todo con el ritmo machacón en el estático que tan bonito es de ver pero tan duro es de sufrir.
Paul ya venía de un partido muy bueno, el primero, pero en el segundo incluso se superó. Con tranquilidad y sacando a pasear el libreto de manejo de un equipo que, si está concentrado, es un reloj. Terminó con 17 puntos y 15 rebotes a la vez que con 0 pérdidas, el único que lo ha hecho en la historia a esas alturas. Empezaron imprimiendo mucho más ritmo los visitantes, mucho más, con transiciones que duraban pocos segundos para intentar llevar el combate a lo físico y cambiar un poco la tendencia del primer día, pero fue imperceptible ese traslado en términos numéricos. Los Suns ya habían encestado un par de triples para empezar y Paul se ponía manos a la obra para también saciar a sus hombres interiores. Tocando todos los palos. El que también tuvo que hacerlo fue el entrenador de los Nuggets, buscando una reacción en el primer cuarto estando ya seis abajo: Will Barton, al campo. Era el retorno del escolta, que no jugaba desde abril, y llegó con un mate, un tapón y un triple en cuestión de segundos. Una bala salvada, pero había bastantes más en el cartucho de los Suns.
En el descanso de Jokic los Nuggets probaron con Millsap y Green de pareja y, enfrente, se colocó Dario Saric. Bueno, pues ganó el croata. Y no son buenas señales, obviamente. Con un triple del ala-pívot de Phoenix volvió el +10. Con el regreso de los titulares se mantuvo. Campazzo, ante unos Paul y Payne que hasta taponaban con fruición, sufrió muchísimo: 1/7 en tiros y, esta vez sí, pocos intangibles.
Defensivamente a Jokic también le costó medirse a Ayton, en forma en estas últimas semanas, aunque el serbio marcara diferencias en ataque. Ese tira y afloja se tradujo en equilibrio y los Nuggets iban por detrás con claridad. De los diez se pasó a los veinte de distancia en los primeros minutos de la segunda parte. La tensión de apoderó de Aaron Gordon, picado por Crowder, como buen ejemplo de que Denver estaba fuera de la silla otra vez. El recital de Paul también era de pases y de ellos se aprovechaba quien estuviera: Payne, Booker, Bridges o el de las palomitas. Lo único que le quedaba a los de Colorado era batirse en retirada, esperar que cesara el fuego enemigo y marcharse a casa con la cabeza gacha con examen de conciencia de por medio. La distancia llegó a ser de 31 tantos en el último periodo, pero acabó en sólo 25 para consuelo de los que los recibieron.