PLAYOFFS NBA | BLAZERS 115 - 120 NUGGETS
Campazzo hace de todo y Jokic sentencia: 2-1 para los Nuggets
Gran partido del argentino y espectacular, una vez más, Nikola Jokic, que sentenció con un palmeo al final. Los Nuggets ganan y recuperan el factor cancha.
Los Nuggets recuperan el factor cancha. El equipo de Mike Malone cuajó un fabuloso partido que cerró, cómo no, Nikola Jokic: el serbio palmeó un segundo tiro libre errado de forma consecutiva por Monte Morris y sentenció un encuentro que, sin ese rebote, habría dado la opción a los Blazers (sin tiempos muertos y con tres segundos para el final) de empatar el partido y forzar la prórroga. No hubo suerte y los de Colorado prevalecieron merecidamente ante un equipo cuya afición gritaba eso de "deffense" sin mucha convicción. Al fin y al cabo, estamos hablando de una plantilla que, lo que es defender, defiende poco. Los Blazers llegaron a estar 94-96 gracias a una canasta de Carmelo Anthony con menos de cinco minutos para el final, pero luego les llegó la pájara inherente a un equipo con numerosas desconexiones y se quedaron sin posibilidades, a pesar de los postreros triples de Damian Lillard y CJ McCollum, que dieron algo de emoción al asunto. Ahora, pierden el factor cancha y están obligados a ganar el cuarto encuentro. Desde luego, las cosas cambian muy rápido en la NBA.
Los Nuggets anotaron 39 puntos en el primer cuarto y 36 en el último, otro síntoma de lo que los Blazers son capaces de hacer y de lo que no. El equipo local, crecido ante su público, salió envalentonado, pero enseguida se diluyó. La expulsión de Jusuf Nurkic aclaró las cosas para el equipo de Denver, que buscó a Nikola Jokic en demasía para surtirle de balones y que hiciera daño en la zona. En ese punto Terry Stotts prefirió poner encima del gigante serbio a Robert Covington antes que a Enes Kanter, que se queda prácticamente fuera de la rotación en otra serie de playoffs. Un clásico demasiado grande y una mancha en la carrera de un tío molón, pero que vale para lo que vale y, en sintonía con el equipo al que actualmente pertenece, defiende lo que defiende. Y con eso, por desgracia, se dice todo.
Nikola Jokic cuajó otra actuación de escándalo: 36 puntos, 11 rebotes y 5 asistencias, con 12 de 24 en tiros de campo y 4 de 7 en triples, además de anotar los ocho tiros libres que intentó. Y estuvo bien acompañado, en parte por Austin Rivers (5 de 10 en triples, uno al final clave que sirvió para dar mucho aire a los de Mike Malone) y en parte por Facundo Campazzo, que tuvo un papel muy destacado y estuvo más libre al no tener la responsabilidad de defender a Damian Lillard: 11 puntos (con dos tiros libres sin fallo dentro del último minuto), 8 rebotes y 9 asistencias, un tonteto con el triple-doble, 2 robos y 1 tapón. Además del argentino, que va in crescendo durante la serie, Aaron Gordon anotó 13 puntos y Michael Porter Jr. 15. Y buen papel también en el banqullo de JaMychal Green (8 tantos) y del ya mencionado Monte Morris, a pesar de los tiros libres errados al final, con mucha presión ambiental: 8+5+5, un poco de todo y participación clara y clave en los minutos más importantes del choque.
Y en los Blazers, con Nurkic fuera cuando estaba siedo esencial (13+13+6, +9 con él en pista), la participación fue la habitual. Damian Lillard tuvo otro gran papel y se fue a 37 puntos, con 15 de 31 en tiros de campo y 5 de 16 en triples, una losa demasiado grande en la que los locales no destacaron especialmente: un 31% de acierto en contrapartida con el equipo local, que superó el 52%, una estadística nada habitual. McCollum aportó 22 puntos y 9 rebotes, pero es cada vez más difícil verle al lado de Lillard, mientras que Normal Powell se fue a 18, y Carmelo Anthony mejoró, aportando 17 desde el banquillo. De nada sirvió: los Blazers, que ganaron el primer partido, pierden la ventaja de campo y tiene un duelo a cara de perro en el que solo les vale ganar o morir, bien porque no pueden viajar a Denver con match ball o por lo inmensamente complicado que es levantar un 3-1. De una forma u otra, no tiene soluciones para Jokic. Ni ellos ni nadie, evidentemente. Ese es el tema.