Westbrook iguala a Robertson y se supera a sí mismo

Noche para el recuerdo la que se lleva Russell Westbrook. Se hizo con el balón del partido y no es para menos: hizo todo por quedárselo. En el partido en el que, gracias a su actuación, igualaba el récord de más jornadas con un triple-doble en la NBA también supo poner la guinda con un tapón que selló la victoria, por lo que quedarse el balón fue casi más una prolongación causal y no casual. Partidazo entre dos de los equipos que luchan en las últimas posiciones de privilegio, de hecho con uno superando al otro por sólo una victoria y teniendo las mismas derrotas.

Los Wizards sacaron adelante un encuentro ante los Pacers en territorio rival y después de una prórroga, dada la igualdad que se impuso en la noche. 132-133 fue el resultado final. 

Para las crónicas como ésta no sirvió tanto que Bradley Beal anotara cincuenta puntos y que, además, su equipo ganara. Las dos cosas están pasando esta campaña, pero no juntas. Tampoco ganó protagonismo la capacidad de destrucción de estos Pacers, con problemas en el cuerpo técnico y con jugadores a disgusto, y lo bien que se aferraron a este partido para demostrar su calidad con Sabonis y LeVert ejerciendo de lo que son: los referentes. Las loas las dirigiremos a Westbrook en una actuación casi redonda que, además, le catapulta en la historia de la NBA con fuerza. 

Los Wizards (32-36) se ponen novenos con esta victoria mientras los Pacers (31-36) se quedan en la temida décima plaza, aunque ya poco tiempo queda para que los Bulls o los Raptors les arrebaten ese hueco. Los de amarillo se tratan de sobreponer a lo que acontece con mucho calor dentro del equipo y en esta cita, al menos, lo han sabido disimular bien. Llegaron con opciones al final y sólo las ganas de grandeza de Westbrook se cruzaron en su camino. El partido transcurrió tranquilo, con Beal ganando temperatura a partir del segundo cuarto y los Pacers sufriendo cuando la pareja de Sabonis y Brissett no estaba en cancha. El tercer cuarto fue la rampa de salida para algo grande en la perspectiva de los de Nate Bjorkgren, pero duró unos minutos esa alegría. 

Los locales se vieron doce arriba en el inicio del último periodo. No contaban con la rápida reacción de unos Wizards que este año son una locomotora en ataque. En cinco minutos se pusieron a la par y forzaron la prórroga. Westbrook, que la había enchufado sobre la bocina del descanso, falló al término del tiempo reglamentario. 

Las decisiones de Westbrook en los finales de partido siempre han sido criticadas, cuando ganaba más y cuando sobre todo perdía. Aquí contó su 33+19+15, con el que iguala el récord histórico de triple-doble que tenía Oscar Robertson, pero sobre todo supo levantarse cuando se cayó. Se ejemplifica bien con ese tiro fallado y con lo que pasó después. El jugador acaparó los focos más que Beal y resolvió. En la última jugada en ataque, estando por debajo en el marcador, forzó la falta en un tiro lateral y anotó los dos tiros libres que ya les colocaban con ventaja. En la última acción se quedó atrás en el bloqueo y recuperó posición para terminar poniéndole el tapón ganador a Caris LeVert.