Zion se deja querer por los Knicks
La joven estrella debuta en el Madison en partido de NBA dejando otro guiño para la franquicia neoyorkina. ¿Vuelven los fantasmas de Paul y Davis a Nueva Orleans?
En la víspera de la Nochebuena de 2018, Duke jugó un partido de su temporada universitaria ante Texas Tech en el Madison Square Garden. El equipo dirigido por Mike Krzyzewski era la sensación del curso, con tres jugadores que apuntaban muy alto de cara al draft de 2019: Zion Williamson (acabaría con el número 1), R.J. Barrett (3) y Cam Reddish (10). Al final del encuentro el vestuario de Duke era un polvorín de periodistas intentando sacar una declaración explosiva de Zion acerca de su futuro en la NBA y de si este podía estar relacionado con los New York Knicks, la franquicia que disputa sus partidos en el mítico Madison. Y vaya que si la consiguieron:
"41 partidos en el Garden probablemente sería increíble. Esto es el Garden. Muchos grandes han pasado por aquí. Mi favorito probablemente fue Bernard King porque mi padrastro me habló mucho de él, de su capacidad para poner el balón en la canasta. No me quedó más remedio que ir a ver sus mejores momentos y realmente sabía anotar. Fue increíble lo que hizo... Jugar 41 partidos aquí no estaría nada mal".
Han pasado 2 años y 4 meses de aquellas palabras y Zion debutó anoche en el Madison en partido de NBA. Los New Orleans Pelicans cayeron en la prórroga con los Knicks, en lo que supone otro duro golpe para la franquicia de Louisiana en su objetivo de alcanzar los playoffs. Pero el interés cambió radicalmente una vez terminado el encuentro, cuando Zion salió a sala de prensa y le volvieron a lanzar la pregunta sobre su futuro y los Knicks. El jugador, lejos de rehuir la respuesta, se reafirmó en la idea que tiene del baloncesto en la Gran Manzana:
"Nueva York es la meca del baloncesto. Me encanta jugar aquí, lo hice con la universidad y esta es la primera vez que lo hago como profesional. La atmósfera que se vive aquí, ya sea para animarte o pitarte, es increíble. Aparte de Nueva Orleans, claro, creo que este es el sitio donde más me gusta jugar. No te puedo mentir".
Zion lo ha dejado bastante claro. Disfruta jugando en el Madison y no le molestaría en absoluto hacerlo de forma habitual, y no solo como visitante una vez o dos al año (depende de la conferencia en la que esté). ¿Quiere decir esto que la directiva y los aficionados de los Pelicans deben preocuparse? ¿Que podemos estar ante otro caso Chris Paul o Anthony Davis? Puede ser, pero en caso afirmativo no parece probable que vaya a ocurrir en un futuro cercano.
Hay varios aspectos a tener en cuenta. Es cierto que los Knicks tienen una ventaja: es uno de los grandes mercados de la liga y del deporte mundial, algo que no siempre les ha ayudado a reclutar grandes estrellas, sobre todo en los últimos tiempos en los que el rendimiento deportivo distaba mucho de la capacidad económica y de atraer miradas. Pero este año, bajo la dirección de Leon Rose y la batuta de Tom Thibodeau, el equipo parece por primera vez en mucho tiempo eso, un equipo, está optando claramente a meterse en playoffs y, en resumen, puede que se estén fijando las bases de futuros éxitos deportivos. En ese sentido un jugador como Zion, predispuesto como parece a jugar en Nueva York, podría ser un objetivo claro para los Knicks. Pero no es todo tan simple.
La extensión del contrato rookie
Chris Paul se fue de Nueva Orleans después de 6 años y Anthony Davis después de 7. ¿Por qué? Porque hay una cosa en la NBA que se llama extensión máxima del contrato rookie que permite a las franquicias renovar a jugadores que han drafteado firmándoles un nuevo contrato entre el tercer y el cuarto año (aunque no entra en vigor hasta el verano siguiente) que multiplica de forma exponencial el dinero que les pagan. Por poner un ejemplo: Jayson Tatum está en su último año de contrato rookie, en el que cobra casi 10 millones de dólares. Pero como los Celtics le firmaron la extensión la pasada pretemporada, el año que viene pasará a cobrar 28. Aproximadamente el triple de dinero. Parece difícil que Zion no acepte esa oferta en el verano de 2022, cuando con toda seguridad los Pelicans se la pongan encima de la mesa.
Por tanto, lo lógico es que el ala-pívot tenga contrato en vigor con su actual franquicia hasta 2028 (las extensiones máximas de rookies son por cinco años). En total, 4+5 (rookie+extensión), nueve años mínimo es lo que suelen firmar las grandes estrellas con las franquicias que les draftean. Otra cosa es que cumplan esos nueve años. Si el proyecto no les ofrece deportivamente lo que ellos esperan, entonces es cuando pueden comenzar a presionar para que su equipo acepte un traspaso que le mande a otro equipo antes de acabar su relación contractual al final de la novena temporada. En caso de no hacerlo, el jugador acabaría yéndose a cambio de nada al finalizar el contrato, algo que tampoco interesa a las franquicias. De ahí que Paul se marchara en el sexto año y Davis en el séptimo. Si Zion hiciese lo mismo estaríamos hablando de 2025 o 2026. Aún queda mucha tela por cortar y, de momento, en Nueva Orleans pueden estar tranquilos. Pero no se pueden despistar si no quieren tropezar por tercera vez con la misma pierda.