NBA | CELTICS 145 - TIMBERWOLVES 136
Un Jayson Tatum monstruoso
El alero suma 53 y los Cetlics remontan 17 puntos en la segunda parte para doblegar en la prórroga a unos Wolves que dieron la cara liderados por Towns y Russell.
Los Celtics no deberían tener tantos problemas para ganar en su pista al peor equipo de la NBA, Minnesota Timberwolves (145-136 tras prórroga). Pero hay muchas frases de estos Cetlics 2020-21 que podrían comenzar con la frase “no deberían…” así que mejor no aguar la fiesta. Son cuatro victorias en cinco partidos, suficiente para volver a estar en positivo (27-26) en parte gracias a una ayuda del calendario que se esfuma ahora (visitan a Nuggets, Blazers y Lakers). Y es cierto que han tenido que remontar de formar heroica en el Garden tanto contra Knicks como contra Wolves. Pero, insisto, no es un año de mirarle pies a a los gatos cuando las cosas acaban saliendo de cara.
A los partidos de estos Celtics no les sobra buen baloncesto… pero sí emociones, aunque sean más de telefilm de sobremesa que de superproducción. Tramos desastrosos, remontadas, hundimientos, fallos dramáticos, quejas a los árbitros… contra los Wolves fue el lote completo: un primer tiempo devastadoramente malo en el que perdían muy rápido casi de 20 (25-39 solo el primer cuarto) y un -17 en el tercer cuarto antes de poner en marcha los motores y, con el ambiente crispado, iniciar una remontada tremenda: 101-100 tras un 15-3 para abrir el último cuarto y 107-100 mientras se estabilizaba un vuelco que, de alguna manera, no bastó: con 122-111 y 2:50 por jugar, los Celtics acabaron necesitando una prórroga después de un final increíble (hasta el 124-124) en el que Towns metió un triple y D’Angelo Russell 10 puntos, con triple final a tablero para empatar antes de un fallo definitivo de Jayson Tatum. En la prórroga, con muchos tiros libres y puntería de Kemba Walker, los de Brad Stevens sí cerraron la victoria.
La noticia fue Tatum, claro. El alero cargó para salvar el triunfo (18 puntos entre el último cuarto y la prórroga) y terminó con 53 puntos, 10 rebotes, 4 asistencias y una serie de tiro fabulosa: 16/25, 6/10 en triples, 15/16 en tiros libres. La mayor anotación de los Celtics en Regular Season desde los 60, el récord de la franquicia, de Larry Bird en 1985. Y el primer 50+10 para los Celtics desde el propio Bird, la gran leyenda, en 1989. Detrás quedan los 52 puntos de Isaiah Thomas en 2016, un año antes de alcanzar esos mismos 53 en los playoffs del Este, contra Miami Heat. Los años dorados de Isaiah.
Jaylen Brown acabó con 26 puntos, Kemba con 17 y Smart con 24, 8 asistencias y cuatro triples para 650 en su carrera, ya uno más con la camiseta verde que Bird (649). El signo de los tiempos. Y los Celtics pueden quedarse con la victoria, la remontada y la excepcional actuación de Tatum. Y dejar los malos augurios y los análisis depresivos para otros días. Que, si no cambia mucho la temporada, los habrá.
Los Wolves (13-40 ahora) tienen motivos para ser optimistas (dentro de lo que hay…) en los últimos días. Anthony Edwards cada vez parece más un número 1 del draft (esta vez 24+5+5 con, su caballo de batalla, buenos porcentajes). Jaden McDaniels apunta a robo (número 28 de ese pasado draft) y Karl Anthony Towns (30+17+7) y Russell (26+4+8) están mezclando bien después de que las lesiones y los contratiempos apenas las hubieran dejado jugar juntos hasta ahora. El segundo sigue partiendo desde el banquillo, pero esta vez no entró como escolta al lado de Ricky Rubio sino en lugar del español (Okogie estaba defendiendo con mucha energía), que acabó con 4 puntos, 4 rebotes, 7 asistencias y 4 robos, con solo una canasta en juego (1/5). Juancho Hernangómez, por su parte, sumó 10 puntos y 4 rebotes.