NBA | PELICANS 128 - LAKERS 111
Ingram destroza a 'sus' Lakers
El alero, que estuvo en los Lakers de 2016 a 2019, pasa por encima del equipo de Frank Vogel, una sombra sin LeBron. Ingram finalizó con 36 puntos.
Sin LeBron no hay paraíso. Es la conclusión más fácil a la que se puede llegar tras la clara (clarísima) derrota de los Lakers en Nueva Orleans. La baja del alero, lesionado del tobillo, ha desmadejado a una plantilla preparada para rodear a sus estrellas (Anthony Davis también está lesionado y sin fecha de retorno) y no para sobrevivir sin ellas. Con LeBron, era el propio jugador el que tenía el balón la mayor parte del tiempo, algo que Frank Vogel intenta corregir para poder sacar paridos adelante (de momento, 0 de 2) sin demasiado éxito. La determinación, la propia convicción es lo que ha perdido la entidad, ya adelantada por los Clippers en la clasificación de la Conferencia Oeste y se coloca en la cuarta posición. A 1,5 partidos están los Nuggets; a 2,5, Portland. Un poco más lejos, pero a una distancia que ya no parece una losa imposible de derribar, intentan sobrevivir los Spurs, a 4 victorias de los angelinos, con los Mavericks a 4,5. Warriors y Grizzlies están a 6 y completan los puestos de play-in. Y a 8,5, los Pelicans buscan posibilidades. Parece impensable que puedan caer tan abajo, pero no tanto que queden, por ejemplo, en séptima posición y deban jugar esa especie de previa a los playoffs inventada por la NBA. No es lo ideal, pero... en fin. A echar cuentas.
Ante los Pelicans, la derrota fue paulatina: 32-29 en el primer cuarto, 59-46 en el segundo y sentencia en el tercero, donde la ventaja llegó a tantear con la treintena (102-76). El último periodo fue un mero trámite para que los angelinos apañaran un poco la cosa, más por dignidad que por un intento de remontada imposible que ni se iba a dar ni se dio. Fue el único cuarto que ganaron los Lakers en un partido que apenas tuvo cinco cambios en el marcador y cuatro empates, todos en la primera parte, y donde se vieron las taras de un equipo que, al margen de los errores que puedan tener sin LeBron, están necesitados de una referencia, un guía en el que fijarse cuando las cosas vayan mal. Ahora, los angelinos se enfrentan a los Sixers (parece complicado, por decirlo suavemente), antes de enfrentarse a Cavaliers y Magic, dos partidos en los que deberían rascar algo para no tener sustos mayores. Luego tienen Bucks, Kings, Clippers y Raptors. Una de cal y una de arena. En época de coronavirus, ningún calendario es fácil y el de los Lakers no lo es ni más ni menos que el del resto de los equipos. Pero claro, lo afrontan sin LeBron.
Al margen del resultado final, la venganza es un plato que se sirve frío. Al menos, eso podemos pensar de Brandon Ingram después de que haya cuajado uno de sus mejores partidos del curso en anotación: 36 puntos, 3 rebotes y 4 asistencias con una serie de tiro espectacular, que incluye un 14 de 21 en tiros de campo y un 4 de 6 en triples. Finalizó con un +15 en pista y estuvo acompañado, obviamente, de Zion Williamson, tocado por una varita y que anotó menos, esta vez, que su compañero, pero destacó igualmente: 27+9+5, partido muy completo y extraordinario en el lanzamiento (9 de 13 sin intentos de triple, con 9 de 10 desde la personal). Ah, y +25 en el +/-, una losa a inicios de temporada pero ya algo más común en un hombre que, Stan Van Gundy mediante, está consiguiendo trasladar sus magníficas estadísticas al juego del equipo y compenetrarse a la perfección con su compañero. Los Pelicans llevan dos grandes partidos (éste y el último ante Denver) y cuatro victorias en los últimos seis partidos, pero están a 4victorias de los playoffs y a 2,5 del play-in. Lo de mejor tarde que nunca, no siempre se cumple.
Los Lakers, por su parte, tuvieron un poco de todo y mucho de nada. Lanzaron con un 48,6% en triples y tuvieron a seis jugadores por encima de la decena, pero perdieron 13 balones, sus estadísticas estuvieron muy maquilladas en el último cuarto, atraparon tan solo 34 rebotes (19 menos que los Pelicans) y tuvieron a jugadores clave (sobre todo ahora) como Schröder o Caldwell-Pope muy mal en el tiro. Vogel probó con Devontae Cacok como pívot titular (por primera vez en su carrera y a la espera de un Marc que está cada día más cerca de volver), pero ni eso ni nada sirvió En el último periodo, con Ingram disputando menos de 4 minutos y Zion algo más de 7, pudieron maquillar el resultado, pero ya está. Los Lakers no tienen a LeBron ni Davis disponibles, llevan tres derrotas consecutivas y faltan horas para que lleguemos al deadline sin excesivos rumores en torno a ellos, más allá de los que señalan a KCP y a Harrell... pero sin convicción. Ya veremos qué pasa, pero los angelinos deberán reaccionar lo antes posible a la espera de sus estrellas y dejar al equipo lo menos abajo posible antes de que lleguen los playoffs. Y si se hunden en demasía, Suns, Jazz o Clippers serían sus rivales, muy a su pesar, en primera ronda. Ahí queda eso.