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MINNESOTA TIMBERWOLVES

La decisión sobre Ricky: los Wolves no saben qué hacer con él

Su juego ha explotado en las últimas semanas y, aunque entraba en todas las quinielas para un traspaso, las jóvenes estrellas del equipo le quieren a bordo.

AME3402. LOS ANGELES (ESTADOS UNIDOS), 16/03/2021.- Ricky Rubio (c. arriba) # 9 de los Minnesota Timberwolves durante los calentamientos antes de su juego de la NBA de temporada regular con Los Angeles Lakers hoy, en el Staples Center de Los Ángeles, California (EE.UU.). EFE/Javier Rojas
JAVIER ROJASEFE

Hasta mediados de febrero la temporada de Ricky Rubio estaba siendo para olvidar. Suplente por detrás de D'Angelo Russell, lejos de su mejor forma, sin mucha motivación... Todo ello, sumado al deficiente rendimiento colectivo del equipo, hacía que Ricky pasase por uno de sus peores momentos de juego desde que llegó a la NBA. El colmo llegó desde el que se supone su talón de Aquiles, los triples, fallando todos los que intentó entre el 2 de enero y el 5 de febrero, con un global de 19,5% de acierto a mitad de ese mes.

Anoche, en la derrota en el segundo duelo consecutivo ante los Phoenix Suns, el español acabó con 21 puntos, 10 asistencias, 0 pérdidas y 3/6 desde el perímetro. Esta actuació puede parecer novedosa según lo explicado en el primer párrafo. Pero claro, entre medias nos hemos dejado unas cuantas cosas. La primera, el cambio de entrenador en los Wolves. La segunda, la lesión de Russell. Y la tercera, y la más importante, que Ricky está jugando como en sus mejores momentos en estas últimas semanas. Para hacernos una idea, llegó al partido ante los Suns con un 40% de acierto en triples en los últimos 15 encuentros. Un ejemplo de lo mucho que ha cambiado el panorama para el base.

Mentor de Edwards y Towns

Los Wolves, que últimamente están ganando más que nunca desde que arrancó el curso, siguen teniendo el peor récord de la liga. Con un grupo plagado de estrellas jóvenes (es la plantilla más joven de la liga), Gersson Rosas, presidente de operaciones de la franquicia, se debate entre rodear a estos jóvenes de sabiduría veterana (razón por la que llegó Ricky la noche del último draft) o aprovechar el tirón del español en la liga para conseguir alguna pieza de valor que mejore de inmediato los resultados del equipo. Si le pregunta a Karl-Anthony Towns (estrella indiscutible) y a Anthony Edwards (número 1 del draft), la respuesta está clara. Eligen la segunda opción.

Según explican en The Athletic, la plantilla en general pero Towns y Edwards en particular tienen al español en algo más que alta estima. Para los dos jugadores sobre los que se supone que debe girar el futuro de la franquicia, Ricky se ha convertido en un componente indispensable. "Estoy intentando ganar, ser mejor y crecer. Soy un rookie y todavía hay un montón de cosas que no sé que necesito saber. Pero lo que sí sé es que necesito a Ricky al lado para que me las enseñe", explicaba Edwards después de meterle 42 puntos a los Suns en el primero de los dos últimos duelos ante el equipo de Arizona. "Es un tipo estupendo, un compañero estupendo y un líder increíble", sentenciaba Towns, que ya coincidió con él durante sus primeros dos años en la liga (en la anterior etapa de Ricky en Minnesota). Quienes conocen al pívot aseguran que cuando se enteró que el español regresaba a los Wolves se le iluminó la mirada.

Inlcuso su nuevo entrenador, Chris Finch, con quien ha conectado de inmediato, declaró ser fan de su juego y su generosidad en pista desde los tiempos en los que aún jugaba en España (Finch entrenaba en Europa entonces). "Ricky está jugando a gran nivel ahora mismo, está en su mejor momento de la temporada. No estoy seguro que haya que decirle nada, simplemente que mantenga lo que está haciendo ahora. Está eligiendo muy bien los momentos para ser agresivo y anotar y, claro, es un creador de juego fuera de categoría", explica Finch sobre los últimos encuentros del base.

En la encrucijada

Así que lo que hace un mes parecía una salida segura de Minnesota (se hablaba de Orlando o Atlanta por el interés de los Wolves en Aaron Gordon y John Collins, respectivamente), ahora no está nada claro. En ninguno de los sentidos. Ya no se descarta que se quede y, si se acaba yendo, tampoco se descarta que sea a un equipo con aspiraciones más altas que los dos anteriores. Los 17 millones que cobrará la temporada que viene, la última de su actual contrato, son una cantidad suculenta de la que deshacerse por parte de los Wolves, donde Towns y Russell ya tiene contratos máximos y Malik Beasley apunta a llevarse otro dentro de muy poco. Ese espacio salarial se podría usar para formar una plantilla más completa y traer, entre otros, a algún veterano que haga de mentor. Pero, ¿no es eso lo que está haciendo ahora Ricky, con resultados inmejorables a juzgar por las palabras de quienes son sus discípulos? El jueves es la fecha límite para traspasar jugadores y para saber qué deciden hacer los Wolves con él.