"Ricky Rubio es el mejor líder que he tenido en mi vida"
Anthony Edwards, número uno del pasado draft de la NBA, alaba al internacional español, su compañero en los Minnesota Timberwolves.
Ricky Rubio (30 años y 1,93 metros) tuvo un verano bastante movidito. El base salió de Phoenix tras una gran temporada en dirección a Oklahoma City dentro de la Operación Chris Paul. Un traspaso que quedaría en papel mojado: en apenas tres días, tuvo que hacer de nuevo las maletas para recalar en Minnesota, su primera franquicia en la NBA, la que le eligió en el puesto número 5 del draft de 2009.
Regresaba un jugador mucho más mayor y, como se suele decir en estos casos, más sabio. Más inteligente sobre la pista. Un comandante que se había educado en mil y una batallas en Utah Jazz, donde alcanzó por primera vez los playoffs, y en Arizona. En los Suns agrupó bajó su ala una camada de jóvenes talentos como Devin Booker y Deandre Ayton para convertirse en el mejor equipo de la primera parte de la burbuja de Orlando y casi (casi) llegar al play-in. Un fallo de Caris LeVert en los últimos instantes del Portland Trail Blazers-Brooklyn Nets hizo inútil su escala en la tabla.
Temporada difícil
Esta temporada, su segunda etapa en los Wolves, no está siendo sencilla. A pesar de la victoria de la pasada madrugada contra New Orleans Pelicans, Minnesota es el peor equipo de toda la Liga con un balance de 8-29, un 21,6% de victorias inferior al 27% de Detroit Pistons. Una marcha en la competición que se llevó por delante a Ryan Saunders y puso en el banquillo Chris Finch, que solo ha ganado un partido de los seis disputados. Todos con Ricky como titular por la lesión de D’Angelo Russell.
El español se encuentra en el peor momento de su carrera estadísticamente. Promedia 7,9 puntos y 6,5 asistencias. Es su marca más baja en anotación y la tercera por debajo en pases a canasta. Sin embargo, su liderazgo y su experiencia (como decíamos antes) tanto dentro como fuera del vestuario es intachable. “Es el mejor líder que he tenido en toda mi vida”, asegura Anthony Edwards, el número uno del pasado draft, que trata de encontrar su sitio en la NBA en una franquicia muy dada al fracaso: solo una participación en los playoffs en las últimas 16 temporadas y con 10 entrenadores diferentes. Una casa de locos.
Edwards continúa: "Cuando cometo un error, se acerca y habla conmigo y me dice que hice mal y cómo puedo arreglarlo. Siempre trata de que involucre en el partido. Incluso cuando yo salgo del banquillo, habla conmigo: '¿quieres correr por aquí? ¿cómo puedo darte la pelota?' Lo está haciendo muy bien, si me preguntas".