Generación 2023, a escena

España juega esta noche (20:30 horas, BeMad) en Gliwice ante Polonia (número 13 del ránking FIBA) en la penúltima jornada del grupo A de la fase de clasificación para el Eurobasket de 2022. Como las Ventanas se juegan de cuando en cuando, la contextualización es importante. Pese a estar tercera en su grupo, la ­Selección de Scariolo ha llegado a Polonia clasificada matemáticamente para el Eurobasket de 2022 y libre, pues, de las presiones de los resultados de los dos últimos partidos. Cerrado su pase en Valencia, donde perdió contra Israel y ganó a la débil Rumanía, ha saltado a Polonia, donde se mantiene el formato burbuja. “Esperemos que el último sin público”, dijo recientemente Andreas Zagklis, secretario general y tótem de la FIBA.

Aunque Polonia siempre va a traer buenos recuerdos porque estuvo en el camino de España hacia la gloria en Pekín (victoria en cuartos de final en el Mundial de 2019 en Shanghái), el último partido se jugó en Zaragoza hace un año y se lo llevaron los de Mike Taylor (69-80) en una noche amarguísima por la lesión de Santi Yusta. Pero la Selección está a otra cosa. Tanto que, doce meses después, hay ocho cambios en la lista. De aquel partido en Zaragoza se han caído San Miguel, Llovet, Sebas Saiz, Alocén, Yusta, Rabaseda, Dani Díez y Beirán. Tanta ausencia tiene una razón.

Scariolo da esta noche en Gliwice el pistoletazo de salida hacia el Mundial de 2023. Con una media de 25 años, el multilaureado seleccionador ya mira a medio plazo. Entre noviembre de 2021 y febrero de 2023, se va a jugar una durísima clasificación, más complicada por muchos motivos que en 2019, para la cita de Japón, Indonesia y Filipinas. Y Scariolo quiere adelantarse al tiempo. De ahí, el descanso para mucho de los veteranos y los estrenos de Miquel Salvó (26 años, San Pablo Burgos), Fran Guerra (28 años, Lenovo Tenerife) y Joel Parra (20 años, Joventut). La gran noticia en la Selección de las Ventanas se llama Jaime Fernández, que regresa después de sus operaciones en los tendones de Aquiles.

Y sí, Scariolo ya mira al Mundial de 2023, pero es un animal competitivo y siempre avisa. “Tenemos una reputación”. El ADN de la Selección es competir.