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La colonización de Nigeria como nuevo país dominante en la NBA

Con unos Juegos Olímpicos en los que querrán dar la sorpresa en el horizonte, Nigeria mira con ilusión a los jugadores que tiene en la NBA.

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Nigeria

Obviando a Estados Unidos, el país que más jugadores aporta a la NBA, y a sus hermanos de Canadá, que cada vez goza de mejores jugadores pero que luego no aplica esa progresión en las competiciones de selecciones internacionales, siempre ha habido una serie de países que han gozado de representantes de mucha valía y en buen número en la liga de baloncesto más importante del mundo. Pasa con Francia, que cada vez cuenta menos por la descolonización producida en las últimas décadas, con España, que llegó a tener a diez a la vez hace cuatro años, con Alemania, Grecia, Turquía o Italia en el Viejo Continente, con China y Japón en Asia, con una Australia de orden creciente en los últimos tiempos o con Argentina, que es el sudamericano con más empaque aunque en la década pasada tuvo mucho más. 

En el caso de África las políticas establecidas por la NBA para captar talento oculto allí, primero con un Basketball Without Borders enfocado a sus países y luego con el proyecto de la Basketball Africa League, en la que NBA y FIBA se han unido para potenciar el baloncesto de allí. Las oportunidades pasan pocas veces y los jugadores pueden ahora aprovecharlas mejor para llegar a la cima. Un ejemplo sobre el que poner el foco en la actualidad es el de Nigeria

Dejando de lado otros países como Congo, Senegal o Camerún, que tienen representación importante en la NBA, es Nigeria la que concentra el mayor talento africano de presente y futuro. A recordar que pronto llega la cita de los Juegos Olímpicos de Tokio y que Nigeria ya tiene el pase por el lado africano, fichando además a un técnico de altísimo nivel como Mike Brown para preparar la cita a conciencia y en el momento adecuado. 

Nigeria no es un secreto para la NBA, ya que en su momento tuvo a dos jugadores drafteados como número 1: Hakeem Olajuwon en 1984 y Michael Olowokandi en 1998, uno con bastante más éxito que otro.

El jugador que representa el salto generacional entre esa primera ristra del siglo XX y la camada actual, la que puede pelear por cotas mucho más altas tanto a nivel individual como nacional, es Ike Diogu. Fue elegido por los Warriors en 2005, luego se apartó de la NBA y ahora continúa jugando y como capitán de los D'Tigers, la selección nigeriana. En declaraciones a The Associated Press explicó este caso: "Yo nací en Estados Unidos pero crecí como nigeriano: vivía con nigerianos, iba a una iglesia nigeriana, a fiestas nigerianas... Yo ya vi venir esta ola de jugadores de Nigeria en la NBA, pero me alegro que ahora lo pueda comprobar todo el mundo"

La selección de Nigeria ya goza en sus filas de jugadores de la NBA como Josh Okogie (Timberwolves), Chimezie Metu (Kings), Gabe Vincent (Heat) o Al-Farouq Amimu (Magic) y de ex de la Liga como Ben Uzoh, Ekpe Udoh o Ike Iroegbu. Lo que quiere la federación del país es añadir alguna pieza de mucha calidad con conexión nigeriana, ya sea por rama familiar (Jahlil Okafor o 'Bam' Adebayo) o por simple nacionalización (Spencer Dinwiddie). Pero la nueva generación ha quedado plasmada como relevante en el Draft 2020, con siete elegidos de procedencia nigeriana que aseguran prosperidad para el baloncesto de la patria: Isaac Okoro (5º, Cavaliers), Onyeka Okongwu (6º, Hawks), Precious Achiuwa (20º, Heat), Zeke Nnaji (22º, Nuggets), Udoka Azubuike (27º, Jazz), Daniel Oturu (33º, Clippers) y un Jordan Nwora (45º, Bucks) que ya es internacional. 

Pronto es para hablar de superpotencia mundial a nivel baloncestístico, pero parece ya patente que Nigeria se sitúa en las primeras posiciones en cuanto a capacidad de formación y exportación de talento para jugar con la pelota naranja. 

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