NBA | BULLS 122 - 123 BLAZERS

Damian Lillard aniquila a los Bulls con un milagro imposible

Los Blazers perdían de 5 a 10 segundos para el final. Lillard (44) anotó un triple desde su casa, Trent forzó un salto entre dos y el balón volvió al base, que sentenció.

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Los Blazers perdían de cinco puntos a falta de 22 segundos para el final. Una penetración de Robert Covington les dejaba a tan solo tres, pero dos tiros libres de Coby White prácticamente sentenciaban el choque. El resultado era de 117-122 con pocos segundos por disputarse. En ese punto, Damian Lillard agarró el balón y lanzó un triple desde su casa para acercar a los suyos. Y, aun así, con 8 segundos, parecía misión imposible. Rodney Wood y Gary Trent encerraron a Zach LaVine, que fue el que recibió, y Trent forzó lucha, lo que daba una oportunidad de oro a los visitantes. El jugador del equipo de Oregón ganó inopinadamente el salto, el balón llegó a las manos (cómo no) de Lillard y éste anotó un triple sobre la bocina que silenció (más todavía) un United Center vacío y provocó el jolgorio de los Blazers, que fueron corriendo a abrazar al héroe. Uno que acabó, por cierto, con 44 puntos, 5 rebotes y 9 asistencias, una nueva exhibición que permite a su equipo seguir en puestos de playoffs (10-8, séptimos del Oeste) y mantener vivas sus opciones con todavía mucha temporada por delante, pero la necesidad de sumar victorias para no darse ningún susto que conocen bien (el año pasado entraron de milagro gracias al play-in) y corregir así el cuestionable juego que están desarrollando.

Antes de eso, hubo de todo. Sobre todo, malas defensas y muchos puntos, dos cosas que definen a dos equipos que no parece que tengan pensado mejorar en ese aspecto. Los Blazers se escaparon en un gran segundo cuarto (19-32 de parcial), pero el equipo de Billy Donovan (7-11, undécimos del Este y sin dar con la tecla con el nuevo técnico) fue remontando poco a poco hasta ponerse por delante en un final que parecía tener controlado pero en el que acabaron fracasando estrepitosamente. Lillard, además de meter 44 puntos (14 en el último cuarto), tuvo una espectacular serie de lanzamiento: 15 de 26 en tiros de campo y 8 de 17 (¡¡!!) desde el triples, números espectaculares. El base, que el año pasado ya demostró su versión más sobrehumana a mitad de curso, está en 29,6+4,5+7,2, lanza con casi un 39% en triples y, en ausencia del lesionado McCollum, está asumiendo toda la responsabilidad en la ofensiva del equipo que dirige Terry Stotts.

Y más especialmente cuando el resto no está fino: Carmelo está vez no fue el revulsivo (12 puntos por partido esta temporada) y se quedó en 4 tantos, mientras que Trent ayudó ligeramente llegando a los 18. Enes Kanter fue el otro gran hombre ante los Bulls: con una capacidad defensiva irrisoria, el turco es una máquina de anotar, hacer daño en la zona y atrapar rebotes ofensivos totalmente objetiva, y se fue a 22+11. El pívot ya cobró importancia en los playoffs de 2019, cuando los Blazers se colaron en las finales del Oeste, y entonces también destacó gracias a (o por culpa de) la lesión de Jusuf Nurkic, que ha vuelto a caer este curso. En definitiva, muchos problemas para los de Oregón, que con una plantilla en cuadro no hacen otra cosa que encomendarse a Lillard, su mesías, y el hombre que no se lesiona y les está llevando a sumar victorias importantes (ésta en concreto llegaba tras dos derrotas consecutivas) que pueden ser clave para hacer cuentas y entrar en playoffs dentro de unos meses.

¿Y los Bulls? El cambio de entrenador ha mejorado la dinámica de la plantilla y del vestuario, pero no se está traduciendo en el récord del equipo. LaVine anotó 26 puntos en una serie de tiro magistral (9 de 12 y 6 de 8), pero perdió el balón final. Eso sí, es la mejor noticia de los Bulls este curso y se está consolidando definitivamente como estrella... en equipo malo, eso sí: 26,9+5,3+5,2. Además del alero, Coby White se fue a 20 puntos (con 3 de 6 en triples) y Lauri Markkanen a 31 (con 6 de 11). Los locales tenían el partido en su mano e iban con una buena dinámica ascendente, pero perdieron por pequeños detalles y se hunden un poco más en una Conferencia Este muy similar a la Oeste este año, con mucho gallo, pocas oportunidades y la necesidad de ganar mucho ahora para, como en el caso de los Blazers, no tener sustos después. La diferencia, que en este caso sí la hay, es que Portland, mejor o peor, está sacando sus partidos. Y los Bulls, que suman su tercera derrota consecutiva, no. Y eso luego se paga, claro.