NBA | WARRIORS 130 - TIMBERWOLVES 108
Wiggins hace sangre de sus ex
El alero completa un gran partido lleno de motivación la primera vez que se enfrentaba a los Wolves. Curry sigue en racha, todo lo contrario que Ricky.
A Andrew Wiggins se le ha acusado de muchas cosas, la mayoría con razón. No le ha ayudado ser número 1 del draft, un título que obliga a quien lo ostenta a rendir a un nivel superlativo si no quiere ser declarado oficialmente como un fracaso. Acabar en uno de los equipos más disfuncionales de la liga como son los Minnesota Timberwolves tampoco ayudó a mejorar sus carencias, la mayoría de ellas provocadas por problemas de actitud más que de capacidades. Un jugador con evidentes virtudes que solían desaparecer por culpa de una motivación y un carácter más que cuestionables.
Todo eso parece estar cambiando en San Francisco, donde Wiggins está jugando la que de momento pinta a ser la mejor temporada de su carrera, mejorando en todos los aspectos del juego, también en los mentales. Y esta noche, seguramente catapultado por las ganas de enfrentarse a sus ex, el alero ha completado una magnífica actuación: 23 puntos, 6 rebotes (todos ellos ofensivos), 3 robos y 3 tapones. Energía y ganas en los dos lados de la cancha. Ese es el camino a seguir y poco a poco parece que se lo están haciendo ver Steve Kerr y compañía.
El técnico de los Warriors cambió de estrategia en el incio sentando a James Wiseman y poniendo de pívot titular a Kevon Looney, dando así un impulso a la defensa desde el primer momento. Su equipo lo agradeció, logrando una ventaja incial que ya no volvería a perder. Ayudó desde luego el pésimo día en el lanzamiento del rival. Los Wolves apenas superaron el 40% en tiros de campo (41,5%), con algunos casos sangrantes y, por encima de todos, el de Ricky Rubio. El español falló 7 de los 8 lanzamientos que intentó, tirando sólo una vez de tres. Arregló su partido repartiendo 11 asistencias. Se salvó de la quema únicamente Malik Beasley, que acabó con 30 tantos. Los Wolves, que siguen últimos del Oeste, no pudieron contar por quinto partido consecutivo con Karl-Anthony Towns, que sigue apartado del equipo por haber dado psitivo en coronavirus. Esta ausencia se convierte en un abismo para un equipo con un récord total de 4-12, pero de 2-10 sin su estrella.
En el otro bando, aparte del partidazo de Wiggins, Stephen Curry siguió a lo suyo. Un partido después de superar a Reggie Miller como segundo máximo triplista de la historia (el mítico escolta de los Pacers le felicitó en un vídeo emitido al final del primer cuarto), Curry metió otros 7 lanzmientos de tres en 12 intentos, para acabar con 36 puntos. Los Warriors, octavos del Oeste pero a una victoria del cuarto puesto, van a ser un hueso duro de roer para los favoritos de su conferencia, entre los que no parece que vayan a estar ellos este año. Pero seguro que a nadie le gustará cruzárselos en una eliminatoria. Por los (no tan) viejos tiempos.