NBA | NUGGETS 114 - WARRIORS 104
Un irregular Curry no puede con unos conjuntados Nuggets
El base de los Warriors completó uno de sus peores partidos de siempre pese a su alta anotación (35). Jokic manejó mejor a sus compañeros.
Los Nuggets empiezan a subir sus prestaciones respecto a los primeros partidos. Han aumentado la intensidad y van dejando atrás a otros equipos de la Conferencia Oeste con un mejor inicio pero con menos capacidad para aguantar la temporada entera. Como en el caso de los Warriors. Para ello se están apoyando en un Nikola Jokic absolutamente espléndido que está promediando la siguiente barbaridad: 24'2 puntos, 11'2 rebotes y 10'4 asistencias con un 56,9% de acierto en los tiros de campo. El serbio, ruso según Shaquille O'Neal, sabe ocultar muy bien las carencias que tiene en las distintas fases de los partidos para que no afecte a su equipo. Jokic tiró cuatro triples ante los Warriors y no metió ninguno, pero lo suplió con rectitud; Curry, por contra, metió 35 puntos pero lastró a su equipo como pocas veces antes le habíamos visto hacer. La estrella de Golden State acabó con -21 en pista, el peor dato de su carrera en un partido en el que llega a la treintena en puntuación.
Una notable distancia sacada al final del primer cuarto le valió a los Nuggets para hacerse con este encuentro. La sobriedad de Wiseman, que cada vez crece más, y Wiggins, que también va mejorando, no bastaron en contraposición con la calentura de Curry, que acabó con siete pérdidas y un tanto desquiciado. La falta de ayuda de secundarios como Draymond Green o Kelly Oubre fue clave para que no pudieran remontar la desventaja. Lo contrario ocurrió en los Nuggets, que cada vez cuentan con una rotación más aplicada pese a los movimientos que hace Mike Malone con ella. El técnico de Denver destacó el trabajo de los suplentes, no sólo el de Jokic, para conseguir esta victoria: 41 a 20 entre los banquilleros de un equipo y de otro.
En los primeros compases, momento de nuevo para Bol Bol. La baja de Harris ha forzado un pequeño cambio y el espigado exterior es el que se ha llevado este premio, aunque sólo jugara 12 minutos. Curry comenzó con ritmo, metiendo un par de triples y dirigiendo bien el tráfico hasta para que Oubre también enchufara una desde fuera. El primer tirón del conjunto fue neutralizado muy rápidamente.
No todo iba a ser tan sencillo para ellos. La salida de los suplentes fue, por segundo partido seguido, el revulsivo que necesitaron los Nuggets para ponerse a liderar. Y de qué manera. Morris, Dozier y Campazzo, casi a la vez, fueron una tortura para los que tenían enfrente, Lee, Bazemore y Wanamaker. Desnortados, los Warriors sufrieron el revés antes de llegar al segundo cuarto: su rival estaba quince arriba.
Tampoco nos engañemos con Curry. Por una parte, las pérdidas lastraron el ritmo y los once rebotes que se llevó no tienen excesivo mérito; por otra, sigue metiendo tiros, y en este partido estuvo fino en esa faceta, y mantuvo a los suyos vivos durante muchos minutos. Poniendo un ejemplo, en el segundo acto Jokic le hizo el lío a Wiseman en el poste bajo, error de novato, sacando un falta y completando un mate de espaldas; Curry respondió saliendo rápido de un bloqueo y echándose hacia delante, metiendo un triple con falta ante Murray.
El problema para los californianos fue intentar parar a Jokic. No sólo en las jugadas en las que se quedaba con el balón y decidía, también en los contraataques que lanzaba o en los espacios que sacaba sin tener la posesión. Terminó con otro triple-doble, el quinto, y empieza a contar también por los intangibles y no sólo por las estadísticas. Es bonito verle jugar y ayuda en facetas que no se contabilizan. Con su poder y el de sus compañeros, que hay que recalcar que le ayudaron debidamente, los Warriors se mantuvieron por siempre a -7 o más en el tercer cuarto y no se acercaron tampoco en el cuarto periodo.