NBA | ROCKETS 100 - LAKERS 117

Los Lakers sellan otra victoria ante el peor Harden posible

El segundo de los dos partidos que los Rockets tenían en su casa ante los Lakers acabó con otra victoria plácida de los líderes de la NBA.

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James Harden
Troy Taormina USA TODAY SPORTS

Los Lakers tuvieron la segunda cita consecutiva con los Rockets ya que pasaban por Houston. En lo que el coronavirus sigue entre nosotros, soluciones como éstas son las que vamos a ver. Si es que la competición sigue adelante, claro. Los locales, por ejemplo, ya se han recuperado del brote que sufrieron nada más empezar la temporada y ya tienen a sus efectivos casi a pleno rendimiento. Y lo del casi es, en este caso, más una cuestión de disposición mental que física

Los Rockets están entre medias de una reconstrucción, como a medio camino entre lo que tuvieron y lo que tendrán. Una suposición a futuro, pero es que es lo que parece. James Harden, la plenipotenciaria estrella del equipo, tiene que querer jugar. En el caso de este encuentro ante los Lakers, que son más líderes de la Liga tras esta victoria en el Toyota Center, desidia fue la mejor palabra con la que se pude definir la actuación del barbudo base-escolta. Y así sale el resultado

Podríamos delimitar cuándo este partido se vino abajo. En la opinión de este humilde cronista, ya en el primer cuarto y ya con Harden dando todas las muestras. Lo que vino después fue una faena de aliño en la que los compañeros de James dieron de sí lo que él ya dejaba claro que no y con un contrincante teniendo otra noche plácida. La inacción fue la señal para los locales, que luego tuvieron que remar y que en los últimos minutos pudieron maquillar una actuación coral pobre. Porque si no hay conjunción entre el principal y los secundarios, la función se viene abajo. 

En los instantes iniciales, juego a dos bandas por parte de los Lakers. Los que atacaban eran Dennis Schröder y LeBron James. ¿El denominador común? El propio Harden. Atacaban a su defensa, incluso cambiando en los bloqueos para quedarse con él, para tenerlo más fácil. James, el de Houston, estaba en uno de esos días. En su momento se le puso la etiqueta de mal defensor y fue por despliegues vagos como los de esta jornada. No había oposición, ni se acercaba. Ya con los suplente en cancha, hasta Harrell lo aprovechó en un tiro ladeado. La distancia fue subiendo y subiendo y el goteo no se pudo contener hasta tenerlo todo encharcado. 

Ves el esfuerzo que le pone John Wall tras dos años sin jugar o Christian Wood pese a tener enfrente a Davis y la comparación con Harden, en términos de compromiso, no se aguanta. Así se lo hicieron ver durante el partido y también después. 

Alguna acción esporádica de Kuzma, Morris y Caldwell-Pope, además de lo contado, estaba aderezando el problema del equipo local. Y a partir del segundo cuarto también fue momento para que Anthony Davis sumara en los dos lados. 

Por poner un ejemplo de lo de Harden. En el tercer cuarto la distancia subió a 28 puntos. Bien, pues en la jugada siguiente el jugador se puso a juguetear con el balón sin jugadores al lado para acabar tirando un pase por alto a Wood. Como cuando Neymar le tiró un regate al Athletic de Bilbao con el partido ganado, pero justo al revés. No venía a cuento y es cristalino que o la falta de concentración en él es grande o las ganas de irse le hacen querer dejarlo claro de esta manera. 

LeBron James fue el mejor de este encuentro con 26 puntos, 8 rebotes y 5 asistencias. Anthony Davis llegó al doble-doble (19+10) y tres jugadores compartieron el hacer 14 puntos, Schröder, Harrell y KCP. Por contra, James Harden sumó 16 tantos pero con malos porcentajes en el tiro (31%, con 1/6 en triples). Final plácido para que los Lakers sigan su camino sin mayores problemas.