El 36º cumpleaños de LeBron James, histórico para él y la NBA
Los Lakers ganaron a los Spurs, con Hammon cogiendo el relevo de Popovich y siendo la primera mujer en dirigir a un equipo de la NBA.
Día para estar felices. Por muchas partes. Hasta en la derrota los Spurs tiene algo por lo que congratularse. Un paso más en la historia de la igualdad, del reconocimiento a los méritos sin importar sexo, se dio en la noche del 30 de diciembre. El 2020 ha traído todo lo malo imaginable, pero se va a ir con un rayo de esperanza para la NBA en estos términos. Es una mera formalidad, sí, pero también un gesto para descubrirse a horizontes no explorados. Una entrenadora, Becky Hammon, ha dirigido por primera vez a un equipo de la NBA en partido oficial. Sólo unos minutos, por la expulsión del técnico principal, pero lo ha hecho. Hammon, conocida por su historial como jugadora y por haber pasado por Rusia o España dejando huella en esa etapa, ya había hecho entrevistas para ser fichada como entrenadora-jefe en otros lados, pero la gran oportunidad todavía no ha llegado. Le ha venido a ver el temperamento de Popovich, en una estrategia clásica para cambiar las tendencias en los partidos, y que esta vez sí era la siguiente en la cola y no un Tim Duncan que asumió ese puesto en otra expulsión que se dio la pasada temporada. Su momento para dirigir, pero sobre todo para gritar que el cambio es posible y está cerca de producirse con todas las de la ley.
Fue, además, una jornada de celebraciones por varios bandos. En los Lakers, LeBron James ejercía de cumpleañero. 36 años. Qué mejor cruce de nombres que el suyo, el de un jugador que es alabado por lo que hace en la cancha pero más incluso por lo que hace fuera de ella, con el de Hammon. Los números cuadraron de tal forma que el '23' pudiera celebrar no sólo con tarta sino con otra estadística de esas de las que no se está muy pendiente pero que te quema las pestañas cuando la miras. 1.000 partidos metiendo 10 puntos o más. El récord lo había superado, batiendo a Michael Jordan, hace dos años, pero es que lleva sin firmar un encuentro en el que anote menos de una decena desde 2007. Brutalidad tras brutalidad. Qué mejor que apretar un poco más el acelerador y ser el mejor de los angelinos como contribución a la victoria: 26 puntos, 5 rebotes y 8 asistencias. Por eso de no perder las costumbres, que para eso es el rey.
Los Lakers controlaron perfectamente el partido desde el primer cuarto, sabiendo sacar partido a una rotación con muchas más posibilidades que la de los Spurs y cerrando el enfrentamiento con tranquilidad. 107-121 en su primer partido fuera de casa para ponerse en positivo, 3-2, en la clasificación de la Conferencia Oeste.
Tocaba desquitarse después de caer en casa con los Blazers. Vogel usó una rotación más corta, incluso sin Talen Horton-Tucker pese a que Alex Caruso tampoco jugó, y puso en todo un brete a los Spurs en la pintura.
El 9-2 inicial, provocado por la verticalidad de Johnson y Murray, se convirtió ya en un 9-13 a mitad de cuarto. Los Spurs percutían en transiciones rápidas, pero en estático dominaban los Lakers cortando por el centro como cuchillo en mantequilla. James y Schröder daban a las a los suyos para distanciarse un poco más antes de que entraran en juego los triples: dos seguidos de Wesley Matthews, que acabaría con un inmaculado 6/6, y uno de Kyle Kuzma por sólo uno en el otro bando, uno de Mills.
Diferencia de diez al entrar en el segundo periodo. Momento para comprobar si los jugadores en cancha de los Spurs, bajos y no muy fuertes en comparación con la media, podían aguantar a LeBron James. La respuesta: no. Lanzado en una penetración, con espacio en media distancia y haciendo daño desde el poste bajo en tres jugadas seguidas. Así se mantenían los Lakers con distancia prudencial.
Pero claro, a movimiento le podían hacer daño a los angelinos porque el equipo local presume de frescura y buenas piernas en sus jóvenes valores. Dejounte Murray dirigía las operaciones, siempre a la carrera, y acabó con su mejor marca anotadora: 29 puntos. DeMar DeRozan (23 puntos), otro seguro de vida. Les faltó, quizás, el soporte que supone LaMarcus Aldridge, de baja por un problema de rodilla, tanto para abrir opciones en ataque como para contener en defensa a Davis.
La diferencia no bajó de cinco puntos y se estabilizó pasado el corte del descanso. El encuentro sirvió para ver el potencial de los jóvenes de los Spurs, aunque también faltara Derrick White, e incluso para ver Anthony Davis unos minutos de pívot, algo que pasara poco a lo largo de la temporada si se sigue la línea marcada. Victoria sin muchos contratiempos para los Lakers.