NBA | LAKERS 107 - BLAZERS 115
Los Blazers dan la sorpresa ante unos sobrecargados Lakers
Damian Lillard y Gary Trent desarbolaron a los Lakers, que llegaban con buena inercia pero con dos partidos en dos noches. La baja de Caruso, notable.
Era uno de los cadáveres que Los Angeles Lakers dejó en su camino hacia el 17º título de la NBA. Portland Trail Blazers, golpeado por las lesiones, no pudo disputar en condiciones la eliminatoria de la primera ronda de los Playoffs 2020. Los angelinos, a la postre alzándose campeones, vencieron por 4-1 en una serie en la que se sufría más por la integridad de los miembros de la plantilla de los Blazers que por otra cosa, caían como moscas.
El primer encontronazo después de aquello llegaba en el Staples Center, ya sin burbuja, y con el regreso a la alineación de Anthony Davis y la baja del veterano Carmelo Anthony. Sobre el papel parecía una cosa que, sobre la cancha, se reescribió con una pluma distinta.
Los Lakers salieron a tope, con la inercia de haber jugado la noche anterior de una bella forma ante los Timberwolves. Con LeBron James actuando de director de orquesta y moviendo a sus compañeros por toda la cancha. El acierto desde fuera les impulsó a un +13 (20-7) en la primera franja del cuarto inicial.
La premonición aquí iba a tener nombre de júnior, Gary Trent, ya que el escolta conectó dos triples seguidos que fueron los que derrumbaron esa distancia en el marcador antes de que se acabara el periodo. Trent, una de las sorpresas de la burbuja de Florida, ha decidido declinar la oferta que le extendieron los Blazers para renovar automáticamente por un año más y está jugando sin red y apostando por sí mismo. Lo conseguido en este encuentro, el meter siete para 28 puntos en 24 minutos como suplente, habla claro de que hay que tenerle muy en cuenta esta temporada.
De nuevo ventaja amplia, de hasta ocho puntos, que los Trail Blazers se cargaron a base de jugadas individuales tras bloqueo frontal y con Trent poniendo la guinda con un triplazo esquinado (30-31).
Los Lakers trataron de darle la vuelta de nuevo a todo. Algo de Kuzma, algo de Schröder, algo de Horton-Tucker, pero en ataque. La defensa local empezaba a coger tintes dramáticos, con Kanter y Nurkic creciéndose en la lucha por el rebote ante un Montrezl Harrell que volvió a problemas pasados.
Con casi diez de pérdida entraron los Lakers al tercer acto, tras el descanso, y las combinaciones entre los titulares volvían a torpedear a los Blazers. Ahí es donde pareció que a los visitantes les llegaba la hora. Un par de acciones potentes de Marc Gasol en los dos lados, la verticalidad de Dennis Schröder y el LeBron para Davis disparaban a los locales. Nueve puntos arriba, 73-64, y con un parcial latente de 19-3. Pero ni por esas. Lillard, que parecía que todavía estaba calentando para lo que vendría al final, daba la réplica.
Todo se iba a decidir en los minutos finales. Y ahí se reclamó la ausencia de Alex Caruso, de baja por el protocolo contra el COVID-19. Los Lakers no tienen un base que pueda sustituir el trabajo que hace él, ya que a Quinn Cook no se le utiliza. Dennis Schröder se quedó al mando con dos de los mejores exteriores de la NBA, Lillard y McCollum, y quedó abrasado. Su partidazo en ataque, llegando hasta los 24 puntos con 8/16 en tiros, no tuvo nada que ver con lo mal que lo pasó para defender las últimas acciones, las decisivas. Sobre todo Lillard, con un triple, un 2+1 y dos asistencias a Nurkic, fue el que le llevó de cabeza al suelo. La intención de Davis no fue suficiente y los Blazers se llevaron del Staples una victoria sanadora.