El ritmo de los Nuggets y Campazzo para completar a Jokic
Los Nuggets necesitan jugar a más posesiones en determinados momentos y para ello es importante la llegada de Facu Campazzo a la rotación.
La llegada de Facu Campazzo a Denver está llena de incógnitas. Lo primero, por la importancia que adquirirá en los primeros compases de esta etapa que, como mínimo, durará dos años. Mike Malone, entrenador del equipo, no se ha pronunciado sobre la llegada del argentino y lo que supondrá en términos de juego, expansión de minutos y funciones en la pista. Luego, por cómo sabrá hacer el trabajo teniendo en cuenta que es su primera experiencia en la NBA tras una buena escuela en Europa.
Campazzo entrará con fuerza en la rotación avalado por la gerencia, donde se encuentra el lituano Tommy Balcetis (asistente del mánager general) o el polaco Rafal Juc (jefe de la nómina de ojeadores), el banquillo, con el español Jordi Fernández, o con otros trabajadores que conocen su desempeño, como el exACB Boniface N'Dong o su ex-compañero Martynas Pocius. Su crecimiento en el Real, en competiciones de mucho seguimiento como la Liga Endesa, la Copa del Rey o la Euroliga, le ha otorgado una posición usual para un novato de 29 años, ya veterano, como lo fueron en el pasado jugadores como Jorge Garbajosa, Arvydas Sabonis o su compatriota Pablo Prigioni. Pero, historial aparte, queda por concretar su papel.
Uno de los puntos a tener en cuenta en su fichaje es el de la capacidad para jugar a un ritmo alto siendo preciso y decisivo sea yendo hacia canasta o sea dejando la responsabilidad final a otro compañero. Otros elementos, como su fuerte posicionamiento en las líneas de presión a la hora de defender, su capacidad de robo de balón, su tiro tras bote o los lanzamientos por elevación, han contado, pero el ritmo es un elemento clave en la franquicia en la que aterriza. ¿Por qué? Es una parcela en la que necesitan un cambio. La plantilla de los Nuggets es un bloque consistente desde hace ya años, lo era antes de Malone y lo es con él. Los cambios han sido muy sostenidos, tocando poco y siempre a mantener. El progreso en el juego se vio, sobre todo, hace dos temporadas, cuando incluso lideraron la Conferencia Oeste durante la fase regular. En la última campaña llegaron a las finales de la conferencia, quedándose a un paso del objetivo que siguen teniendo marcado. El modo de juego viene delimitado por unas estrellas que ya se han hecho con el control de los mandos. Nikola Jokic, pívot serbio, y Jamal Murray, base-escolta canadiense, representan muy bien tanto la diversidad en términos culturales como el estilo que Malone quiere que se imponga, con el que quiere alcanzar la cima de la NBA. Pero no tiene que ser igual los 48 minutos, y ahí es donde alguien como Facu Campazzo debería entrar en juego para ser un disruptor.
El ritmo de juego, es decir, las posesiones que se juegan en un partido es demasiado bajo. Sacan muchos puntos de ello, poniéndose en quinta posición en la lista de ratio ofensivo (112,6) la pasada temporada, pero son el penúltimo equipo en cuanto a ritmo (97,6). Estos datos, recogidos por Joel Rush en Forbes gracias a la página de estadísticas de la NBA, no hacen sino corroborar lo que se ve. Los ataques estáticos les funcionan bien por la calidad técnica de Porter o Millsap, la habilidad de Morris o la potencia de Grant o Harris, y son Jamal Murray, un base que se siente cómodo en transiciones más o menos rápidas pero que no es un puñal en los contraataques, y Nikola Jokic, que ha admitido en numerosas ocasiones que le gusta más ir sosegado que al galope, los que marcan ese ritmo que por momentos necesitarán acelerar si quieren ser todavía más peligrosos.
Falta saber cómo encaja el cordobés en la minutada que proponga Malone. A su lado tiene a otro novato mucho menos experto, R.J. Hampton, y por delante en asimilación de conceptos están Monte Morris, muy similar a él, y Jamal Murray, que sí podría alternar con Campazzo en lo que podría compararse con el binomio que Harden y Beverley formaban en los Rockets hace unos años. Esa subida del ritmo que se puede proponer gracias a la llegada de Campazzo tiene como carta de presentación más reciente el punto al que ha llevado al Real Madrid en la Euroliga, donde los blancos eran el 2º que más posesiones hasta que él partió (sólo por detrás del Maccabi de Tel Aviv). Ahora, ya en otro continente y en un equipo en el que tiene que volver a ganarse el sitio, quiere imitar ese juego frenético que ha enamorado en España, Argentina y el resto del mundo.