Jordi Fernández: "Campazzo se ha ganado al vestuario en una semana"
El técnico badalonés, asistente de Michael Malone en los Nuggets desde 2016, habló con As sobre la burbuja de Orlando, las expectativas de su equipo y la llegada de Campazzo.
En menos de dos semanas, el badalonés Jordi Fernández cumplirá 38 años. Lleva casi doce, desde 2009, trabajando en Estados Unidos, donde se ha labrado una excelente (y merecida) reputación que lo ha posicionado como candidato para ser el primer español al frente de un banquillo NBA. Después de sus años en los Cavaliers, donde coincidió con LeBron James, lleva desde 2016 como asistente de Michael Malone en Denver Nuggets, el finalista de la Conferencia Oeste en el que emprende Facundo Campazzo su aventura NBA. Después del primer partido de pretemporada, en el Chase Center de San Francisco contra los Warriors ("un viaje así es más llevadero que cuando estás nueve días seguidos fuera de casa") atiende a As de vuelta en Denver y a menos de una semana ya del inicio de la Regular Season 2020-21.
Va a ser una experiencia atípica. El primer partido de pretemporada lo jugaron después de solo 77 días de descanso. Su rival, los Warriors, no había estado en la burbuja y llevaba sin jugar… 277 días. Doscientos más que su equipo.
Los equipos vamos a tener que ser inteligentes en cuanto al volumen de minutos de los jugadores importantes que estuvieron en la burbuja. Pero, a la vez, lo importante es empezar ganando para estar arriba. Estas diferencias van a ser un factor. Ahora en pretemporada se nota quién ha descansado doscientos días más. El sábado, al inicio del partido con los Warriors, se notó mucho. Nosotros parecíamos un equipo que había jugado solo unos días antes, estamos todavía cogiendo sensaciones. Lo más importante ahora en este momento es que nadie se lesione.
Habrá que medir esfuerzos y dosificar. Los Lakers, por ejemplo, ya han dicho que lo harán con LeBron James. Pero al mismo tiempo, la temporada se reduce (72 partidos por equipo en vez de 82) y la competencia en el Oeste va a ser, a priori, muy fuerte. Así que tampoco se pueden dar pasos en falso.
Es que es muy distinto que un jugador como LeBron juegue 30 o 32 minutos o que juegue 40 cada noche. Hay que considerar muchos factores. Nosotros nunca hemos hecho descansar a nuestros jugadores en partidos completos, solo cuando ha sido por temas estrictamente médicos. Los jugadores tienen que jugar, pero si los sobreutilizas te puedes pegar un tiro en el pie. Nosotros tenemos la ventaja de que somos muy jóvenes. Ya lo éramos antes y ahora, con siete jugadores nuevos, lo somos todavía más. Ese será nuestro reto, pero sabemos que tenemos un grupo que puede ser mejor que la temporada pasada y eso es lo que más nos anima.
Eso y pelear por todo.
Mira, cuando vas por el lado de los dos equipos de Los Ángeles, Lakers y Clippers, y de otros equipos fuertes del Oeste, parece que con nosotros nunca se cuenta, que siempre nos descartan. Eso nos beneficia, es una motivación poder ir contra todo el mundo.
En todos los años que lleva en la NBA, no habrá vivido una preparación tan atípica como esta.
Sí, de hecho, es la pretemporada más corta de la historia de los deportes profesionales en Estados Unidos. Pero por mucho que pienses que es atípico y por muy distinto que sea, todos los equipos partimos en las mismas condiciones, y eso nos tranquiliza. La continuidad será importante, el que la tiene parte con ventaja. A los equipos que se han reforzado mucho pero no tienen una estructura ya creada les puede costar más. En nuestro caso, nuestros pilares son los mismos. El reto es para todos, las excusas no valen para nada porque al final partimos en igualdad de condiciones.
La NBA rompe la burbuja y se lanza a un calendario a grandes rasgos tradicional y con viajes constantes por Estados Unidos, un país azotado por la pandemia. ¿Hay nervios dentro de los equipos? ¿Se ve la situación con optimismo o pesimismo?
Esto es muy distinto a la burbuja. Hay más riesgo, pero la NBA es una Liga que, hablo por mi experiencia, gestiona todo de una manera excelente. Y de momento así está siendo en esta pandemia, con todos los protocolos. Puede parecer a veces un poco excesivo, pero al final lo que se hace es por la seguridad de todo el mundo. Y se ponen todos los medios, que al final no deja de ser una cuestión de medios económicos. Eso da tranquilidad. La NBA aprende de los deportes que han arrancado, hace planes con los mejores expertos…
Pero la situación no deja de ser complicada.
Esto no va a ser lo mismo que antes, no se va a poder trabajar igual. Ahora nos hacen test todos los días, los días de partido nos hacen dos y los días libres también tenemos que ir a hacernos uno. Se puede hacer pesado, pero solo hasta que te acostumbras. Nuestro primer viaje ha sido a San Francisco, una de las zonas más afectadas por la pandemia. E ir a una ciudad que normalmente tiene tanta vida, pasar con el autocar por el centro y ver que está totalmente vacío… choca mucho. Es atípico pero somos positivos, tenemos la ilusión de jugar una nueva temporada y de entretener a mucha gente. Eso es lo que nos mueve ahora, hacer algo por los demás. No somos un servicio primario ni de primera necesidad, pero el entretenimiento, el deporte, la cultura también son importantes en la sociedad. A la gente le ayuda mentalmente el entretenimiento.
Hablábamos de la burbuja de Walt Disney World. ¿Qué sensaciones tiene ahora que ya han pasado más de dos meses?
En mi caso fue muy duro. Me fui con un hijo de nueve meses que cuando volví tenía un poco más de un año. Y mi hija tenía poco más de dos cuando me marché. Lo peor fue eso, dejar a mi mujer y mis hijos. Pero a nivel deportivo fue una experiencia única en la vida. Espero que no se repita, pero poder decir que estuve ahí dentro, la manera en que competimos, nos adaptamos, el nivel que tuvieron los partidos, el excelente producto televisivo… Además, nosotros hicimos historia. Fuimos el primer equipo capaz de levantar un 3-1 en contra dos veces en los mismos playoffs. El otro día veíamos imágenes de esos partidos y se nos ponía piel de gallina. Fue muy emocionante porque allí solo nos teníamos los unos a los otros. Los equipos que se adaptaron bien a eso se hicieron más fuertes: la burbuja o te hacía mejor o te hacía peor. Nuestro grupo salió mucho más fuerte.
Esas increíbles remontadas contra Jazz y Clippers… ¿habrían sido improbables en unos playoffs tradicionales, fuera de la burbuja?
No se sabe, pero lo cierto es que nuestros chicos forman un grupo que siempre ha luchado mucho. La primera vez que entramos en playoffs, un año antes, fuimos a dos series a siete partidos contra equipos con más experiencia. Y en la burbuja también luchamos hasta el final. Las condiciones eran las mismas para todos. Al final lo que queda es que has remontado un 3-1. Ganar un partido sexto en Utah habría sido muy difícil, pero también ganar en nuestro campo es muy difícil. En los dos últimos años hemos sido uno de los mejores equipos locales de la NBA. Hay que aceptar lo que pasó. Fue muy especial. Espero que no se repita por razones obvias (risas), pero en el sentido competitivo, por nuestro grupo y por la experiencia personal, siempre tendré buen recuerdo.
El proyecto de los Nuggets dio un enorme paso adelante. De casi caer en primera ronda a las remontadas, una final del Oeste contra los Lakers en la que pusieron en dificultades al futuro campeón, la explosión de Jamal Murray, la confirmación como gran estrella de Nikola Jokic…
Nosotros aceptamos los retos y trabajamos. Luego puedes tener una mala eliminatoria y te ponen en la calle. Pero nunca nos hemos ido sin luchar. En la serie contra los Lakers jugamos muy bien. Pero veníamos de dos eliminatorias de siete partidos, y ellos de dos de cinco. Ese descanso extra para LeBron James y Anthony Davis… Luchamos, perdimos el segundo partido en el último segundo, ganamos el tercero y competimos muy bien en el cuarto. Terminamos muy contentos. Cómo jugó Jamal Murray con 23 años. Y Jokic con 25, Michael Porter con 22… somos una realidad pero también somos futuro. Y eso lo tenemos todos claro, estamos unidos en este proyecto.
Me imagino que después de trabajar mano a mano con LeBron James en Cleveland, no le sorprendió nada verlo a ese nivel extraordinario en Florida, ya con 35 años.
Es el mejor jugador de la NBA y está en la discusión sobre el mejor de la historia. Es un debate que no es objetivo y es difícil, pero si hay que poner nombres, el suyo está ahí. Para mí, LeBron ha sido muy importante en mi carrera como entrenador. Para entender cómo tiene que ser una súper estrella, cómo tiene que ser el líder de un equipo, cómo se trabaja… Estar cerca de él ha sido muy importante. Y enfrentarme a él en Florida también lo fue. No me sorprendió su nivel para nada, claro. Tiene 35 años, pero tiene esa capacidad de sacrificio, de trabajo… es extraordinario.
Su jugador franquicia es Nikola Jokic, un pívot de un talento increíble y un tipo francamente particular.
Está muy fresco, después de jugar en la burbuja está en muy buen momento. Además, cuando eres el líder y maduras y te vas haciendo mayor, cada vez lideras mejor. Y eso es lo que Nikola está haciendo con nosotros junto a Jamal Murray. Los dos se compenetran bien, su relación es muy fuerte y eso es clave para nosotros. A veces las súper estrellas de esta Liga son muy extravagantes, pero él es una persona totalmente normal, un tío gracioso, muy buen compañero… No te das cuentas de que tiene un contrato de 150 millones.
Una de las altas en la nueva temporada es Facundo Campazzo, que ha elegido los Nuggets para dar el salto a la NBA. ¿Qué esperan de él en este arranque de su aventura en Estados Unidos?
Estamos muy ilusionados con él. Sabemos que hemos traído un jugador con mucho carácter, un ganador, y nos identificamos con eso. Nikola Jokic ya sabía quién es el Facu, claro, pero hay otros compañeros que no lo conocían. Y en una semana se ha ganado el respeto de todo el vestuario. Y en breve se ganará a todo el público de aquí. Sabes que una persona que ha superado tantos retos, con la selección argentina y con el Real Madrid, lo va a conseguir mentalmente. Va a hacer lo que sea para ayudar a que el equipo gane. En el primer amistoso jugó un partido excelente y desde el primer minuto los compañeros lo han acogido muy bien. Monte Morris, el otro base suplente, fue el primero que lo llamó para darle la bienvenida cuando se anunció el fichaje. Seremos un equipo mejor y muy atractivo de ver para nuestros seguidores. Facu va a animar a mucha gente en Denver.
A él se le ve radiante en estos primeros días, feliz como un niño pequeño.
Es energía pura, muy positivo. Y está muy contento de estar aquí. La adaptación siempre requiere tiempo, pero la suya está siendo muy, muy rápida. Este no es su primer rodeo, él es profesional desde hace muchos años y eso le va a ayudar mucho. Para él venir a un equipo ganador, a uno con una cultura como la nuestra, era muy importante. Creo que no hemos podido hacer mejor elección. Esperemos que esté mucho tiempo con nosotros.
¿Puede ser su estatura un hándicap para el nivel de exigencia de la NBA? Durante toda su carrera se le ha cuestionado por eso… y siempre ha acabado convenciendo hasta a los más incrédulos.
Aquí en la NBA no se trata de ser el mejor en tu posición sino de ser el mejor en tu rol. Y en su rol él tiene la opción de ser el mejor, o uno de los mejores en la mejor Liga del mundo. Y eso es lo que a él le importa y lo que nos importa a nosotros. Eso genera mucha energía, la generó en el primer amistoso y la va a seguir generando. Los retos que ha tenido en su vida le han hecho más fuerte, viene aquí y no se va a arrugar por nada, no lo ha hecho antes y no lo hará ahora. La adaptación, aunque habrá momentos mejores y peores, no ha sido para nada costosa.
Y ahora va a jugar con Jokic. Dos pasadores con un nivel de creatividad extraordinaria. ¿Se frotan las manos en el cuerpo técnico con las posibilidades que se les abren?
Al final, se trata de hacer un juego bonito y vistoso. Pero también se trata de hacer un juego eficiente, de ganar. Somos un equipo que pasa mucho el balón y además nuestro principal generador es Jokic, el jugador más grande que tenemos. Y Facu se ha adaptado bien a eso, encajará bien. Los técnicos también tenemos que ayudar a que sea así, esto no es solo cosa de los jugadores.
En lo personal, se le ve feliz en los Nuggets, donde inicia una nueva temporada al lado de Michael Malone, un entrenador que confía mucho en usted.
Supongo que parecerá que es lo que tengo que decir, pero estoy en el mejor sitio en el que podría estar. Y eso lo digo después de doce años aquí, en Estados Unidos. Tenemos un grupo muy unido. Del propietario al presidente, la dirección deportiva, los entrenadores y los jugadores… es difícil encontrar algo así en cualquier trabajo. Que haya esa energía, esa química, es algo que hay que valorar todos los días, porque después te puedes pasar años sin encontrarlo. Yo espero que esto dure mucho tiempo, que siga al lado de Coach Malone. Es un entrenador que invierte mucho en nosotros, nos da mucha voz, cree en nosotros y quiere que crezcamos como técnicos. No querría estar en ningún otro sitio salvo que fuera por un reto profesional mucho más alto. Si no es por eso, espero estar aquí muchos, muchos años.