Mirotic marca el Clásico

El fichaje de Nikola Mirotic por el Barcelona en el verano de 2019 fue un bombazo y en los meses posteriores condicionó todos los Clásicos del curso. Primero por cómo lo hacía, después por qué le decían y luego por cómo le aplaudían. Esta vez, ni es la novedad ni habrá público en el Palau, pero de nuevo Mirotic marca las horas previas. El hispano-montenegrino se entrenó ayer con sus compañeros y Jasikevicius cuenta con él para enfrentarse hoy al Madrid en la Euroliga. Está recuperado de la COVID-19 y ha dado negativo en los últimos test, sin embargo, no cumple con los requisitos que el protocolo sanitario determina para volver a jugar. El club azulgrana va a intentar hasta el último momento que actúe, aunque la normativa, que recibe actualizaciones continuas, no lo permite.

El protocolo recoge que para que un jugador regrese tiene que pasar “un total de 14 días desde la primera prueba que dio positivo o desde el último día con síntomas (lo último que ocurra)”. Y el Barcelona anunció el pasado 11 de octubre, hace 12 días, el positivo de un integrante de la plantilla. Apenas 48 horas después el propio Mirotic informó de que era él el afectado y de que tenía síntomas, así que según lo establecido no podría jugar hasta la siguiente jornada, el viernes 30 en la visita al Baskonia.

Mirotic estuvo el pasado martes en el Palau como espectador ante el Gipuzkoa y trabaja con el equipo porque ha superado la enfermedad. El protocolo continental fija como requisito añadido, que no exime del periodo de 14 días, dar "negativo en dos test separados por 24 horas". Asimismo, obliga a una prueba de troponina (que pueden avisar de alguna afección coronaria), a un electrocardiograma y a un ecocardiograma. Controles a los que se ha sometido, pero la autorización debe realizarla por escrito el médico de la Euroliga.

Clásico de urgencias

Más allá de Mirotic, está la duda de Claver (fascia plantar) y las bajas de Causeur (positivo desde el pasado domingo) y Carroll (molestias en una rodilla). Abalde y Randolph se ejercitaron ayer. ¿Puede un choque que se celebra el 23 de octubre, en una temporada de máxima incertidumbre por la pandemia y con más de 90 partidos programados, considerarse un duelo de urgencias? Sí, puede. Para el Barça otra derrota ante su gran rival sería muy dura y más con los de Laso lejos de su mejor forma. Supondría el cuarto traspié en los últimos cinco enfrentamientos (en Tenerife, hace cinco semanas, 72-67 en la final de la Supercopa). Y para el Madrid, caer de nuevo en Europa le haría sacar la calculadora con un balance de 1-4. Si necesita 18 victorias para meterse en el playoff de cuartos, se vería obligado a sumar 17 en 29 jornadas en una Euroliga que no perdona. Nada definitivo, aunque a los dos les urge, sí.