Miami Heat y sus razones para ser la nueva amenaza en la NBA
Su pase a las Finales 2020, donde perdieron con los Lakers, sólo confirma el buen trabajo hecho tras la salida de un LeBron al que ahora miran de cerca.
En 2010, hace exactamente diez años, comenzaba una aventura convertida en montaña rusa en Miami. Una ciudad salerosa que veía cómo todas las miradas de la NBA se giraban hacia ella. Cuatro años antes habían ganado su primer título de la mano de un extraordinario Dwyane Wade y un imponente Shaquille O'Neal, pero lo que allí se coció en ese momento era algo mucho más grande. Llegaba LeBron James, el jugador de referencia y tanto de presente como de futuro, y lo hacía con Chris Bosh y un concepto que se suponía que sería el dominante. Cuatro finales en cuatro años, dos Anillos (2012 y 2013). Fue subir a una cima que ya habían pisado y poner una bandera bien grande. La salida de LeBron James fue un golpe fuerte para la franquicia, ya con Pat Riley convertido en amo y señor de las oficinas y Erik Spoelstra reforzado como entrenador principal, pero la herida era de las que se arreglan con una tirita y no pasando por el quirófano. Diez años después la recuperación no sólo es completa sino que apunta a un periodo en el que Miami puede ser, de nuevo, un faro por el que se guíen los demás equipos.
Desde ese 2014 en el que LeBron James, ahora al otro lado de la frontera, abandonó el barco para intentar ganar con el equipo su vida (Cleveland Cavaliers), los Heat se han mantenido. No es fácil. Siempre que un proyecto tan ambicioso se derrumba por el cimiento más importante lo lógico es que la edificación se venga abajo y haya que reconstruir todo. James se fue como agente libre, lo que significa que no dejó nada a cambio en South Beach. Pero a los responsables del área deportiva de los Heat no parece haberles importado. No han bajado del 10º puesto de la Conferencia Este en los seis últimos años. Tres presencias en los playoffs, tres incomparecencias. Durante ese tiempo se han intentado tocar varias teclas y al final han dado con la adecuada.
Goran Dragic es el denominador común, ya que llegó con la vitola de jugador determinante y así lo ha demostrado, siendo considerado el líder pero no la estrella. El final de Dwyane Wade, que dio partidazos hasta el día de su retirada, y la retirada de un Chris Bosh con problemas físicos graves, valgan sus coágulos de sangre como ejemplos, sirvió para dar un nuevo impulso. Había que saltar al vacío para ver si había vida más allá. Y todo el cambio de golpe, y todas las decisiones acertadas.
Contando con que se arrastraba tanto al base esloveno como elecciones de draft en forma de pruebas, de nombre Duncan Robinson y Edrice Adebayo, decisiones drásticas. El otro joven prometedor, Justise Winslow, se iba a ir traspasado a los Grizzlies para recibir a Andre Iguodala, Jae Crowder y Solomon Hill, tres veteranazos. Con Winslow se iba Dion Waiters, que acabaría en los Lakers como campeón. Un traspaso éste que mostraba que la intención era ganar ya. Sólo valían tipos a los que sacarle todo el jugo y Winslow se había estancado. Eligiendo en el último año a Tyler Herro, un tirador metedor con ínfulas y mucho desparpajo, y Kendrick Nunn, de calidad inacabable pero con un pasado violento que a algunos les hizo borrarle de la agenda, aventurándose además con interiores móviles y con buen tiro como Meyers Leonard y Kelly Olynyk para cubrir las espaldas del rompedor 'Bam', iba a cuadrar una plantilla digna de las últimas rondas de los playoffs. Así se iba a rodear a una superestrella, el que tiene que seguir la estela de éxito dejada por Wade. La apuesta por Jimmy Butler, un tipo conflictivo para unos y adorable para otros, era arriesgada pero ha tenido un efecto inmediato. Todos juntos, a la caza de la NBA sólo un año después de quedarse por debajo de las cuarenta victorias en la regular season.
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Lo demostrado en las Finales NBA 2020 ante los Lakers es que han llegado para quedarse. No parece flor de un día. Contrato largo para Jimmy Butler, el primero de los mortales, dos armas letales desde el exterior con Robinson y Herro, Nunn cocinándose tras la estela de Dragic... Como los Lakers, tienen la estructura bien formada y sólo hace falta que acierten con los veteranos. Dragic, arrastrando su mala suerte en esos últimos partidos, o Crowder, que ha jugado un papelón en las series cruciales, son algunos de los que no tienen un acuerdo firmado tras ellos.
El mercado decide en qué punto se sitúan ahora los Heat y el resto de la Conferencia Este. Si los Bucks siguen siendo el dominador absoluto en la fase regular, lo veremos. La pasada campaña parecía todo muy igualado por detrás de ellos, con los Raptors, Pacers, Nets, Celtics y Heat formando un trenecito de doble articulación. ¿Quién ha tomado ventaja en el mercado? Los Heat. Los rumores de Giannis Antetokounmpo, Chris Paul y demás grandes jugadores que se plantearían ir a Miami a jugar no hace más que corroborar que el paso dado al pisar las Finales no es sólo eso sino que va más allá. Ahora los Heat son sitio de peregrinación. Esa es otra victoria con la que pueden contar. Al aficionado imparcial de la NBA le convence este proyecto, ve en él algo más que un 2020.
Un apunte importante sobre la situación contractual. El subcampeón de la NBA es el cuarto que menos dinero tiene comprometido para la temporada 2020/21 y está en el top-10 de ahorro de cara al mercado de 2021, el más potente en muchos años. Sabemos de la capacidad de convicción de Riley, pero es que teniendo capacidad de movimiento es incluso más fácil su tarea. Hay dinero para gastar en jugadores con experiencia del estilo de Iguodala o Crowder que representen lo mismo que Butler, el nuevo guía espiritual, y que puedan hacer realidad un nuevo pase a la eliminatoria definitiva. Miami Heat es una amenaza para el nuevo reinado de LeBron James, el que un día fue ejecutor más despiadado.