NBA | LAKERS 111 - BLAZERS 88 (1-1)

Los Lakers respiran: día aciago de los Blazers con lesión de Lillard

Anthony Davis estuvo tremendo y con su liderazgo los Lakers fueron una apisonadora. Noche negra para los Blazers, donde preocupa Lillard.

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Un primer partido marcado por la sorpresa, por la intensidad y la competitividad, por unos Trail Blazers que venía rodados y en racha del final de la regular season y del play-in ha dado paso a un solar. Ahí es donde se han quedado varados, en un lugar inhóspito. Al partido no acudieron. Los de Stotts sufrieron desde los primeros compases y acabaron maquillando incluso un marcador que pudo ser más punitivo. Los Lakers hicieron los deberes que el profesor Vogel había mandado para casa, mejoraron en los tiros exteriores -aunque también maquillaron la estadística cuando el partido estaba ya decidido- y amarraron una victoria por 111-88 que les da el empate en la eliminatoria. 

Y vamos a ver cómo salen del atolladero los Blazers. Stotts y sus experimentos, primero para defender a Davis con Wenyen Gabriel, que acumula más partidos en la G-League que en la propia NBA, y luego para hacer jugar a Nurkic y Whiteside a la vez en lo que Zach Collins se recupera de una lesión, son una buena muestra del momento en el que se encuentran. Han pasado de ver la luz a que se les haga de noche. Pero quizás el primer partido fue más demérito de un rival que, no lo olvidemos, ha dominado la Conferencia Oeste toda la temporada. No destacaron en ninguno de los aspectos que les han hecho llegar hasta aquí, ni siquiera pudieron mostrarse Lillard por fuera y McCollum en los momentos decisivos, porque fueron una sombra de sí mismos. 

Desde el comienzo se vio a Anthony Davis con otra marcha, como con ganas de reivindicarse tras alguna crítica recibida después de la derrota de dos días antes. Machacaba con mucha más furia y buscaba con insistencia los emparejamientos sacando de ellos el máximo rédito, se atrevía con los triples, forzaba acciones inteligentes en defensa, etc. Dominio absoluto en las dos áreas y durante casi 30 minutos, lo que estuvo en cancha, y a él sí que nadie le hizo sombra. Se marchó con 31 puntos y 11 rebotes, el mejor de la noche, y puso a su equipo en el mapa después de las dudas generadas. 

Destacó el bajonazo de Carmelo Anthony, que se quedó en 1/6 en tiros, pero hay otros aspectos negativos que sorprenden menos: la defensa sigue siendo muy mejorable, más si no sólo es Davis sino también McGee o Howard los que te hacen un roto; la aportación poco constructiva de Hassan Whiteside no cambia con el paso del tiempo; Gary Trent no puede tener el día todos los días y entre los banquilleros necesitará algo más de Mario Hezonja o Anfernee Simons, aunque éste último podría ir progresando en la rotación como hizo a principios de temporada. 

El encuentro se acabó en el tercer cuarto. Se superaron los 30 de ventaja al entrar en el último periodo, que fue casi por completo de minutos de la basura, y ahí no se entendió que LeBron James, ya pasado por el banco, volviera a salir a cancha. Fueron pocos minutos, pero suficientes como para que hubiera habido un susto como el que se pegó Damian Lillard. Precisamente en esos minutos, precisamente dando la voz de alarma. El MVP de los seeding games se hizo daño en el dedo índice de la mano izquierda al intentar robar un balón a Davis y se retiró con mucho dolor. Posteriormente se le practicaron unas pruebas y su dedo está dislocado, aunque forzará por estar en el tercer encuentro de la serie. 

Si hablamos de los interiores de los Lakers, los exteriores también tuvieron su dosis. El primer pequeño estirón llegó con dos triples de Kentavious Caldwell-Pope, que también se fajó en defensa. Alex Caruso y Danny Green estuvieron perdidos, pero por contra J.R. Smith pudo saltar a cancha y disfrutar el suave sonido de la red al meter un triple. LeBron James tuvo un partido de dejar hacer pero sin dejar de hacer: acabó con 10 puntos, 6 rebotes y 7 asistencias. 

Turno para, ya en el fin de semana, el tercer asalto de esta serie. Ahora, con los malos pensamientos en el otro bando. Y con Lillard forzando (todavía más).