San Pablo Burgos y el sueño de una noche de verano
El modesto conjunto burgalés ha roto todos los pronósticos haciendo historia y ahora quiere plantarle cara al todopoderoso Barça en semifinales.
Pase lo que pase, en los libros de historia quedara que un modesto equipo, el San Pablo Burgos de Joan Peñarroya llegó a semifinales en su tercera temporada en la Liga Endesa y en una Fase Final Excepcional. Y lo hizo con todo mérito para enfrentarse al gran favorito, el Barça de Svetislav Pesic que tiene un presupuesto casi siete veces superior al burgalés, que suma 15 títulos de Liga ACB y que ha disputado 27 semifinales; es decir David contra Goliat.
En los seis enfrentamientos ligueros entre ambas escuadras siempre ha ganado el Barça aunque en el Coliseum burgalés, donde se tiene la mayor media de asistencia de público con 9.400 espectadores por encuentro, los azulgranas han sufrido para imponerse: 101-103 (2017-18), 80-85 (2018-199 y 80-82 esta temporada.
Esta temporada el San Pablo Burgos (Club Baloncesto Miraflores) quiso dar un paso adelante el catalán Joan Peñarroya llegaba al banquillo para relevar al técnico burgalés Diego Epifanio, que había dirigido al equipo en las cuatro últimos años.
Una plantilla con jugadores expertos y sin estridencias, con el ítalo-uruguayo Bruno Fitipaldo, que seguía de la pasada campaña, y el badalonés Ferran Bassas, fichado del Iberostar Tenerife, como bases se les unió el escolta estadounidenses Thad McFadden, ex del Joventut, y que llegaba para ser uno de los referente del equipo, contando también con el catalán Álex Barrera en su cuarta temporada con el club burgalés en la misma posición.
En la línea de aleros se fichó al estadounidense con pasaporte camerunés Jean-Pierre Tokoto, que fue de más a menos y se le cortó a finales de enero, pero otro de los referentes ha sido el internacional italobrasileño, Vitor Benite, también en su segunda campaña en Burgos y uno de los principales anotadores del conjunto castellano desde el perímetro, reconvertido en escolta
También llegaba esta temporada Miquel Salvó, procedente del Guipúzcoa, un alero defensor e incisivo en ataque, jugador importante en las rotaciones del equipo.
Antes de iniciarse la fase final de Valencia, el equipo sufría una baja importante: la del ala-pívot estadounidense Earl Clark, un jugador ex NBA que esta temporada había llegado del Buducnost tras haber jugado en Euroliga. Se fue a Estados Unidos al declararse la pandemia del COVID-19 y a mediados de mayo, al no poder volver, se rescindió de mutuo acuerdo el contrato. Detrás dejaba un media de 12,2 puntos y 6,4 rebotes por partido.
Destacar la presencia del capitán Javi Vega, un ala-pívot madrileño que llegó al club cuando estaba en la LEB Oro en 2015 y que hoy es un referente en el vestuario y para la afición burgalesa.Y esta temporada también se recuperó al cubano Jasiel Rivero, fichado en la temporada 2018-2019, pero que fue cedido a la liga argentina, completando la línea de 'cuatros' de Peñarroya.
En el juego interior, el pívot serbio Goran Huskic, que cumplía su tercera temporada en Burgos se lesionó en noviembre y fue intervenido en enero, no pudiendo jugar lo que restaba de temporada.
Así, el hispano-brasileño Augusto Lima, en su segunda temporada en el equipo, quedó como referente en la pintura. En noviembre llegaba el veterano Oliver Stevic, conocido de Peñarroya y que había estado a su órdenes en Andorra, con contrato temporal hasta enero siendo cortado al final del mismo, para fichar por el Joventut.
Tras su salida llegaba el joven ala-pívot serbio Dragan Apic, cedido por el Lokomotiv Kuban y que junto a Vitor Benite fue clave para la clasificación burgalesa para semifinales tras vencer al MoraBanc Andorra (88-86).
Pero la gran sorpresa la daba en la segunda jornada al vencer al Real Madrid (87-83), con McFadden imparable (18 puntos); su primer paso para estar en semifinales y una derrota madridista que sería importante para la eliminación de los de Laso. Pase lo que pase mañana, el San Pablo Burgos ya está en la historia de la ACB.