Jordan dio el sí a su documental el día después de que LeBron ganara su tercer anillo
Jordan tenía el control de unas imágenes que se grabaron gracias a Silver y que estuvieron 18 años en un almacén. The Last Dance se estrena esta noche en ESPN.
A las 3 de la madrugada hora española la ESPN estrena los dos primeros capítulos de los diez que consta The Last Dance, la serie documental que repasa la última temporada de Michael Jordan en los Chicago Bulls. Una imágenes que se habían convertido casi en un mito dentor del mundo de la NBA y que ahora son el evento más importante del momento en el baloncesto estadounidense. La expectación es máxima, porque lo que se grabó durante aquel año es a Jordan (y a todos los integrantes de los Bulls) como nunca se les ha visto antes ni a ellos ni a casi nigún deportista. La cámara lo recogió todo, sin filtros, y promete mostrarnos la imagen de Jordan más cercana a la realidad. Con todo lo que se ha hablado y escrito sobre él, las expectativas son máximas.
Lo que no se sabía hasta hace unas horas es que el visto bueno para que el documental saliese a la luz tiene una historia detrás curiosa como mínimo. Lo desvelaba la periodista Ramona Shelburne: "Jordan accedió a que las imágenes vieran la luz el día que los Cavaliers estaban celebrando su título de 2016". Habían pasado 18 años desde que las cintas estaban guardadas en un almacén de Secaucus, en Nueva Jersey. Y en todo ese tiempo Jordan, que tuvo el control de las imágenes desde el principio de la grabación, no quiso publicarlas. ¿Fue casualidad que siese el sí quiero mientras LeBron se ponía su tercer anillo? Un título que llegó después de remontar un 3-1 en las Finales (algo que no había pasado nunca) a los Warriors del mejor récord de la historia en temporada regular (73-9), que precisamente se lo habían quitado a los Bulls de Jordan de 1996.
El factor Adam Silver
La idea de grabar las interioridades de los Bulls centrándose en la figura de Jordan surgió de uno de los prroductores del área de entretenimiento de la NBA en la época, Andy Thompson, quien sugirió que estaría bien recoger en imágenes la que podía ser la última temporada "del deportista posiblemente más grande de la historia". Su intención era recogerlo todo, desde los entrenamientos hasta las arengas antes de los partidos. Para ello había que convencer a mucha gente y el encargado de hacerlo fue un hombre que seguro les suena el nombre: Adam Silver.
El máximo responsable de la NBA actual era por entonces el encargado de la parte que tenía que ver con medios, entretenimiento, etc. A Silver le gustó la idea y se puso manos a la obra. Habló primero con el dueño de los Bulls, Jerry Reinsdorf, y después con el entrenador, Phil Jackson. Finalmente le presentó la propuesta a Michael Jordan, al que consiguió convencer porque le aseguró que tendría el control total sobre las imágenes: "En el peor de los casos tendrás la mejor colección de películas caseras que se haya hecho para ponérselas a tus hijos", broméo Silver con el jugador. No le engañó y Jordan ha tenido a buen recaudo esas imágenes durante mcuhos años. Ahora, más de dos décadas después, por fin podremos ver una vez más y como nunca antes El Último Baile del número 23.