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“Los clubes de la Euroliga pueden perder un 50% de los ingresos”

El director general del Olympiacos, Nikos Lepeniotis, habla de “una catástrofe financiera” y de que ahora no es el momento de “destruirse unos a otros”, en alusión a los jugadores.

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El Pabellón de la Paz y la Amistad, en el último derbi ateniense disputado en la Euroliga entre el Olympiacos y el Panathinaikos.
Panagiotis Moschandreou Euroleague Basketball via Getty

Nikos Lepeniotis, director general del Olympiacos, equipo que esta temporada ha competido con una plantilla en la Euroliga y con otra distinta plagada de jóvenes en la segunda división griega, ha escrito un extenso artículo en el portal financiero Capital.gr, que recoge Eurohoops. En él cuenta la situación desconocida a la que se enfrentan los clubes y asegura que están “lidiando con una catástrofe financiera”. También explica que en abril, mayo y junio los equipos generan y reciben gran parte de sus ingresos, una cantidad que cifra “entorno al 45% o 50% de los de todo el año” y que ahora se han reducido casi a la nada.

Un daño para la entidad y para todos los trabajadores, los jugadores los primeros, cuyos salarios, afirma, suponen en algunos casos más del 70% del presupuesto del club. Un artículo explicativo de la posición en la que se encuentran los equipos en pleno proceso de ajustes y negociaciones con jugadores, agentes y sindicato para acordar los recortes salariales que se aplicarán de manera generalizada.

Lepeniotis dice que “da igual cómo se trate de valorar el impacto económico, porque solo hay una conclusión: no hay forma de pronosticar el futuro”. Expresa que muchos de los intentos, especialmente los que atañen a los jugadores, son partidistas: “Usados, irónicamente, como una herramienta para servir a intereses personales y grandes egos”. Y continúa: “Desde el 12 de marzo (fecha de la suspensión de la Euroliga) todo está cancelado. Como resultado, cualquier fuente de ingresos está agotada para todos. Nadie sabe con certeza cuándo volverá el deporte y, mientras tanto, la industria debe tomar decisiones que afectan a los empleados. ¿Las compañías les pagarán en su totalidad incluso sin trabajar y, por lo tanto, sin producir? Y si es así, ¿durante cuánto tiempo?”.

“Además, hay que seguir sufragando otros muchos gastos, ¿de dónde saldrán esos fondos? Los dueños del negocio de esta industria tan específica tendrán que evaluar así mismo su solvencia financiera personal para comprobar si pueden permitirse seguir en el negocio. Nadie puede prever nada. (…) Ningún equipo quiere retener los pagos a los jugadores, entrenadores y personal del club, pero todo depende de si hay la capacidad para realizarlos en función de la realidad actual y de las prioridades básicas… porque la número uno para todos es asegurar que haya un mañana. Nuestro objetivo principal no es destruirnos ni imponernos unos a otros, sino encontrar el equilibrio en la nueva era y cooperar por el beneficio común”, detalla.

El directivo del Olympiacos entra en detalles económicos: “Si el total de los ingresos de un club fueran 20 millones de euros, unos 8 o 10 los recibiría en el último cuarto de la temporada (los dos meses y medio o tres meses últimos). Si tenemos en cuenta que a los jugadores se les paga en diez nóminas y dejaron de trabajar trascurridos 6 meses y 12 días de la temporada, quedarían pendientes 3 meses y 18 días. Sin embargo, en solo dos meses y medio de ese periodo habrían producido el 45% o 50% de los ingresos del club. Por lo tanto, los partidos no jugados son considerados los más importantes en cuanto a ingresos totales de la entidad, mientras que los salarios de los deportistas en esos 3 meses y 18 días están vinculados a lo que producen o al dinero entrante que es igual o superior al 50% de sus ingresos anuales. Según lo anterior, ¿quién será el juez o el experto capaz de decidir qué es justo para los jugadores y los clubes en el caso de que la temporada no se reanude? La respuesta es nadie”.

Lepeniotis afirma que “es muy probable que la disminución de ingresos sea la norma para las próximas dos o tres temporadas” y ve un lado positivo para las ligas de todo el mundo, que “podrían recuperar el equilibrio perdido debido al exceso de competencia, la abundancia de dinero barato y la falta de un plan de acción adecuado en muchos aspectos, especialmente en Europa: Fair Play financiero, limite salarial, política fiscal común…”.

Se despide con una conclusión a modo de sentencia: “Todos estamos perdiendo en esta pandemia y lo más importante es que sigamos aquí mañana juntos y actuando como uno solo. Y eso solo sucederá si nos miramos a los ojos con comprensión, compasión, respeto y solidaridad. Al final, el reto es salir de esto vivo y saludable, no más rico…”.