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Los más infravalorados de la historia: Wilkins, Malone, Pippen...

Un repaso a algunos jugadores de la NBA que fueron estrellas y no se les recuerda como tal... o sí pero no con toda la categoría que sus tremendas carreras merecieron.

Moses Malone, en acción con los Sixers.
Nathaniel S. ButlerNBAE/Getty Images

Los términos infravalorado y sobrevalorado son, desde luego, escurridizos. Muchas veces son una simple forma de señalar filias y fobias personales, otras se pierden en una pura cuestión de indefinición: ¿está infravalorada la estrella que debería ser considerada más estrella, el secundario que debería ser considerado estrella, el jugador del que solo se miran los números o precisamente al que solo se miran los números?

Contando con eso y con una obvia subjetividad, esta es una lista de jugadores infravalorados, cada uno a su nivel, en la historia de la NBA. Sin ningún orden especial y con otro aviso: es obvio que no están todos los que son y que para muchos no son todos los que estarán...

CHRIS BOSH. Ala-pívot, en la NBA de 2003 a 2017. Jugó en Toronto Raptors y Miami Heat.

Eran tan buenos LeBron James y Dwyane Wade que Chris Bosh acababa pareciendo el eslabón débil del big three de los Heat que ganó dos anillos y saltó por los aires en 2014. Después, la aparición de coágulos de sangre acabó con una carrera que dejó, eso sí, once All Star disputados, temporadas de 24 puntos y casi 11 rebotes de media cuando era jugador franquicia en los Raptors y, finalmente, una capacidad excepcional para ponerse al servicio de dos súper estrellas y ayudar, intentando hacer lo que tocaba en cada momento, a que los Heat ganaran.

MOSES MALONE. Pívot. 1976-1995. Rockets, Sixers, Bullets, Hawks, Bucks y Spurs.

El Chairman of the Boards, el mandamás de los rebotes, hizo temporadas entre 1978 y 1990 que nunca bajaron de 20,1 puntos y 10,7 rebotes. Campeón en 1983 con unos Sixers históricos que hicieron 12-1 en playoffs aunque el pronóstico tres barridas en su mítico "fo, fo, fo" al que siguieron unos anillos de campeón con la inscripción "fo, five, fo" para un equipo que había ganado 65 partidos de Regular Season. Moses Malone fue MVP de esas Finales, tres veces MVP de la fase fegular y en 1974, cuando era básicamente un crío casi analfabeto de Virginia, se convirtió gracias a la ABA en el primer jugador que pasó del instituto al baloncesto profesional. Los Sixers le retiraron el 2 y los Rockets el 24 y aunque desde luego es considerado uno de los grandes, da la sensación de que no todo el mundo recuerda o tiene claro cómo de grande era este extraordinario pívot que falleció en 2015, a los 60 años.

DENNIS JOHNSON. Base. 1976-1990. Supersonics, Suns, Celtics.

El base campeón con los Celtics (1984, 1986) es recordado como una roca que había trabajo sucio para Larry Bird y Kevin McHale, un playmaker que se dejaba la piel secando a Andrew Toney y Magic Johnson, al que amargó en las Finales de 1984 (cuando le cayó el apodo de Tragic Johnson). El jugador que equilibró a unos Celtics que se hicieron con él en 1983, hartos de sufrir demasiado ante los bases rivales. Pero antes de eso, Dennis Johnson fue campeón y MVP de las Finales en 1979 con los Sonics, un jugador que en su carrera acabó con más de 14 puntos de promedio y un ejemplo de cómo hacer lo que siempre necesitaba su equipo: de escolta espectacular en los Sonics a base anotador más pulido en los Suns y de ahí a perro de presa y director de operaciones en unos Celtics de leyenda.

SCOTTIE PIPPEN. Alero. 1987-2004. Bulls, Rockets, Blazers.

Pippen nunca ganó sin Michael Jordan... pero Jordan nunca ganó sin Pippen. De tanto alabar (con justicia) al escolta, se acaba infravalorando al alero, a otro nivel obviamente... pero también muy por encima a casi todos los aleros de su tiempo y desde luego a casi todos los de la historia. Uno de los mejores que ha habido en su posición, de tanto ser definido como el escudero perfecto ha acabado pareciendo eso, solo un escudero. Uno de los mejores defensores desde las alas que ha existido, en el primer anillo de los Bulls (1991) contuvo a Magic Johnson e inclinó drásticamente la balanza al hacerlo. Cerró una carrera de 17 años con medias de 16 puntos, 6 rebotes, 5 asistencias... ¡y dos robos! Y en la temporada 1993-94, cuando parecía que los Bulls se iban a hundir tras la primera retirada de Jordan, promedió 22 puntos, 8,7 rebotes, 5,6 asistencias y 2,9 robos. Los Bulls, con él al frente, ganaron solo dos partidos menos que un año antes (55 por 57) y cayeron en semifinales de Conferencia y en siete partidos, ante unos Knicks que luego jugaron las Finales.

DOMINIQUE WILKINS. Alero. 1982-1997. Hawks, Clippers, Celtics, Spurs.

Ganó la Euroliga con el Panathinaikos en 1996 (y fue MVP de la Final Four) pero en la NBA solo ganó concursos de mates (algunos de los mejores de siempre). Como no llegó a ninguna final de Conferencia con unos excelentes Hawks (en el 88 cayó en siete partidos con los Celtics, en segunda ronda) algunos lo han encasillado como un simple jugador espectacular. Lo era, con una plasticidad única en sus tiempos (de ahí su apodo: Human Highlight Reel, la secuencia de highlights humana), pero también era mucho más que eso: 25 puntos de media en su carrera, con 10 años seguidos sin bajar de ese promedio. Una cosa muy seria.

HORACE GRANT. Ala-pívot. 1987-2004. Bulls, Magic, Sonics, Lakers.

Campeón con Michael Jordan en los tres primeros anillos de los Bulls (1991-93) y una de cada después (2001) con Kobe Bryant y Shaquille O'Neal en los Lakers. También fue una pieza esencial en los Magic del propio Shaquille y Penny Hardaway, los que llegaron a las Finales en unos playoffs del 95 en lo que Grant promedió casi 14 puntos y 11 rebotes por partido. Grant era un excelente jugador, con un buen tiro de media distancia, recursos para anotar y una terrorífica capacidad defensiva. Junto a Jordan y Pippen formó los tres perros, tal y como dijo el especialista defensivo de Phil Jackson, Johnny Bach. La presión que aplicaban asfixiaba a los rivales y transformó la forma de defender en la NBA para siempre. Grant fue importante en algunos de los mejores equipos de siempre.

MICHAEL COOPER. Escolta. 1978-1990. Lakers.

Un escolta/alero que casi nunca era titular, solo dos veces pasó de 10 puntos de media en temporadas completas y jugaba a la sombra de algunos de los más grandes de la historia... pero uno de los jugadores más queridos por la afición de los Lakers, un cinco veces campeón (de 1980 a 1988) y un jugador sin el que cuesta comprender en plenitud al equipo del Showtime por su salvaje capacidad defensiva, sus duelos con Larry Bird... y sus triples, ocasionales pero importantes.

NATE THURMOND. Pívot. 1963-1977. Warriors, Bulls, Cavaliers.

Cuando falleció en 2016 muchos quisieron recordar que Bill Russell y Wilt Chamberlain fueron los mejores, pero no los únicos pívots históricos de su tiempo. Nacido en Akron (como LeBron James... y Stephen Curry), Thurmond fue siete veces all star, tiene su número retirado por Warriors y Cavaliers (el 42 en ambos casos), entró entre los 50 mejores de siempre elegidos por la NBA en su 50 aniversario e hizo temporadas de, por ejemplo, 20,5 puntos y 22 rebotes (1967-68). Extraordinario defensor y reboteador, firmó el primer cuádruple-doble registrado, el 18 de octubre de 1974 (22 puntos, 14 rebotes, 13 asistencias, 12 tapones) y llegó a coger 18 rebotes... en un solo cuarto.

MITCH RICHMOND. Escolta. 1988-2002. Warriors, Kings, Wizards, Lakers.

Acabó ganando el anillo con los Lakers en 2002, justo antes de retirarse y lejos de sus años de all star (1993-98). Apodado de The Rock, era fuerte, físico y letal desde el exterior. Jugó en los divertidísimos Warriors del Run TMC (Tim Hardaway, Mitch Richmond, Chris Mullin), pasó por los Kings y, poco hablo más claro de su nivel que esto, era considerado por Michael Jordan el escolta más difícil de defender. El propio 23 le pidió que llevara sus Air Jordan. En su primera décad en la NBA no bajó de los 19,7 puntos de media del décimo año.

SAM JONES. Escolta. 1957-1969. Celtics.

Nadie lleva el 24 de los Celtics en recuerdo a un escolta que fue cinco veces all star y fue incluido obviamente entre los mejores 50 de los 50 primeros años de NBA. La cuestión es que no suele ser uno de los más recordados de aquellos Celtics invencibles si bien es el único jugador con 10 anillos por los 11 de Bill Russell. Con ocho llegan después Heinsonh, KC Jones, Havlicek... Considerado un compañero excepcional, era rápido y anotaba tiros difíciles en momentos difíciles. Promedió en su carrera 22,8 puntos y 6,4 rebotes.

ALEX ENGLISH. Alero. 1976-1991. Bucks, Pacers, Nuggets, Mavericks.

Un recuerdo a uno de los grandes anotadores de los dorados años 80, un jugador que fue ocho veces all star, jugó nueve playoffs y está en el Hall of Fame. Máximo anotador de la liga en 1983, su nombre pasa muchas veces desapercibido en esa década de leyendas colosales, pero fue una turbina de meter puntos en aquellos locos Nuggets de los 80, los del ataque total de Doug Moe. Con el 2 ya retirado en Denver, promedió solo en los ochenta 27 puntos de media, fue el primero en la historia con ocho cursos seguidos de al menos 25.000 puntos, se retiró en el top 10 de anotadores de siempre y lideró a un equipo en el que coincidió con David Thompson (el ídolo de Michael Jordan en North Carolina) y Fat Lever, un base que también podría entrar en esta lista: una máquina de producir (rondaba el triple-doble casi cada noche), defendía bien con su 1,91 y promedió, por ejemplo, 19,8 puntos, 9,3 rebotes y 7,9 asistencias en la temporada 1988-89.

BOB PETTIT. Ala-pívot. 1954-65. Hawks.

Desde luego, una leyenda, su nombre queda muchas veces en el olvido por formar parte de la prehistoria de la NBA. Fue el primer MVP en 1956 (ganó otro tres años después y se da por hecho que habría sumado más si el premio hubiera existido en años anteriores) y ganó el único título de los Hawks (en St. Louis) en 1958. Fue once años seguidos y se retiró con medias de 26,4 puntos y 16,2 rebotes. Nunca bajó de 20+10 e hizo temporadas como la 1961-92: 31,1 puntos y 18,7 rebotes...

JACK SIKMA. Pívot. 1977-1991. Supersonics y Bucks.

Campeón con los Sonics de 1979, fue siete años seguidos all star (1979-1985), un excelente defensor y una rara avis en su tiempo: un 2,11 que fue el mejor tirador desde la línea de personal en una temporada completa: 92,2% en la 1987-88. De hecho, promedió un 84% en tiros libres en su carrera. Tira un gran tiro también en juego, reboteaba y era, en general, un pívot excelente al que no se suele recordar mucho. Sí le gusta hacerlo siempre a su hijo, el ex ACB ahora en Berlín, Luke Sikma.

ADRIAN DANTLEY. Alero. 1976-1991. Braves, Pacers, Lakers, Jazz, Pistons, Mavericks y Bucks.

Otro anotador finísimo de los años 80 que suele pasar desapercibido fue Dantley, además el mentor de John Stockton y Karl Malone en los primeros pasos de estos con los Jazz, equipo con el que Dantley fue dos veces máximo anotador de la NBA (1981 y 1984). Fue también seis veces all star y se retiró con una tremenda media de 24,3 puntos. Otro alero que podría estar aquí perfectamente es Mark Aguirre (1981-1994), seguramente el mejor jugador de la historia de los Mavericks por detrás de Dirk Nowitzki y un jugador importante después en los dos anillos de los Bad Boys de Detroit Pistons (1989 y 1990). Sorprendentemente, solo fue tres veces all star, las tres con los Mavs.

JOE DUMARS. Escolta. 1985-1999. Pistons.

Enlazando con los Bad Boys, también se podría incluir a Isiah Thomas, un base extraordinario al que sí se reconoce como tal pero que muchas veces se coloca por debajo de lo que realmente merece cuando se hacen listas de los mejores de la historia en su puesto. Lo mismo se puede decir del maravilloso Dumars, un escolta inteligente, elegante y, a la vez, durísimo. Seis veces all star, MVP de las Finales de 1989 y cuatro veces elegido para el Mejor Quinteto Defensivo de la NBA, algo de lo que podría hablar largo y tendido Michael Jordan.

BOB MCADOO. Ala-pívot. 1972-1986. Braves, Knicks, Celtics, Pistons, Nets, Lakers y Sixers.

En Europa se recuerda más, casi, al McAdoo que ganó dos Euroligas con el Milán en la segunda mitad de los ochenta (MVP en la Final Four de 1988) que al dos veces campeón con los Lakers (1982 y 1985). En los Lakers aprendió a ser un jugador de equipo, una pieza importante desde el banquillo para un equipo campeón. Antes, le había acompañado cierto sambenito de buen jugador de equipo flojo: MVP en 1975 durante un excelente inicio de carrera en Buffalo Braves, donde firmó tres de sus cinco all star y donde promedió en cuatro años 28,2 puntos y 12,7 rebotes.

ELVIN HAYES. Ala-pívot. 1968-1984. Rockets y Bullets.

Campeón en 1978 con unos Bullets en los que formaba una pareja interior absolutamente infravalorada por la historia con Wes Unseld: él promedió ese año 19,7 puntos y 13,3 rebotes y el pívot, 7,6, 11,9... y 4,1 asistencias. Doce veces all star y máximo anotador en 1969, es un ala-pívot que merece más reconocimiento del que ahora se le da.

BERNARD KING. Alero. 1977-1993. Nets, Jazz, Warriors, Knicks y Bullets.

Otro tremendo anotador ochentero que ha quedado sepultado por la avalancha que leyendas que dejó esa década. Cuatro veces all star y máximo anotador en 1985 (32,9 puntos por partido), promedió en toda su carrera más de 22 puntos y 6 rebotes.

KEVIN JOHNSON. 1987-2000. Cavaliers y Suns.

Va una de bases para acabar, con una disculpa para los últimos en no pasar el corte: Rod Strickland, Mark Price... KJ lideró el terremoto de los Suns que sacudió el Pacífico a principios de los 90 y jugó las Finales de 1993 con el equipo fabuloso (el rival en el tercer anillo de Michael Jordan) que él lideraba junto a Charles Barkley. En esa temporada promedió más de 16 puntos y casi 8 asistencias por partido. Un portento físico, tenía (al contrario que Mark Price un tirador excelso) un primer paso imparable y era un habitual en los vídeos de highlights por sus mates ante pívots gigantescos.

TERRY PORTER. 1985-2002. Blazes, Timberwolves, Heat y Spurs.

El playmaker de aquellos maravillosos Blazers que acabaron con la supremacía de los Lakers en el Oeste y perdieron dos Finales contra Pistons y Bulls en 1990 y 1992. El equipo en el que formaba con Jerome Kersey, Buck Williams, Kevin Duckworth... y Clyde Drexler, el clarísimo jugador franquicia y un escolta de leyenda que luego fue campeón con Olajuwon en los Rockets. Porter era un base excepcional: con un tremendo físico agotaba a los rivales con su defensa y en ataque dirigía, veía la pista de forma privilegiada, tiraba bien y aparecía en los momentos importantes. Un jugadorazo.

CHAUNCEY BILLUPS. 1997-2014. Celtics, Raptors, Nuggets, Timberwolves, Pistons, Knicks, Clippers.

Mister Big Shot. Sin mirar los números ni las estadísticas, un jugador que uno siempre querría en su equipo en partidos grandes, un líder en los momentos calientes, un tipo con mentalidad ganadora. Y una historia de paciencia y superación en la NBA: tras ser una estrella joven en Colorado, le fue mal con Rick Pitino en los Celtics y vagó por la NBA hasta que rompió en Minnesota y firmó en 2002 por seis años y 35 millones con los Pistons. Ahí fue un jugador clave en un equipo terrorífico que ganó el anillo de 2004... con él como MVP de la campanada en la Final ante los Lakers de Kobe Bryant y Shaquille O'Neal.