La plantilla del Barça afronta la segunda semana de confinamiento en sus domicilios a causa de COVID-19 y el equipo técnico ha diseñado un plan de trabajo en la que se incrementa el volumen de trabajo y las tareas serán más específicas.

 Si en la primera semana el plan tenía una orientación más general ahora la carga de actividad física debe aumentar. Para ello, con la preparación y la supervisión del preparador físico del equipo, Jairo Vázquez, todos los jugadores han recibido mediante vídeos y también en papel todos los ejercicios que deben llevar a cabo durante la semana.

El principio de variedad es uno de los requisitos importantes dentro de la metodología de trabajo de la ARE (Area de Rendimiento Deportivo) del FC Barcelona, que se resume en seis tipos de trabajo, con diferentes variantes en cada uno de ellos, que los jugadores deben realizar. Por ejemplo: trabajo de estiramientos y movilidad articular, trabajo de 'core', trabajo de alta intensidad (HIT), trabajo de fuerza y también trabajo de resistencia aeróbica.

Aparte de este programa, más común para todos los jugadores, cada uno de ellos cuenta con diferentes protocolos individuales en función de sus necesidades, espacio en casa o del material que tienen.

Al final de cada jornada de trabajo todos los jugadores se ponen en contacto con el preparador físico para valorar la sesión mediante la variable 'RPE' (Rango de Esfuerzo Percibido), basada en la escala de Borg, que está validada científicamente y es muy útil en estos momentos.

Los bases Kevin Pangos y Thomas Heurtel, que seguían recuperándose de sus lesiones en el momento que se pararon las competiciones, también hacen un trabajo adaptado a sus necesidades. Pangos, bajo la supervisión del recuperador Javi Ruiz, sigue con su plan específico, mientras que Thomas Heurtel ya hace la misma rutina que el resto de compañeros del equipo.