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EUROLIGA | JORNADA 28

El Baskonia sigue en la pomada tras un final agónico con el Alba

Una canasta triple de Janning, hasta ese momento desastroso, y un taponazo de Shengelia a Sikma rescatan al equipo y mantienen las opciones de los vitorianos.

GRAF2524. VITORIA, 06/03/2020.- El escolta alemán del Alba Berlín, Kenneth Ogbe (d), pierde el balón ante el escolta estadounidense Matt Janning (c), del Kirolbet Baskonia, en el partido de EuroLiga que se disputa hoy viernes en el Fernando Buesa Arena, en Vitoria. EFE/ADRIÁN RUIZ-HIERRO
GRAF2524. VITORIA, 06/03/2020.- El escolta alemán del Alba Berlín, Kenneth Ogbe (d), pierde el balón ante el escolta estadounidense Matt Janning (c), del Kirolbet Baskonia, en el partido de EuroLiga que se disputa hoy viernes en el Fernando Buesa Arena, en Vitoria. EFE/ADRIÁN RUIZ-HIERROADRIÁN RUIZ-HIERROEFE

El Baskonia tenía todo perdido con 16 abajo (43-59) ante un Alba Berlín ordenado, muy acertado en el triple y con esa sonrisa canalla del que sabe que tiene cinco tíos de los nervios enfrente. Una derrota abría una brecha casi decisiva con la zona del Top-8 en la Euroliga para los vitorianos. Pues nada, metieron un parcial de 16-0 (empate a 59), subiendo la presión defensiva, mostrando ese carácter Baskonia que ahora aflora en cuentagotas y vieron cómo los amarillos desprotegían la pelota (18 pérdidas al final). El baloncesto es emoción, te da muchas oportunidades. Janning, que estaba teniendo una velada tortuosa, recibió un buen pase de Henry, al que le negaron el tiro por la calle central, y lanzó con una clase suprema un triple que devolvía la ventaja a los azulgrana una eternidad después (desde el 15-12 del amanecer). Quedaba un poco más de tres segundos por jugar y en un semigancho posterior, Shengelia obsequió a Sikma con un taponazo de esos que sacan el balón del campo. Final feliz que mantiene con vida a los chicos de Ivanovic, aunque no acaban de despejar las dudas sobre su juego con agujeros. El Buesa respiró al final. Ayudó la derrota del Fenerbahçe. Flotaba en el ambiente esa sombra del coronavirus y en el recinto alavés se dispuso hasta zonas con desinfectante para aplicarse a las manos.

No fue el mejor partido del mundo, pero es bien recibido por el resultado final. Las bajas condicionaron gran parte del juego de ambos (Granger, Vildoza, Shields y Dragic por los locales y Siva principalmente por los berlineses). Al Alba se le han acabado las opciones de ir al playoff, pero sin presión parece más peligroso porque ha dado esta semana una guerra terrible a Barcelona y Baskonia. Ivanovic tuvo que echar mano del joven pucelano Miguel González y combinó en ocasiones a dos bases en pista, Christon y Henry, este muy desacertado. El Kirolbet empezó con gesto raro. Sus primeros nueve puntos los metió Shengelia. El empate a nueve era como esos partidos Toko-resto del mundo. Luego el georgiano se quedó a cero durante 20 minutos, pero cuando volvió fue para liderar a un equipo con muchos problemas para sumar puntos.

Aíto es muy amigo del tiro lejano, para abrir espacios e intentar sumar de tres en tres. En el 19-27 llevaba su equipo siete canastas desde el arco, de seis manos diferentes, y tan solo dos cestas dobles. El Baskonia firmó un 8-0 para reaccionar cuando se fueron los germanos, pero estos regresaron al punto ventajoso y se fueron a una decena de ventaja con un tiro de dos de Ogbe, a 6:54 para el descanso. Los baskonistas no acababan de tener fluidez en ataque. Henry y Janning no se habían estrenado al descanso y eso hacía sudar a Dusko desde la coleta hasta los pies. 

Los vitorianos desaprovecharon varias ocasiones para volver a liderar el marcador: un tiple de Shengelia, un intento de dos de éste, un adicional de Christon... Eriksson y Giffey, dos jugadores de mucha clase, siguieron a lo suyo sin la presión de necesitar la victoria a toda costa. En el cara o cruz final, Janning y Shengelia dejaron claro quién se jugaba la vida. Cuarto triunfo seguido y tercero en el torneo continental. Esto parece funcionar, pero las sombras persisten.