Zion lo intenta todo (35+7)... pero LeBron James es el rey (34+12+13)
Partido imperial de LeBron y triunfo de los Lakers sin Anthony Davis. 4-0 en la temporada contra unos Pelicans que se complican en su pelea por llegar a los playoffs.
Los Lakers han sido este fin de semana actores principales en la pelea por el octavo puesto del Oeste. Con el primero teóricamente a buen recaudo (46-13, cinco partidos y medio de ventaja sobre Nuggets y Clippers con 23 por jugar), el octavo clasificado será salvo catástrofe su rival en primera ronda, un puesto que siguen ocupando (rodeados de tiburones) unos Grizzlies que les ganaron el sábado (los angelinos ni comparecieron en Tennessee) con, ahora, tres partidos de ventaja sobre los Pelicans, abatidos por los Lakers (114-122) en un choque que quita margen de error a los de Louisiana, que se han quedado sin JJ Redick para un mínimo de dos semanas; y que están en empate técnico con Kings y Spurs y con medio partido de ventaja sobre los Blazers.
Así que los Pelicans se jugaban mucho más que los Lakers en un cara a cara que tenía su miga clasificatoria pero también mucho más que eso: un nuevo duelo LeBron James-Zion Williamson, el segundo en un puñado de días, poco después de que se aireara que la relación entre ambos es casi inexistente. Otro intento de Lonzo Ball, Brandon Ingram y Josh Hart contra los que fueron sus Lakers y, a priori, el segundo partido del curso de Anthony Davis en la que fue su casa durante siete años. No fue tal, porque el ala-pívot se quedó sin jugar por unas molestias de última hora en una rodilla. Tampoco se vistió Alex Caruso y sin ellos, en back to back y ante un rival muy motivado y muy necesitado, los Lakers sumaron un triunfo sonoro, de mucho nivel y otra vez (15-3 esta temporada en partidos resueltos en los últimos tres minutos) jugando bien las posesiones decisivas, en ataque y en defensa.
Zion bien... pero LeBron James mucho mejor
Por partes: el duelo Zion-LeBron no decepcionó y ambos se abrazaron en el centro de la pista después de un partido en el que hubo ocasión de preguntarse cómo hace Zion esas cosas con solo 15 partidos de Regular Season y 19 años... y cómo hace LeBron las suya con más de 1.200 encuentros y 35 años. Como en el Staples hace unos días, Zion cumplió con su parte pero LeBron dominó, se elevó por encima de todos... y ganó. El de los Pelicans se fue al tope de su carrera con 35 puntos en un limpio 12/16 y con un 11/13 en tiros libres. También capturó 7 rebotes pero acabó sin asistencias, sin tapones y con 6 pérdidas que parecieron trascendentales. Le defendieron Kuzma, Howard, Morris y finalmente el mismísimo LeBron James, que se ocupó de él y de cerrar el partido: asistencia perfecta para un triple de Kuzma y a continuación otro suyo en la cara del propio Zion (para el 111-116). En total 34 puntos, 12 rebotes, 13 asistencias, 14/21 en tiros, 3/5 en triples, apenas ningún fallo grueso y otro recital de pases desde el poste y hacia el lado débil. Todo eso sin Anthony Davis al lado y en un partido de silbato casero: 33 tiros libres locales (27/33), 10 visitantes (9/10).
Hubo 17 cambios de líder en el marcador y 18 empates. Los Pelicans llegaron por delante al último cuarto (95-93) pero solo anotaron 19 puntos más (19-29) y quedan en 26-34, ya con 18 partidos perdidos en su pista (12-18) y un 0-4 en la serie del curso contra los Lakers. Ninguna derrota por más de diez puntos... pero todo derrotas. La baja de Redick se sintió ya como fundamental en este partido: 7/32 en triples y visibles problemas de espacio en ataque cuando los Lakers colapsaron la zona. Zion estuvo bien y Lonzo jugó un buen partido (19+9+9), pero Brandon Ingram se quedó muy lejos de su mejor nivel (15 puntos, 5/23 en tiros) y Jrue Holiday no fue decisivo en ningún momento (11 puntos, 6 asistencias). Entre Ingram, Lonzo y Melli se quedaron en un 3/23 en triples que lastró a un equipo que tiene serias opciones de estar en playoffs pero cada vez menos margen de error.
Los Lakers se tomaron las cosas en serio tras su noche libre ante los Grizzlies. Además de LeBron, omnipresente, se sacudieron su mal partido anterior JaVale McGee (6 tapones) y un Kyle Kuzma que volvió a ser efectivo como titular, un patrón habitual en la temporada: 20 puntos y solo dos triples pero ambos en el último cuarto. Anotaron Bradley, Green y Markieff Morris (10 puntos y 2 triples en 15 minutos), el séquito de un Rey que promedia tras el All Star 30 puntos, 8 rebotes, 9 asistencias y un 57% en tiros con casi un 40% en triples. Zion (24,1 puntos, más del 59% en lanzamientos) tiene todo el derecho a soñar con el trono. Pero este, todavía, le pertenece a un LeBron James que se lo ha demostrado dos veces en menos de una semana. ¿Próxima parada playoffs? Veremos...