Necesitaban tanto una noche así los Wolves que Ryan Saunders, su entrenador (un técnico de 33 años) dijo después del partido que la cena le iba a saber a gloria y que por fin iba a dormir un poquito mejor esta vez. Mejor, seguro, que tras la última y bochornosa derrota, en casa y contra Atlanta Hawks el pasado miércoles. Esta vez los Wolves, los nuevos Wolves, arrasaron a los Clippers, nada menos, que sacaron esa versión desinteresada y gélida que dejan en algunas noches, de cuando en cuando (o no tanto). Los Wolves les metieron 142 puntos (142-115) y les mandaron (ahora 36-16), otra vez por detrás de los Nuggets, al tercer puesto del Oeste.

Y el caso es que, aunque no debutó Marcus Morris, sí jugaron Kawhi Leonard y Paul George. Los dos, que al final es noticia. Y metieron 50 puntos (29 y 21) pero con un pobre 16/37 en tiros (4/15 en triples). Ni ellos ni Lou Williams ni nadie apareció esta vez para cubrir unas lagunas colectivas que no son precisamente poco habituales en el equipo de Doc Rivers, que se vio desbordado por la energía y el acierto de un rival que no ganaba un partido desde el 9 de enero y que había perdido 13 seguidos. Pero un rival, en realidad, nuevo: tres operaciones en el cierre de mercado invernal dejaron siete bajas y ocho altas, la principal un D'Angelo Russell que, para colmo del desastre de los Clippers, no debutó con su nuevo equipo por problemas musculares. Sin él, y con un Towns (llevaba, en su caso, 17 derrotas seguidas), a un nivel alto pero no súper en anotación (22+13+9), los Wolves metieron 81 puntos (81-59) en una primera parte en la que anotaron 15 de los 25 triples que lanzaron. Al final, 26/44 con 18 punteados por los Clippers (no importó) y 24 tras asistencia, la cifra más alta de la historia de la liga. Los Clippers se quedaron en nueve triples anotados, así que las cuentas son fáciles: 17 más anotados (51 puntos) para los de Saunders. Jaque mate.

Los nuevos Wolves: sin Russell (y, claro, sin los traspasados Teague y Napier) hizo de base (y jugó 37 minutos) Jordan McLaughlin, un contrato two way que demostró que está listo para tener más minutos en la NBA: 24 puntos, 11 asistencias. De los nuevos, causaron una excelente impresión Malik Beasley (por primera vez en su carrera siete triples y doble-doble: 23+10), James Johnson y Juancho Hernangómez, que partió como ala-pívot titular y acabó con 14 puntos y 3 asistencias. El español, que inicia etapa, enlazó ocho puntos seguidos, todos los de su equipo durante cuatro minutos del último cuarto, y demostró su versatilidad en defensa, con cambios constantes que (junto a James Johnson y Okogie) ayudaron a su equipo a presionar a los playmakers de los Clippers. Buenas sensaciones para el español y excelentes para sus Wolves, un equipo que llevaba un mes sin darse una alegría y que empezó etapa con un bombazo. Y ahora, a esperar el debut de Russell.