El Iberostar Tenerife ha superado sus mejores expectativas en una temporada en la que no las tenía todas consigo. Ocurre que el verano pasado hubo desbandada general, y hasta La Laguna llegó una plantilla casi completa: 11 jugadores nuevos más Gielo, que apenas pudo jugar un partido el curso pasado.

Quién lo diría, pues parece que el equipo de Vidorreta lleva mucho tiempo junto. Tras los tótems de Barça y Madrid encarna, junto al Casademont Zaragoza, a la resistencia del baloncesto español. Parece imposible hacer más y mejor en menos tiempo. A lomos de Marcelinho Huertas, que por momentos recuerda al de sus mejores años en Barça o Baskonia, y del gigante Shermadini, sobre quien gravita casi todo el juego de su equipo, la formación aurinegra ha formado una máquina excelentemente bien engrasada con meritorios como Salin, Yusta, el chicharrero Álex López, Díez, White, Lundberg o Bogris, que volvió a casa mediada la temporada.

Lejos de confiarse, la formación canarista tiene ante sí una oportunidad histórica, pues no se enfrentaría a Barça o Madrid hasta una hipotética final, allí donde todo es posible, y más en un torneo como este. Primer rival, MoraBanc Andorra. Después esperarían Unicaja o Casademont Zaragoza. El cielo, más cerca. Lo lógico en un proyecto modelo de paciencia y progreso.

La estrella: Giorgi Shermadini

Procedente del Unicaja, el gigante georgiano está completado una de las mejores temporadas de su carrera. Se está haciendo de oro gracias a Marcelinho Huertas, y barre todo lo que pasa por sus dominios, tanto que sea el aro propio como el contrario. Ha congeniado la perfección con Vidorreta. Está en dura puga con Mirotic por ser el MVP estadístico de una temporada también histórica para él. Pilar más que fundamental para el Iberostar Tenerife.

El entrenador: Txus Vidorreta

Por ser, Txus Vidorreta es el entrenador fetiche del Iberostar Tenerife. Con el entrenador vasco consiguió su primer título europeo, la Basketball Champions League, y con él está completando una de las mejores temporadas de su historia. Este año, además, con el hándicap de empezar de cero de tantos cambios, todos los posibles salvo Gielo, que tuvo la plantilla. En tiempo récord logró ensamblar un proyecto nuevamente ganador que afronta el torneo del KO con notables posibilidades de éxito.