El Estudiantes se autocondena

Cuatro minutos. El Movistar Estudiantes pasó en ese tiempo de saborear una victoria que tenía encarrilada a una dura derrota, a una que duele de verdad tras un partido muy trabajado en la cancha del MoraBanc Andorra. A falta de 4:05, los colegiales se habían situado 6 puntos arriba (59-65) con tres triples enlazados entre Avramovic, Douglas y Danguvic. Pero desde ahí, la nada. Las imprecisiones, el mal de altura y 240 secos en ataque (se jugó mal esos momentos, en definitiva) provocaron una debacle que marcó al tibio Kenny Kadji como a nadie.

El pívot, con solo 0:50 por jugarse, empate a 65 y balón estudiantil, recibió un pase desde la línea de fondo andorrana en su propio campo y decidió o entendió o se despistó (o quién sabe que pasa por esa cabeza) que no debía coger el balón, lo tocó, pero no lo controló y Tyson Pérez se lo robó para a continuación machacar el aro. Esa acción fue un clavo profundo en el alma ramireña. Palacios, Avramovic y Douglas no acertaron ninguno de sus tiros posteriores y Jelinek sentenció a un Estudiantes que continúa en los puestos de descenso tras este varapalo. El checo lo hizo desde la personal, un lugar que el Estu visitó por primera vez en el minuto 25 del encuentro y solo en cuatro ocasiones.

El castigo fue demasiado doloroso. Los madrileños, en el segundo partido de Javi Zamora en el banquillo, siguieron en la buena senda mostrada ante el Unicaja, con brotes verdes en todas las líneas, en cada uno de los aspectos del juego. Supieron navegar sobre todos los escenarios que les marcaba el partido. Desde la explosiva salida (2-10) hasta la recomposición cuando el MoraBanc se disparaba (23-14), pasando por la sequía del tercer cuarto: 5 minutos sin anotar. Un trabajo bien definido que se vino abajo en ese maldito lapso para ellos y bendito para los andorranos, que disfrutan con los grandes de la Liga Endesa.

Partido sin luz

Con la eliminación de la Eurocup todavía en la mente, el Andorra vio como su rival se lanzaba a la yugular nada más iniciarse el duelo. Scrubb y Pressey daban las primeras estocadas y solo Sy respondía. El susto pasó y con un parcial 21-4 alcanzó su máxima ventaja al concluir el primer cuarto (23-14). Hannah aparecía poco en escena y Digne redebutaba en Liga Endesa dos meses después de la lesión en el peroné de la pierna izquierda. El público andorrano pasó de la felicidad por ver a su estrella al pánico cuando tuvo que retirarse, otra vez, dolorido. No fue nada y pudo volver.

Y entre su entrada y salida a pista, el Estu movía ficha. Se acercaba y se alejaba sin concluir el abordaje con Kadji impoluto hasta el descanso (41-36): 7 puntos (3 de 3 en tiros de campo), 3 rebotes, 2 recuperaciones y 2 tapones para 15 de valoración. Los colegiales cocinaban bien su plan defensivo. Al hombre y en zona, limitaban a un rival en el que ninguno de sus hombres superó la decena de puntos y que pasó del 4 de 4 de tres en los 10 minutos iniciales a un 3 de 18 en los siguientes 30. El renacido Dangubic descerrajaba 9 de sus 12 puntos (añadió 9 rebotes) entre el final del tercer cuarto (55-52) y el último, mientras que Arteaga lo dominaba todo. Crecimiento soberbio del pívot, más protegido ahora anclado en la zona. Clavó 3 tapones y atrapó 12 rebotes para 16 de valoración. Intimidaba y anotaba 4 puntos consecutivos que completaron el parcial de 0-7 que ponía a su equipo por delante tras 29 minutos de persecución (55-56). Fue en vano. Mejor impresión, pero nueva derrota.