Ricky acabó en los Suns... por la llegada de Mirotic al Barcelona
"En Phoenix le trataron como a una gran estrella"; Ricky quería ser titular, jugar en un equipo competitivo y para un entrenador con el que conectara bien.
Phoenix Suns, aunque ha subido mucho su rendimiento con respecto a temporadas anteriores, sigue dejando escapar oportunidades de engancharse a la pelea por el octavo puesto del Oeste más barato de los últimos tiempos. El equipo de Arizona marcha en 18-26, a dos partidos y medio de unos Spurs que ahora mismo marcan el límite de la zona playoffs. Eso sí, la subida de tono es obvia: 18 victorias ya después de sumar en los últimos cuatro años 119, 21, 24 y 23 triunfos totales. Los Suns avanzan con Monty Williams como acertada opción en el banquillo, dos jóvenes estrellas como Devin Booker y DeAndre Ayton y unos veteranos que se complementan perfectamente con ellos, a la cabeza un Ricky Rubio que promedia en su primer año en Phoenix 13,3 puntos y 9,2 asistencias, los mejores números de su carrera. En pases de canasta, es segundo de la NBA solo por detrás de LeBron James (10,8).
Después de una racha de cuatro victorias, los Suns han perdido en su pista contra los Spurs y unos Pacers que los arrollaron (87-112) en un partido en el que el base español se vio las caras con el que parecía que iba a ser su equipo el pasado verano, cuando cerró su etapa en unos Jazz que no hicieron esfuerzos para que continuara porque tenían decidido lanzarse a por Mike Conley, el base que querían para ascender en la jerarquía del Oeste y un jugador cuya primera temporada en Salt Lake City, entre problemas de adaptación y lesiones, está siendo muy complicado.
Ricky le reconoció a Gina Mizell, periodista de The Athletic, que tuvo un pie en los Pacers, un habitual en los playoffs del Este: “Estuve muy cerca, pero todo fue una locura en el último momento y acabé en un sitio que creo que era en el que tenía que acabar. Creo que he llegado al que era el mejor destino posible para mí”.
Tal y como cuenta Mizell, Ricky recibió un informe de su agente, Jeff Schwartz, en el que se detallaba la situación salarial y de plantilla de las 30 franquicias. El base español, en el primer verano en el que podía elegir destino con total libertad, dejó claras sus prioridades desde el principio: seguir siendo titular, ir a un equipo que quisiera competir o sentar las bases para ello y no tankear o pensar solo en las próximas rondas de draft, y jugar para un entrenador con el que pudiera tener buena conexión tanto en cuanto al juego como a nivel vital.
Así que Indiana parecía un destino perfecto... hasta que empezaron a suceder cosas. Una de ellas, curiosamente, la decisión de Niko Mirotic de no seguir en la NBA y fichar por el Barcelona, el gran movimiento del verano en el deporte europeo. El equipo de Indianápolis quería retener a Bojan Bogdanovic, un tirador que se iba a complementar, en principio, de maravilla con Ricky, con el que pensaba cerrar un acuerdo la primera noche de la agencia libre. Sin embargo, el no de Mirotic a los Jazz, su gran pretendiente, hizo que estos se lanzaran a por Bogdanovic, al que firmaron por cuatro años y 73 millones de dólares. Sin el croata, los Pacers viraron hacia Malcolm Brogdon, el base de los Bucks al que ficharon en un sign and trade, en principio sin descartar hacerse también con Ricky. Pero desde el lado del español no veían clara esta opción y pensaban que el banquillo podía ser una opción muy real cuando volviera Victor Oladipo y si Nate Mcmillan optaba por jugar con este, su gran estrella (lesionado desde la temporada pasada) y Brogdon.
Los Suns, que buscaban un base de garantías para poner cerebro en un equipo sin dirección, vieron su oportunidad y trataron a Ricky “como a una gran estrella”. Le garantizaron ser titular, tener un rol importante como figura clave para el crecimiento de Ayton y Booker y, finalmente, un contrato de tres años y 51 millones de dólares. Monty Williams, el que iba a ser su nuevo entrenador, celebró la llegada del español, al que también querían Bulls y Timberwolves: “Pensábamos que no íbamos a poder fichar a nadie así que cuando nos llamaron desde el equipo de trabajo de Ricky fue una excelente noticia para nosotros. Cuando puedes hacerte con un base de su nivel, de repente en verano, es algo que te pone en una situación radicalmente mejor...”. Y el base español, que acaba de ser padre, ratifica que hizo lo correcto: “Todo sucedió muy deprisa, pero creo que fue por una razón. Estoy muy feliz de cómo acabó yendo todo”.