Willy Hernangómez afrontaba su cuarta temporada en la NBA (la última de su contrato) con ilusión después de conquistar el oro en el Mundial de China y de llevar a cabo, otro verano más, un ambicioso y exigente plan de entrenamiento para alcanzar su mejor versión antes de iniciarse el curso. Sin embargo, y como el año pasado, no ha tenido ni mucha continuidad ni mucho protagonismo en la primera mitad de la campaña. En los primeros 40 partidos disputados por Charlotte, James Borrego solo le ha utilizado en doce partidos y con una presencia bastante testimonial: 71 minutos en total, 5,9 de media. En ese lapso, acumuló 30 puntos y 26 rebotes (2,5 y 2,2 de media, respectivamente).

Un escenario que parece cambiar con el paso a la segunda mitad de la temporada. El entrenador ha dado más margen al pívot en dos de los tres últimos encuentros jugados por la franquicia de Carolina del Norte. Ante Utah Jazz disputó 10 minutos y frente a Portland Trail Blazers, 16. Es la mayor cantidad de tiempo que ha estado en pista desde el pasado 18 de noviembre (10 minutos contra Toronto). Aunque queda aún lejos de los 20 ante Minnesota Timberwolves. En este último par de partidos, el exjugador del Madrid se ha disparado: 15 y 14 puntos, respectivamente, con un 13 de 14 combinado en el lanzamiento. Además de 6 rebotes contra los de Salt Lake City y 4 frente a los de Oregón.

Un impacto brutal, sobre todo en el choque en Portland, cuando jugó minutos relevantes. Willy ha anotado en esta serie de enfrentamientos 0,9 tantos por cada minuto en cancha por los 0,4 del comienzo de temporada. Cody Zeller y Bismack Biyombo, sus homólogos en el puesto de center, consiguen 0,5 y 0,4, respectivamente, por cada 60 segundos. El internacional español, además, es superior a ambos en la proyección de rendimiento a 36 minutos: encesta (22,4 por 18,0 y 14,3), rebotea (13,2 por 11,2 y 11,0) y tapona (1,5 por 0,6 y 1,4) más que sus competidores (Basketball Reference).

Proyección a 36 minutos

También presenta una mayor eficacia en cualquier posición, con facilidad para anotar en la zona (lee muy bien el pick and roll) y fuera de ella. Incluso desde el perímetro, donde Zeller ni pisa y Biyombo no cosecha unos beneficios notables.

Carta de tiro

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El gran problema que se le achaca a Hernagómez, y una de las principales razones esgrimidas para llevarle al ostracismo, es su debilidad defensiva. No es un secreto que es su talón de Aquiles, su defecto mayor, pero las estadísticas le dan cierto respiro también en ese apartado. Con él en cancha (NBA Stats), y con todos los peros que se puedan poner (jugar minutos de la basura, por ejemplo), los Hornets están en 104,8 de rating defensivo, 5,6 puntos menos que con Biyombo (110,4) y 8,8 inferior que con Zeller (113,6). Sin él, la muestra es extrapolable: 113,5 por 112,5 y 110,1.