Los Lakers sudaron, capearon un par de temporales de los Blazers (que no son tan furiosos como los de pasadas temporadas, desde luego) y ganaron por segunda vez (120-128) en dos visitas a una pista en la que históricamente han perdido mucho y en la que esta temporada promedian 132 puntos. Después de cuatro derrotas seguidas, de dejar escapar vivos de forma incomprensible a los Clippers en Navidad y de ver comprometida la salud de LeBron James, con el que además había habido jaleo en las horas previas al partido por unas críticas en redes sociales del entrenador personal de Kyle Kuzma (en L.A., en cuanto llegan las derrotas empieza el show...), esta victoria es un tremendo alivio para un equipo que, sin tregua, recibe esta noche a unos Mavericks que les arrasaron en su última visita al Staples y que llegan con Doncic otra vez a tope tras su esguince de tobillo. En back to back para cerrar el año con otro disgusto... o con buen sabor de boca tras el primer verdadero mal trago del curso.

Con todo, los Lakers manejan un muy buen 25-7, con un brillante 15-3 fuera de casa. Los Blazers están 14-19, ahora con tres derrotas seguidas e incapaces de extender sus amagos de brotes verdes, que han vuelto a quedar mustios después de cuatro triunfos seguidos antes de esta nueva mala racha. Todavía son octavos del Oeste, porque parece que estarán muy baratos dos billetes para playoffs, los que dejarán libres el lote que jugará, salvo cataclismo, las eliminatorias: Lakers, Clippers, Rockets, Nuggets, Jazz y Mavericks. En teoría, los Blazers (incluso con todas las lagunas de su rotación y las ausencias de Nurkic y Collins) tienen el talento suficiente para agarrarse a ese tren tan lento de los puestos séptimo y octavo, un premio pírrico para un equipo que viene de ser finalista de Conferencia... pero que ahora mismo ni siquiera tiene asegurado eso. Todo lo contrario: contra unos Lakers en un momento delicado y en su pista, los de Terry Stotts perdieron una muy buena ocasión de sacudirse un poco el plomo de una temporada muy difícil.

Con algunos de los rasgos de sus mejores momentos de noviembre y el arranque de diciembre recuperados, los Lakers ganaron bien. Mandaron casi siempre (64-71 al descanso), y superaron con mucha personalidad el gran asalto de unos Blazers que con un 11-0 en poco más de dos minutos (de 75-85 a 86-85 pasado el ecuador del tercer cuarto) tuvieron su momento y lo dejaron escapar: 95-103 al final del tercer cuarto y antes de un último parcial en el que las ventajas rondaron casi siempre la decena de puntos. El banquillo (36-72, una diferencia abismal) fue definitivo: Kyle Kuzma, tras el jaleo con su entrenador y LeBron, jugó un fantástico primer tiempo (20 de sus 24 puntos totales, en esa versión de tercer anotador que tanto necesita su equipo), Rondo (un desastre en las últimas derrotas) apareció en el peor momento del tercer cuarto (15 puntos, 4 asistencias), Caruso hizo de todo un poco (9 puntos) y Kentavious Caldwell-Pope resultó esencial. Y no es la primera vez. Tras un inicio de temporada muy pobre en el tiro y tras superar bromas sarcásticas de la propia grada del Staples (que ahora le aclama), el escolta se ha establecido como un jugador muy importante, firme en defensa y más seguro en el tiro que un Danny Green desaparecido y un Bradley que todavía no ha recuperado su ritmo prelesión. KCP anotó sus 13 puntos en la segunda parte, con dos de sus tres triples (vitales) en el último tramo de partido, cuando entre él y Anthony Davis (20 puntos, 9 rebotes, 5 asistencias) apagaron la última (y ya débil) llama de resistencia local.

LeBron, que en teoría acabó el partido contra los Clippers con una lesión en la ingle e iba a perderse algunos partidos, jugó en Portland y dijo que jugaría también hoy, en el Staples contra Doncic y los Mavs. Acabó con 21 puntos, 7 rebotes y 16 asistencias (igualando su tope de la temporada). Con más impacto en el juego que Lillard, que sumó 31 puntos y 9 asistencias pero se quedó en un 4/13 en triples y no tuvo demasiada ayuda de Carmelo Anthony (13 puntos, 5/14 en tiros) y CJ McCollum (18, 2/8 en triples). Otro sí pero no para los Blazers, que ven muy lejos la zona noble del Oeste y bastante tienen por ahora con agarrarse a la cola de los playoffs. Los Lakers, por su parte, recuperaron el aliento y la sonrisa, que falta les hacía. Ambas cosas. Y hoy, muy interesante ronda 3 (para desempatar el duelo directo...) contra los Mavericks.