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SUNS 111-NUGGETS 113

Los Suns de Ricky, en picado: "Tengo que mostrar más orgullo"

El base español hace autocrítica pero los Suns vuelven a caer, siete derrotas seguidas ya, en un final muy apretado ante los Nuggets. Decidió Jamal Murray.

Los Suns de Ricky, en picado: "Tengo que mostrar más orgullo"
Christian PetersenAFP

En el inicio de la temporada, y mientras aspirantes como Blazers y Kings daban un nivel catastrófico y los Pelicans se descartaban como wildcard sin Zion Williamson, los Suns se sintieron capaces de pelear por los playoffs. La llegada de Monty Williams al banquillo y de veteranos con galones como Ricky Rubio, Aaaron Baynes y Dario Saric cambió por completo el tono de una franquicia que llevaba varios años totalmente a la deriva. Llegaron las victorias, el buen juego y una respetabilidad que los Suns no han perdido... aunque esos esquivos playoffs del Oeste vuelven a estar lejísimos.

Las lesiones, la sanción de 25 partidos a DeAndre Ayton (que además cayó fulminado por un esguince nada más volver) y muchos problemas para resolver los finales de partido han ido hundiendo las opciones del equipo de Arizona, que volvió a perder una oportunidad de oro ante Denver Nuggers (111-114). El equipo de Ricky comerá en Navidad con siete derrotas seguidas encima, un feo 6-12 en su pista y un 11-19 que le aleja definitivamente, salvo reacción casi inmediata, de la pelea por las eliminatorias. Los Nuggets, por su parte, están en el lado perfectamente contrario de la balanza: siete victorias seguidas, felicidad plena, 21-8, a la caza del liderato del Oeste y con partido en Navidad que puede ser poco más que un entremés. Reciben a los Pelicans en lo que tenía que ser la puesta de largo de Zion Williamson en 25-D pero que, con el número 1 del draft sin debutar, parece poco más que un choque de exigencia baja para los de las Rocosas, que están firmando el mejor inicio de temporada de toda su historia, incluida la temporada pasada en la que ganaron 54 partidos.

Los Suns hicieros méritos para ganar. Se sostuvieron en el partido durante los tres primeros cuartos (22-34 en el primero, 23-39 en el segundo, 51-64 en el tercero....), a remolque pero sin irse, y remontaron en el último, cuando a los Nuggets parecía, además, faltarles gasolina, en back to back tras su paliza del domingo a los Lakers. Pero los problemas de faltas de un Devin Booker además desacertado (11 puntos, 3/12 en tiros) y un goteo de errores en los momentos calientes lastraron a los de Williams en un final que se les escapó después de ponerse 101-92. Primero apareció Nikola Jokic (22+12+10 y 4 triples), el encargado de nivelar el partido y castigar los ajustes defensivos de los Suns, y luego Jamal Murray (28 y 7 asistencias) que en un quirúrgico último minuto anotó un triple (108-111) y, tras otro de Booker (el único que metió: 111-111), decidió el partido con una suspensión perfecta tras quedarse emparejado con Baynes. Los Suns tuvieron un último ataque, pero Jerami Grant taponó en la esquina el triple de Booker. Y game over.

Los Suns tuvieron muy a tiro una de esas victorias que podrían haber cambiado su ánimo. Ricky Rubio fue el mejor (21 puntos, 7 rebotes, 9 asistencias, 9/12 en tiros) aunque totalizó 6 pérdidas, la última por pisar la línea de fondo con su equipo 108-105, en un ataque muy importante. El banquillo ayudó a la reacción del segundo tiempo (Kaminsky, Cam Johnson, Bridges...) pero es como si a los Suns se les hubiera olvidado ganar. Así son las malas rachas.

Y esta, pésima, les está dejando fuera de cualquier cuenta para regresar a playoffs. Una pena. Antes, de esta nueva derrota, el propio Ricky (promedia 13,6 puntos y 9,4 asistencias y ha anotado al menos 21 puntos en cuatro de los últimos seis partidos) abordó la situación del equipo con un mensaje finalmente positivo: "Ha habido lesiones pero ningún equipo tiene a su plantilla completa toda la temporada. Siempre va a haber un par de jugadores que no se encuentran bien. alguno que quiere jugar más, tirar más... pero ganar tiene que ser más importante que todo eso. Y no solo hay que decir que se quiere ganar: hay que demostrarlo. Puede que no seamos el equipo con más talento de la NBA pero tenemos que tener cosas que los demás no tienen. Corazón, jugar de la forma correcta, creer en la cultura que estamos creando. Cuando todo va bien, es fácil seguir ese camino. Pero cuando las cosas se tuercen, también es fácil que cada uno vaya a lo suyo. Hay que saber moverse en la adversidad y ahora mismo no estabamos sabiendo. Yo sé que como uno de los líderes del equipo tengo que mostrar también más orgullo, sobre todo en defensa. Hay que mirarse en el espejo, pensar en lo que se está haciendo mal, en qué puede cada uno aportar al equipo para que seamos mejores. Ahora estamos en un momento muy malo, pero creo que nos va a hacer más duro, mejores, si sabemos manejarlo".